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Luis de Morales, pintor renacentista del siglo XVI, tiene estatua en Badajoz, da nombre a un colegio e incluso a un museo, ubicado en la que se supone fue su casa en pleno corazón del Casco Antiguo. Sin embargo, es complicado ver una obra suya en la ciudad. El Museo de Bellas Artes de Badajoz (MUBA) acaba de poner remedio a este vacío con la exposición inaugurada ayer. Esta pinacoteca posee dos obras que en realidad fueron pintadas por seguidores suyos. Ahora, por primera vez en casi dos décadas, el artista conocido como El Divino por la espiritualidad que imperaba en su obra tendrá cuadros propios a la vista del público.
Se trata de una de las exposiciones que con más esfuerzo ha sacado adelante el MUBA con el apoyo de la Diputación de Badajoz, que después de año y medio al fin ha conseguido reunir 11 cuadros del pintor pacense, considerado el artista más importante del Renacimiento en el ámbito extremeño. Con esta calificación comienza el díptico que resume la exposición, que dura hasta el 14 de noviembre y que estrena una iluminación muy oportuna que evoca la llama de las velas que se supone sacaban al mundo de la penumbra hace cuatro siglos, cuando en Badajoz residían apenas tres mil personas.
En las salas del MUBA predomina la oscuridad y parece que la luz emane del propio cuadro, un efecto que impacta. «Se trata de focos de contorno, recién adquiridos por el museo. En este caso reflejan el mundo de reflexión espiritual de la época», explicaba ayer Maite Rodríguez, directora del MUBA.
La exposición está repartida en dos salas de la planta baja con 11 obras de Luis de Morales y otras dos obras en la planta superior realizadas por seguidores del pintor extremeño que han sido analizadas de modo técnico. A través de diez paneles explicativos, el visitante puede aprender sobre pigmentos, restauraciones o arrepentimientos de los autores.
En cuanto a las 11 obras originales que la Diputación de Badajoz ha conseguido reunir se trata de delicados óleos sobre tablas que han sido minuciosamente tratados y estudiados por los especialistas. Dos pertenecen a la Catedral de Badajoz, cuatro son propiedad del Museo del Prado, otros dos han llegado desde el Museo del Patriarca de Valencia, otra es del Museo de Arte Antiguo de Lisboa, hay un cuadro de la Real Academia de San Fernando de Madrid y una última pieza que pertenece a una colección particular de Badajoz.
La exposición tiene como antecedente la muestra que en 2015 presentó el Museo del Prado sobre el artista pacense, lo que animó a la Diputación a recopilar obras de Luis de Morales, algo que únicamente ha sucedido en tres ocasiones desde 1975, la última vez en una exposición organizada en el claustro de la catedral pacense en el año 2000.
La muestra del MUBA se divide claramente en dos temáticas, una más amable y tierna en la que predomina la Virgen y el Niño Jesús y otra más pasional donde aparece, entre otras referencias, la Piedad o la muerte de Cristo.
Evidencia además cómo en aquella época Luis de Morales atendía a su clientela según los cánones católicos del siglo XVI, cuando en un ambiente contrarreformista la Iglesia emitía órdenes de culto a las imágenes para que los cuadros se conviertan en iconos devocionales. Igualmente, hay obras exentas que fueron encargos de particulares, como los obispos pacenses Juan de Ribera o Francisco de Navarra, y piezas pertenecientes a retablos.
La muestra del MUBA es una oportunidad única para ver el legado de uno de los pintores manieristas de mayor trascendencia. Solo el Museo de El Prado reúne tanta producción del autor pacense, con una veintena de obras en Madrid. En Extremadura hay obra suya en un retablo de Fregenal de la Sierra en la provincia de Badajoz, y en San Martín de Plasencia y Arroyo de la Luz en la de Cáceres, explicaba ayer la directora del MUBA con el fin de obtener una dimensión de la excepcionalidad de la muestra que acoge esta pinacoteca situada a pocos metros de donde estuvo el taller de Luis de Morales entre 1539 y más o menos 1580.
Durante el acto de presentación de ayer intervinieron la directora del Museo, Maite Rodríguez, el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, y el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Gallardo.
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