A la izquierda, la celebración en Bótoa en 1999 y a la derecha sus bodas de plata este sábado. HOY

Lo que Bótoa ha unido, no se separa en 25 años

Patricio y Susana. Esta pareja de Badajoz se conoció en la romería en 1998 y se casó un año después terminando la fiesta de la boda también en la Ermita

Natalia Reigadas

Domingo, 5 de mayo 2024, 09:52

En mayo de 1998 Patricio Tejeda vio a Susana Hinchado en un pub donde tomaban algo. Aunque ambos eran vecinos del barrio de San Fernando, no se conocían. Él lo tuvo claro y la invitó a ir a Bótoa al día siguiente. Ella aceptó, aunque ... dudó si él se presentaría, porque sabía que esa noche salía con sus amigos. El chico cumplió y fue a recogerla. «Me lo pasé bomba, el mejor día de Bótoa», recuerda ella. La romería confirmó el flechazo y solo un año después se casaron. La boda terminó de madrugada y los novios decidieron seguir la fiesta con unos amigos ¿Dónde? En el lugar dónde se habían conocido. La imagen de unos novios de fiesta junto a la Ermita se publicó en HOY y este periódico tiene la suerte de volver a celebrarlo con ellos en sus bodas de plata.

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Ayer Patri y Susi celebraron 25 años de matrimonio. Lo hicieron renovando sus votos en una ceremonia con su familia y amigos en una finca de la Torre de Miguel Sesmero. Sus padrinos fueron Oscar y Adrián, sus hijos de 22 y 17 años, y el novio volvió a emocionarse al verla.

Patricio y Susana tenían 26 y 28 años cuando se conocieron. Fue él, según admite, el que tuvo el flechazo. «Yo tuve claro que estaba enamorado hasta la médula, y lo estoy», dice este empleado de una fábrica de reciclaje.

En su primera cita estuvieron en las casetas de la romería, tomaron cervezas y bailaron. Sonaron varias canciones de Manolo García que ayudaron a que la jornada fuese más romántica. Ayer, sin embargo, para la entrada en la iglesia escogieron 'Amiga mía', de Alejandro Sanz, que es su canción.

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Tras la primera romería de Bótoa «él me llamaba todos los días y el 13 de mayo nos hicimos novios», recuerda Susi.

Decidieron casarse apenas unos meses después de conocerse y en la ceremonia no se había cumplido un año. Ambos habían tenido relaciones anteriores largas y apostaron por la suya. «Yo había estado con alguien desde los 12 años hasta los 27 y tenía claro que no quería un noviazgo largo. Pensé: si sale bien, adelante y si no, pues nada», explica Susana Hinchado. El matrimonio fue tan rápido, según explican, que en su boda fue cuando conocieron muchos de sus parientes.

Hablar y no ser rencorosos

Su apuesta funcionó, aunque reconocen «que no todo ha sido de color de rosa». Y en su experiencia puede haber muchos consejos para los que quieran superar los 25 años de pareja.

«A los diez años tuvimos una crisis de meses, de no hablarlo. Recuerdo que nos íbamos de vacaciones y pensé que iban a ser la peores, pero conseguimos arreglarlo», dice Susi. «Yo reconozco que he cambiado. Era muy rencorosa. Me enfadada y dejaba de hablarle y él me decía: preferiría un golpe que haría menos daño que no hablar contigo. Ahora discutimos, pero seguimos hablando y a las cinco minutos lo hemos arreglado».

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El consejo de Patri es parecido. «Hemos tenido baches y hemos cambiado y creo que lo importante es hablarlo ¿De qué te sirve enfadarte?», explica.

En estos años, uno de sus principales retos han sido «sus dos cabezones» que ayer fueron sus padrinos. En la segunda boda de ayer, además, la novia volvió a guardar en secreto su vestido. Fue una ceremonia muy emocionante y divertida en la que no faltaron las anécdotas sobre la primera boda, la de 1999.

Patricio y Susana en la noticia que publicó HOY en 1999. HOY

Esta pareja se casó en la parroquia de San Roque porque le gustaba mucho a la novia, que trabajaba cerca. Después la cena fue en el Complejo Alcántara con 180 invitados. «Cuando nos echaron de allí, nos fuimos a la discoteca del Hotel Río, El Gallo», recuerda la novia que apostilla: «nosotros no tuvimos noche de bodas, seguimos de fiesta».

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Ya por la mañana la pareja se fue a desayunar al bar El Venero y a casa de un hermano. Allí se produce una de las anécdotas, el novio le robó un canario que tenía y se lo llevó en el bolsillo a la siguiente aventura. Aclaran que el pájaro no sufrió daños.

Adrián, Susana, Patricio y Óscar. HOY

Cuando les dormir, decidieron ir a Bótoa con «los siete supervivientes que quedaban». «Me dijeron que nos cambiásemos, pero yo pensé: cuando me quite el vestido, no me lo vuelvo a poner y me fui de novia», rememora Susi. La Guardia Civil les paró al llegar, pero al verles de novios, les dejaron pasar. En la romería fueron protagonistas porque la gente, al encontrárselos, les pedía hacerse fotos con ellos. Volvieron a Badajoz a las tres de la tarde, pero no se fueron a dormir porque habían quedado a comer con sus padres. A las seis, por fin, llegaron a su casa y comprobaron que sus amigos habían llenado el pasillo de vasos de agua impidiéndoles en paso. Tardaron dos horas en recoger y cayeron rendidos. Si llegan a las Bodas de Oro prometen volver a celebrarlo a lo grande una vez más. En HOY también esperamos contar esa noticia.

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