La Consejería de Infraestructuras, Transporte y Vivienda de la Junta de Extremadura ha comunicado este lunes que se hará cargo de la reposición de la pintura de los 'capuchones' que recubren los tirantes del Puente Real, una actuación con la que pretende devolver el decoro ... a una infraestructura que desde hace años presenta manchas de óxido.
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Tras hacerse público ese anuncio, Ignacio Gragera ha expresado su agradecimiento al Ejecutivo regional por haber «sido tan sensible cuando otros no lo han sido». A este respecto, Gragera se ha referido a la colaboración que «tienen que tener y que ahora tienen» el Ayuntamiento y el Ejecutivo autonómico y añade que «obviamente» el puente y sus estructuras son de titularidad de la administración regional, por lo que esa limpieza «sí, la hará la Junta».
A continuación, ha asegurado que la supuesta polémica con el ministro Óscar Puente no existe porque es «una polémica que no se sostiene». En su opinión, hay una sentencia que obliga al Ayuntamiento a mantener el sistema de alumbrado del Puente Real además de realizar la limpieza ordinaria y la reposición de los pavimentos, algo que ve «lógico y normal», pero rechaza que el mantenimiento de la estructura sea responsabilidad municipal porque los tirantes forman una parte «intrínseca» de su estructura.
«Hablando se entiende la gente, hasta la fecha no habíamos tenido una acogida positiva, ahora sí», reafirma Gragera antes de insistir en su agradecimiento a la Junta de Extremadura por ayudar a que la ciudad «tenga el mejor aspecto posible».
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Esa postura supone un cambio con respecto a la que mantuvo el Ayuntamiento de Badajoz en 2008, cuando decidió repintar la base de los tirantes y las barandillas con personal municipal.
Esa actuación se llevó a cabo en diciembre, solo seis meses después de que el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Badajoz hubiese obligado al consistorio pacense a costear la sustitución de las bombillas que iluminaban en puente.
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Ese fallo daba la razón a la Junta de Extremadura en su rechazo a pagar el coste de los focos. Para ello, el magistrado realizaba una fundamentación jurídica en la que abordaba de forma específica el problema de la iluminación, haciéndola extensiva a otras responsabilidades referidas al mantenimiento del puente, como la limpieza o el arreglo de los desperfectos de la calzada.
La sentencia indicaba que aunque el puente había sido costeado por la Junta de Extremadura, era el Ayuntamiento de Badajoz quien se beneficiaba de él, exponiendo a continuación que en la regulación supletoria del Código Civil se establecen las obligaciones que tiene el usufructuario o usuario, que «está obligado a hacer las reparaciones ordinarias que necesiten las cosas dadas en usufructo», considerándose ordinarias «las que exijan los deterioros o desperfectos que procedan del uso natural de las cosas y sean indispensables para su conservación», mientras que son de cuenta del propietario «las reparaciones extraordinarias».
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Seis meses después de dictarse aquella sentencia, operarios municipales pintaron los 'capuchones' oxidados del Puente Real, y en febrero de 2009 también fueron pintadas las barandillas por trabajadores del Ayuntamiento.
El deficiente estado que presentan los recubrimientos inferiores de los tirantes del Puente Real y la negativa del Ayuntamiento a afrontar el repintado ha llevado a la Junta de Extremadura a asumir esa actuación con fondos propios. De este modo devolverá el decoro a esos 'capuchones' que recubren los amortiguadores que fueron colocados en la base de los tirantes para reducir las vibraciones en 1997, tres años después de inaugurarse el puente.
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Una década después surgió el conflicto con los focos, cuya reposición fue costeada por el Ayuntamiento de Badajoz tras ser dictado un fallo por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Badajoz.
En esa polémica actuó como portavoz municipal José Antonio Monago, entonces concejal del PP y años más tarde presidente de la Junta de Extremadura.
Tras dar el salto al Gobierno regional impulsó una revisión de la estructura del puente y en el año 2013 fueron analizados los 28 tirantes. Con esa actuación buscaba transmitir a la ciudad que tras años de abandono la Junta de Extremadura miraba por fin al puente más singular de la ciudad de Badajoz. El Ejecutivo regional dijo entonces que desde 1994 sólo se habían realizado cuatro revisiones: una en 1995, otra en 1996 y las otras dos en los años 2003 y 2004.
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Seis años más tarde, en 2019, la Junta de Extremadura asfaltó el puente tras anunciar que su intención era dejar el firme en perfecto estado para que a partir de ese momento se encargase de su mantenimiento el Ayuntamiento de Badajoz.
Ahora, en 2024, los tirantes vuelven a presentar restos de óxido y la Junta de Extremadura anuncia que procederá al repintado, una actuación que en el año 2008 fue asumida directamente por los operarios del Ayuntamiento de Badajoz.
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