El Hotel Río estrena 37 habitaciones y pone fecha a la reforma del resto

La propiedad ha invertido 2,2 millones de euros en unas obras que han alcanzado un tercio del hotel y que se han prolongado algo más de un año y medio. El empresario José Luis Iniesta y el arquitecto Cayetano Valero explican que la actuación se ha desarrollado en un ala del hotel, la que da hacia los jardines interiores. Salvo los pilares y forjados, derribaron todo para reconstruirlo con otra distribución siguiendo parámetros de eficiencia energética, sostenibilidad y funcionalidad. Han cambiado aires acondicionados, saneamiento, tuberías, iluminación, mobiliario, baños,... Todo.

Antes de las obras, este ala del hotel acogía el mismo número de dependencias, 37, pero ahora son más amplias por la redistribución de espacios comunes como offices. 13 de estas dependencias están en la planta tercera, otras trece en la segunda y once en la primera altura. Todas tienen categoría premium, siete de ellas disponen de terraza con césped artificial y cuatro están catalogadas como junior suites. Las obras han remodelado 700 metros cuadrados por cada planta.

Ahora los clientes encontrarán ducha en lugar de bañera, un armario abierto y toda la iluminación con ledes. Las cerraduras han desaparecido para dar paso puertas que funcionan con sensores. La moqueta se ha eliminado en favor de un suelo vinílico que expulsa las manchas y en lugar de persianas hay cortinas que impiden pasar la luz (foscurit).

En el diseño ha pesado el aislamiento acústico, de manera que no se oigan ruidos de unas habitaciones a otras, ni tampoco desde el exterior del hotel hacia el interior de cada dormitorio. Tampoco de los pasillos hacia las áreas de descanso.

La inversión ha conllevado la renovación de los sistemas de climatización y la dotación de aerotermia. Se han puesto las bases para que los nuevos equipos y sistemas puedan extenderse al resto de habitaciones cuando también les llegue la hora de la reforma.

Además, estos sistemas permitirán más control a la dirección. Por ejemplo, desde la recepción se puede manejar la calefacción, aire acondicionado, televisores y hasta su volumen en cada dependencia. Pueden también encender la calefacción para una sola habitación o varias de ellas sin necesidad de accionarla para toda la planta en el caso de que no haga falta.

Las habitaciones, como se ha indicado, están ya en uso y las obras de los pasillos, terminadas. Solo queda un último paso para completar las obras de esta primera fase. Esa última actuación consiste en dotar al complejo hotelero de un parque fotovoltaico que irá en la cubierta, que también se ha renovado. Así, están pendientes de los últimos permisos para una instalación que abastecerá de energía a todo el complejo y que cubrirá el 80% de sus necesidades.

Las habitaciones, como se ha indicado, ya están en uso. Algunas desde el 1 de enero y, de forma paulatina, se ha ido incorporando el resto. Las 37 están reservadas para los próximos días.

El hotel dispone de otras 63 dependencias que también tienen fecha de renovación. El empresario José Luis Iniesta tiene prevista otras dos fases de obras. En 2027 continuará con la reforma de otro ala del establecimiento y en 2030 completará el tercero. Estas dos alas se reformaron en 2004, mientras que las habitaciones que se estrenan estos días sustituyen otras que se prepararon en 1992, coincidiendo con la Exposición Universal de Sevilla. El hotel se construyó en 1967.

En realidad, Iniesta comenzó la reforma del hotel hace unos años por las zonas comunes. Los reventones de una tubería de la red principal de Aqualia y que va por el Puente de la Universidad reventó. El agua, que arrastró mucha tierra, golpeó el hotel en 2017 y 2019.

El agua salió con tanta fuerza que dañó un muro de hormigón y arrastró toda la tierra a su paso. El lodo inundó los jardines, el Palacio de Cristal y el aparcamiento del hotel y también llenó la piscina. Los mayores daños, sin embargo, se produjeron en las habitaciones subterráneas del Río. Los almacenes y todas las habitaciones de la parte más baja quedaron inundadas. El agua alcanzó dos metros de altura en estos espacios y destrozó el transformador del hotel, así como un cuadro eléctrico

Cuando llegó la pandemia, la dirección había remodelado la cafetería, el Palacio de Cristal, los trece salones de celebraciones y hasta la piscina. «De escaleras abajo perdimos todo el hotel en la segunda riada: cocinas, mobiliario, cuadros eléctricos, salones, todo», recuerda Iniesta.

Pero todo eso ya pasó y el hotel inaugura un nuevo ala. Desde hace dos años, el establecimiento, de categoría tres estrellas superior, se sumó a la cadena Eurostar, con la que continúa operando. De hecho, parte de las obras en las habitaciones se impulsaron para acogerse a esta cadena.