La principal hipótesis es que el asesinato de Jesús Rocho también fue por encargo

El martes su cuerpo fue sometido a una autopsia y el juzgado decretó el secreto de actuaciones, por lo que la Guardia Civil, que lleva la investigación en colaboración con la Policía Nacional, no ha aportado más información oficial. De momento no ha habido detenciones.

Sin embargo, según ha podido saber HOY, la investigación se centra en buscar a cuatro hombres que fueron vistos con un coche potente en la capital pacense. Son de nacionalidad extranjera, de Latinoamérica, y se apunta a que se trata de sicarios contratados para acabar con la vida de este pacense de 53 años.

Tampoco hay confirmación oficial, pero se cree que el crimen está relacionado con el otro asesinato que vivió Badajoz en 2024. Fue en febrero y la víctima era otro miembro del clan de Los Rochos, el yerno del fallecido el lunes. Fue Jesús G. C., alias el Tutu, que murió acribillado mientras desayunaba en el bar Vaquerizo. También en ese caso la principal hipótesis fue que se trataba de asesinos profesionales.

Una investigación del juzgado de Instrucción número 3 de Cáceres vinculó el asesinato del bar Vaquerizo con dos tiroteos en el Polígono Ganadero de Cáceres. La hipótesis es que hay dos familias pacenses que tratan de atentar unos contra otros desde 2019, cuando hubo un intento de homicidio en Suerte de Saavedra. Desde entonces se han producido peleas, como la batalla campal en los juzgados de Badajoz, tiroteos y enfrentamientos. La duda es si las dos ejecuciones de miembros de Los Rochos son a consecuencia de esta guerra.

Para determinarlo, los investigadores tratan de identificar a los autores materiales del asesinato. Según ha podido saber HOY, una de las hipótesis es que tanto el vehículo como estos individuos estuvieron en la zona de la carretera de Madrid antes del tiroteo en Tres Arroyos.

Una de las claves para determinar que pudo tratarse de sicarios es la secuencia de los hechos. Todo indica que los asesinos siguieron a Jesús Rocho hasta encontrar el momento más adecuado, cuando circulaba solo por una carretera poco transitada. Además, supone una dificultad añadida abatir a una persona desde un coche en movimiento y disparando sobre otro vehículo en marcha.

Este periódico ha confirmado que la policía ha solicitado las grabaciones de seguridad de varios establecimientos de la carretera de Madrid, en el entorno de la llamada rotonda del ocho. El objetivo es encontrar en las imágenes el coche en el que viajaban las personas que atentaron contra el pacense de 53 años y también a los individuos que viajaban en él.

La información procede de los propios locales en los que han solicitado las grabaciones. Esperan encontrar en las imágenes a las cuatro personas relacionadas con el coche de gran potencia.

De hecho, se cree que en ese momento ya podrían estar siguiendo la pista de Jesús Rocho, posiblemente vigilando un establecimiento al que pudo acudir para desayunar ese lunes u otras jornadas. Hace diez meses el 'modus operandi' fue similar. Tres hombres en un coche vigilaban el bar Vaquerizo. Allí estaba desayunando J. G. C., alias Tutu, con su mujer. Los hombres, que se cree que eran sicarios, esperaron a que hubiese pocas personas en el local y uno de ellos metió el brazo por una puerta lateral y disparó once tiros a la pareja. Ella resultó herida y él murió.

En el tiroteo de este lunes, sin embargo, el atentado no fue en un local a cubierto. Los responsables, quizá los cuatro que tratan de localizar en imágenes de seguridad, siguieron el coche de Jesús Rocho Sosa cuando este pacense tomó la carretera de la Corte (BA-022). Dispararon en marcha sobre el Volkswagen negro de este vecino cuando estaba llegando a la urbanización Tres Arroyos, a la finca de un familiar.

El tiroteo tuvo lugar pasado el kilómetro 6 de la carretera. Una de las claves de la investigación, además de los movimientos de los responsables antes del atentado, es saber cómo huyeron de la BA-022 y dónde está el coche usado en el asesinato.

En febrero, tras el asesinato de Tutu, se encontró el vehículo que presumiblemente utilizaron los tres implicados para vigilar desde el aparcamiento del Vaquerizo y huir tras el tiroteo. Apareció quemado, aunque se confirmó que en origen era blanco, en el paraje llamado Maloscaminos, un camino rural paralelo a la carretera de Olivenza. La Policía Nacional lo inspeccionó en profundidad y en ese caso también se requirieron distintas grabaciones de seguridad, pero tampoco ha habido detenciones.