
Secciones
Servicios
Destacamos
¿A nombre de quién ponemos la denuncia?». Es la pregunta que hace una patrulla de la Policía Local de Badajoz a un grupo de seis chavales que se arremolinan en la puerta de un piso de la calle Arrayanes, en Ciudad Jardín. Una vecina llamó a la centralita a la una y media de la madrugada de este viernes por los ruidos y molestias que generaban en este piso de estudiantes. Los cuatro coches de policía que acudieron oyeron las voces desde la calle.
Arriba, en la puerta, les informan que se enfrentan a una sanción de 700 euros. Les dan la posibilidad de ponerla a nombre de uno para que la abonen entre todos en lugar de cursar seis denuncias distintas. La preocupación al otro lado de la puerta es si pueden realizar un «pronto pago». Y, sin decirlo, los agentes saben que esa es la manera de evitar que la multa llegue a casa de sus padres. «A mí me pasó en mi pueblo y me dejaron pagarla así», dice una de las chavalas. Los agentes les responden que cada municipio tiene unas ordenanzas, que pueden consultar las de Badajoz o ponerse en contacto con el Ayuntamiento por la mañana.
Con el toque de queda a las doce de la noche, Badajoz vivió un incremento de fiestas en viviendas ocupadas por universitarios. Esto, a su vez, generó quejas de los vecinos y visitas de la Policía Local. «Hemos podido ir a 25 pisos en una sola noche», explica Javier Lozano, jefe de servicio de la madrugada de este viernes 13.
Sin embargo, los días han ido pasando y las fiestas se han ido reduciendo. Las sanciones han ido calando y las reuniones en viviendas son ya menos numerosas. Hasta las dos menos cuarto de la madrugada de la noche del jueves al viernes, los agentes solo recibieron esta llamada.
Una vez allí, y con la denuncia formulada, advierten a los jóvenes que si la vecina les llama de nuevo y ellos comprueban que han vuelto a las carcajadas y gritos les van a tramitar una sanción individual por desobediencia. «Y eso ya es más grave», les dice una pareja con el uniforme de los Giapol. Ese es un grupo de 22 agentes destinados inicialmente para el Casco Antiguo, pero que ya cubre toda la ciudad.
Los policías también están vigilando de cerca los botellones. El seguimiento constante que hacen de las redes sociales les indicó que había una convocatoria para primeras horas de la noche en las inmediaciones del centro comercial El Faro y, también, que estaba organizado por menores. Hasta cuatro coches de los agentes se cruzaron por las calles aledañas a la avenida de Elvas. No vieron nada. Peinaron todos los alrededores, pero no los encontraron. Al final no hubo botellón.
Los agentes han constatado en los últimos tiempos un incremento del consumo de alcohol en niños. Este mismo año encontraron a un menor de 13 años a las puertas del coma etílico. Además, el botellón está prohibido en toda la ciudad desde marzo. Pero su experiencia les dice que se reúnen en cualquier sitio en torno a una botella. Y con ello, sin mascarilla ni distancia de seguridad.
La noche empieza para los agentes a las 22.45 horas y ya saben que dos semanas después del toque de queda casi todo Badajoz se mete en casa antes de que den las doce. Los bares están a esa hora cerrados, aunque los que han trabajado hasta el final pueden mantenerse dentro limpiando y recogiendo. Algunos pacenses continúan por la calle llegada la medianoche, momento en que está prohibida la circulación. A la una encuentran a un hombre andando por el paseo fluvial. Le paran y este enseña su documentación. Vuelve a su casa desde el trabajo, en un kebab.
Los agentes tienen la ciudad dividida en cuatro sectores para repartirla entre los siete coches patrulla que circulan por Badajoz. El jefe de servicio va entrando en todas las áreas y el resto acude a cada aviso. Este lleva también un transmisor para mantener una comunicación constante con la Policía Nacional.
