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María Isabel Hidalgo
Lunes, 16 de octubre 2023, 07:14
El carrete de hilo de la caña de pescar de Luis Morgado no descansa ningún día. Este pescador ya jubilado se acerca a diario ... a las Baldocas, una zona de pesca próxima a las Crispitas, en Badajoz. «Vengo aquí porque todas las zonas de pesca que hay en el río están inaccesibles por culpa del nenúfar», asegura Morgado.
Así, la zona del Azud, los puentes y Los Pollos están en completo desuso para la pesca. En cambio, en su tránsito fuera de la ciudad el agua está limpia, con lo que el único punto en el que se puede practicar la suelta y captura de peces está en apenas 30 pesquiles de los más de 200 que hay en las Baldocas, donde los rectángulos de hormigón no se veían hace pocas semanas, cuando una máquina los liberó del nenúfar que los rodeaba para que se pudiese celebrar allí el concurso de pesca de Feciex. «Lo que han hecho no sirve de nada, el nenúfar crece de raíz y si esta no se arranca la planta no desaparecerá», explica el pescador mientras lanza el anzuelo lo más alejado posible de esta especie invasora.
Un poco más abajo del pesquil en el que se encuentra Luis Morgado está Joaquín Pozo, otro aficionado. «Vengo aquí porque es el único sitio en el que se puede intentar pescar algo. Antes iba al azud pero los puestos de pesca que había ahí se los ha comido el nenúfar», relata.
Pozo teme que en un par de semanas tenga que quedarse en casa porque el nenúfar retirado ya ha comenzado a hacer acto de presencia. «Es vergonzoso que con el río que tenemos en la ciudad no podamos hacer uso de él. Si queremos pescar con tranquilidad tenemos que coger el coche y desplazarnos a Mérida o a los pantanos de Olivenza y Nogales, que son los más cercanos», asegura.
Un hábito que han adoptado más pescadores de la ciudad que cada fin de semana salen fuera para poder echar sus cañas al agua. Como Juan Bustamante, que hace unos años pescaba por la zona de Caya y ahora apenas se acerca a dar un paseo. «Venía aquí a pescar casi todos los fines de semana, ahora no puedo hacerlo, es imposible, no podemos acercarnos a las orillas, está todo inaccesible para la pesca y además es peligroso», asegura.
La situación en la que se encuentra el Guadiana a su paso por Badajoz tiene cansados no solo a los vecinos, también a ☻los aficionados a esta práctica, por eso, Juan José Pérez aprovechó la entrega de premios de Feciex para protestar contra el estado de dejadez en el que se encuentra el río a su paso por la ciudad. «Les pedí a los políticos que estaban allí que se dejen de colores y dejen de pasarse la pelota unos a otros porque el Guadiana es de todos, y que saquen ya de sus aguas esta especie invasora que asfixia el río», apuntaba Pérez.
La solución a este problema pasa por dragar el río. «Hay un proyecto que prevé hacer unas compuertas cerca del Molino de los Moscoso para bajar el nivel del río y meter así la maquinaria que permita arrancar el nenúfar de raíz», explica el presidente de la asociación Salvemos el Guadiana, Juan Fernando Delgado.
Hace más de cinco años que esté proyecto está en marcha, pero hasta ahora no ha habido ningún avance, por eso Delgado asegura que saldrán a la calle a protestar si no ven avances en las obras el próximo año.
Una alternativa a dragar el río es la de utilizar máquinas excavadoras con brazos de 35 metros que lleguen hasta el fondo, donde crecen las raíces del nenúfar para arrancarlas, cuenta uno de los socios de Amigos del Guadiana, Juan José Pérez. «Esto es más rápido y económico, pero esta solución no la tienen en cuenta porque no interesa económicamente», señala.
El problema de esta especie es que es muy dañina, porque a diferencia del camalote, que ya fue eliminado del río, esta planta está arraigada en el Guadiana dando cobijo a depredadores como el pez gato. «Este pez se come los cangrejos y las crías de otras especies y hemos notado que en los últimos años no solo ha aumentado su presencia, también su tamaño pues algunos llegan a pesar siete kilos», cuenta Delgado.
Como consecuencia, especies autóctonas como barbos o bogas están desapareciendo. «Ver el río así es muy triste y más aún cuando yo de pequeño me bañaba en él y ahora mismo eso es impensable. Yo estoy luchando por verlo un poco más decente de lo que está», afirma Juan Fernando, quien considera una «vergüenza» que el Pez de Plata, un concurso de pesca que se celebra durante la feria de San Juan en los últimos años, se haya disputado en Mérida porque aquí no es posible organizarlo.
La presencia del nenúfar no afecta solo a la pesca, también a la práctica de deportes acuáticos, al ecosistema. «Por eso es primordial que esto se solucione, de no hacerlo están consiguiendo que Badajoz viva a espaldas del río, que está desaprovechado, algo que solo ocurre aquí, ya que es el único que atraviesa una ciudad en estas condiciones».
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