El parque del río, la playa de los pacenses

El desfile de mesas plegables, hamacas y neveras toma protagonismo a última hora de la tarde a orillas del Guadiana. Una estampa más propia de las zonas de costa y a la que recurre Julia Álvarez para sobrellevar su vuelta de las vacaciones. «No he sacado ni la hamaca del coche, llegué ayer de la playa y este es el mejor sitio para animarme con la vuelta a la rutina», contó esta joven mientras ayudaba a su hermana a colocar en la mesa la cena de esa noche.

Tortillas, empanadas, y bebida fría era el menú que más se veía a lo largo de mesas y mantas que había repartidos por el césped. Alrededor de la mesa de Juani López quedó casi una veintena de amigos. «Traemos el bocata y la cervecita, aquí cada uno trae lo suyo porque somos muchos, pero aún así no faltan unas aceitunas o unas patatas para acompañar», explicó López.

Lo que tampoco les falta a este grupo de amigos es la butaca, cuentan que son mayores, y por eso ya no usan la toalla para sentarse en el césped.

Los recuerdos de verano de Juani están vinculados al río, desde su infancia este es el lugar en el que se ha divertido y refrescado. «Badajoz ha tenido siempre playa, cuando yo era pequeña podía bañarme en el río, lo que deberían hacer es recuperarla», exclama Juani, que se muestra enfadada ante la falta de piscina para poder refrescarse en la margen derecha.

Un elemento que también echa en falta Juan Antonio Nogales, un catalán que vive en Badajoz desde hace ocho años. «Esto le ha dado mucha vida a la ciudad porque estaba dormida. Es importante que se potencie esta zona, solo hay que ver como está el parque de gente y todo porque hay un concierto», relata Nogales.

Para él lo ideal sería una continuidad en los actos que se organizan en el río, que no sean solo en los meses de julio y agosto.

Y es que el jueves pasado en lugar de cine, el embarcadero del Guadiana acogió el festival 'Made in Badajoz', en el que se dieron cita por segundo año consecutivo cinco grupos locales para amenizar la noche y dar a conocer su música.

«Apostamos porque este festival se repita todos los años, porque es el lugar es perfecto para mostrar el talento que tenemos en la tierra», comentaban desde la organización, Aarón Toth.

Un festival que congregó a decenas de grupos de amigos y familiares a disfrutar de la música. Mientras, otros aprovecharon para reencontrarse con sus seres queridos que viven fuera y vienen de vacaciones.

Una decena de mantas y toallas para sentarse en el césped necesitó Manoli Mora, que fue hasta el parque para disfrutar de una reunión en familia. «Han venido mis primas de Bilbao y nos encanta pasar aquí las noches. Pediremos una pizzas para cenar porque venimos a disfrutar», aclaró Mora.

Para esta familia lo positivo del parque está en su amplitud, que les permite estar tranquilos mientras los niños juegan. «Vengo de Bilbao y todas los veranos paso una semana en Badajoz, me gusta venir al parque aunque hace mucho calor», contó el sobrino de Manoli, que disfruta de su noveno verano en la ciudad.

Las toallas de piscina son las protagonistas entre los jóvenes que dejan a un lado las mesas y sillas para tumbarse en el césped, como Pablo Hernández, que cenaba unas hamburguesas con sus amigos. «Venimos de vez en cuando porque es el lugar donde se está más fresco, de hecho hay noches que se pasa frío», relató el joven.

Otros prefieren aprovechar las primeras horas de la noche para hacer ejercicio, como Felipe Da Silva y Luci Izquierdo, que jugaban a vóleyplaya con su grupo de amigos. «Nosotros venimos todos los días, la pelota es lo que no se nos puede olvidar, y agua que hace mucho calor», decía Da Silva. Estos jóvenes se quejan por de la escasez de pistas de voleibol que tiene el parque, sólo hay una, por lo que muchos grupos se tienen que conformar con jugar en el césped, sin red e intentando no molestar a quiénes van buscando el descanso.

Pelotas, patines, música y cine, todo cabe en el parque del río, un lugar del que los pacenses han hecho su particular playa.