A las 00.25 una señora mayor llama a la centralita porque cree que están intentando abrirle la puerta de casa con ella dentro. El coche de Javier Lozano, el jefe de servicio, está en ese momento patrullando San Roque en dirección a Suerte de Saavedra. Se da la vuelta y acelera. Saltan algunos radares. Llegado a la avenida de Adolfo Díaz Ambrona pasa por encima de la mediana para entrar por dirección contraria en la calle de Las Moreras donde reside la mujer.
Al llegar, algunos de sus compañeros ya están arriba y otros esperan abajo. Hay más de veinte. Entre ellos, la Guardia Civil, que se ha cruzado con algunos de los coches de la Policía Local y ha cambiado de dirección para sumarse. Uno de ellos lleva un fusil M-16, del que la Guardia Civil suele disponer en los controles. Tras una inspección constatan que todo ha sido una falsa alarma.
Así que cada uno vuelve a su coche y recupera su ruta. La de Javier Lozano le lleva a Los Colorines. A las 00.40 horas, interrumpe la conducción de un hombre joven. «Voy a comprarle leche a la niña a la gasolinera», explica. Tras una breve charla, el responsable del operativo nocturno le contesta: «Dése prisa por favor y vuelva a su casa». En esta barriada hay otras dos patrullas más de la Policía Local y nadie en la calle. Como en el resto de la ciudad, la mayor parte de los vecinos están en sus casas.
De ahí el coche se dirige a la Luneta y baja hasta la rotonda del Puente de la Autonomía. Ya no debería haber coches circulando, pero una pareja de personas mayores viaja en uno en dirección a la carretera de Cáceres. Les paran. Van a su pueblo y acaban de dejar el Hospital Universitario, así que no hay multa y pueden seguir su camino.
En la centralita está Juan Manuel Salgado. Él es el que descuelga el teléfono y ve Badajoz dividida en pantallas con imágenes de una resolución tan alta que le permite advertir hasta los detalles que ocurren en las calles. También, a veces, él y sus compañeros tienen que atender llamadas que no corresponden a urgencias. Han llegado a oír a alguien preguntar un sábado si el domingo hay mercadillo, o a un conductor lamentarse de que se ha encontrado un gato dentro de su coche. «Eso no son emergencias», considera Javier Lozano, quien incide en que esas conversaciones obstaculizan la atención a los hechos que realmente requieren de la Policía Local.
Como la llamada que recibieron a la una de la madrugada de un vecino de la calle Santa Lucía. Alerta de que un hombre está intentando entrar en algunos portales para pasar la noche. Cinco patrullas acuden.
El hombre dice ser holandés, solo habla en inglés y apenas contesta a los agentes. Solo repite que puede escribir su nombre, pero dice haber perdido su identificación. Es obvio que no tiene donde ir. Su aspecto es el de estar viviendo en la calle. Lleva varias bolsas de supermercado con comida y una mochila de mano que los agentes abren para buscar alguna cartera que pueda tener un documento oficial. No hallan nada. La Policía se pone en contacto con el Centro Hermano para trasladarlo, pero no hay plaza disponible. «Esto es a diario, el centro suele estar siempre completo», comentan los agentes.
Cáritas, el Ayuntamiento y la Junta llevan ya días buscando un lugar que puedan habilitar para atender a quienes no tienen casa durante el invierno. De momento no han encontrado ese albergue provisional, pero los agentes saben que hace falta. Ven a personas diferentes por Badajoz que no conocían, como a este holandés al que se ven obligados a derivar a un parque a dormir, pero al que también advierten que no trate de entrar en ningún edificio y que si tienen que volver a buscarlo se encontrará con un «gran problema».
Hasta las 6.45 horas no llega el cambio de turno, son ocho horas vigilando Badajoz.
Si el servicio se lo permite, los agentes pararán y tirarán de café para ir aguantando. La noche es tranquila. Aseguran que «la gente, por lo general, respeta el confinamiento y por la calle solo hay casos aislados». Ellos ya saben que la mayor parte de la ciudad de Badajoz duerme y respeta el toque de queda.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.