
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La dueña del bar-restaurante de la urbanización pacense de Las Vaguadas donde se fraguó la discusión este martes por la tarde ha dicho un día después que allí tomaron entre los cuatro jardineros «unas siete rondas de cerveza». Fue entre las cuatro de la tarde cuando llegaron a su negocio de hostelería, el único abierto los martes, y las ocho de la tarde, cuando Pedro mató golpeando con un palo en la cabeza a su amigo Luis justo en el descampado de al lado. Según la empresaria, «la pelea apenas duró un minuto. Fue todo muy rápido».
Laura Griñón, que regenta este negocio y los conoce de otras ocasiones, ha relatado este miércoles a este diario que cuando llegaron los cuatro amigos ya venían de tomar cerveza comprada en la frutería. «Les dijimos que la cocina estaba cerrada, pero solo querían cerveza y les pusimos una ensaladilla y frutos secos de aperitivo para que comieran algo. La víctima (Luis) solía hacer bromas, pero algunas eran de mal gusto. Luego le repetía al que luego sería su agresor (Pedro) 'no te enfades, que es broma' y lo abrazaba. Así estuvieron prácticamente hasta las ocho y a todos nos sorprendió que se levantaran de repente. Pensábamos que iban a fumar, no sé. Pero se fueron al descampado y cogieron unos palos para pelearse de los que hay ahí de restos de poda».
La versión que la camarera, como testigo, le dio a su jefa es que quien era objeto de las bromas golpeó al fallecido (Luis) y David, amigo de este, golpeó con otro palo al agresor (Pedro) para defenderlo. «Nos levantamos a ver qué pasaba –prosigue la empresaria– y no nos dio ni tiempo porque enseguida uno (Luis) cayó boca abajo y su amigo (David) le metió los dedos para moverle la lengua e intentó socorrerlo mientras llegaban unos médicos que había en la terraza del restaurante, pero ya tenía la cara color morada y no pudieron hacer nada. El que lo había matado se quedó al lado. ¿Pero por qué se mete conmigo?, decía. Y entonces le dijeron 'vete, vete'». Y se refugió en la tienda de alimentación de sus familiares que hay a unos cincuenta metros.
Al rato llegó la policía, le dijeron que saliera, obedeció y cuando lo esposaron para llevárselo detenido le informaron de que la persona con la que estaba tomando cervezas de broma un rato antes acababa de fallecer. No se lo creía.
David, el amigo más cercano del fallecido también prestó declaración acusado de amenazas y ha sido puesto en libertad este miércoles. El cuarto amigo, Fernando, declaró la noche del martes y como no intervino directamente lo pusieron en libertad y durmió en casa.
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