Secciones
Servicios
Destacamos
No pude conocer a Miriam tan bien como sus compañeros y amigos, pero en los pocos meses que coincidimos valoré no sólo su capacidad profesional sino, sobre todo, la personal. La redacción de HOY está llena de dolor y de vacío. Poco aliviará su duelo, pero si una sola frase de mi última conversación con ella les anima, voy a contarla porque Miriam también les quería, admiraba y hasta el último momento fue ella: la optimista, la que daba ánimos, la periodista.
El 25 de septiembre nos mensajeamos para hablar de nada y de todo; sin mencionar la enfermedad ni su proceso. La escribí para comentarle cómo estábamos organizando la próxima edición de los premios Extremeños de HOY y hablar de uno de sus entrevistados. Y de ahí llegamos a dar un repasillo a la actualidad, preguntarnos cómo lo llevábamos y llenar los mensajes de emoticonos de risas y erratas: menos mal que no salen en papel ni en la web, dijimos. «¿Me imagino que habrás inaugurado ya el final de las obras de la calle Stadium?, aunque solo sea por el fin del ruido». Sí, le contesté, eso parece ahora la Gran Vía, venga a pasar gente y a tirar fotos. «Somos muy noveleros en Badajoz, va en nuestro ADN. A ver si esto me da una tregua y puedo darme un paseíto por allí». Ni su hospitalización podía con la verdadera Miriam: fue comentarle que además había una terraza con ambientillo y ni lo dudó: «Me la apunto!»
La echábamos de menos y ella al HOY. Hablamos del diario, claro, y esto que me escribió de sus compañeros muestra lo grande que era: «¡Es el mejor equipo del mundo! Yo no he visto un sitio donde se le ponga tanta entrega y pasión y que reúna a la vez tanto talento».
Cómo no va a doler perder a Miriam.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.