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¿Pasaría un pacense desapercibido hoy en un zoco árabe? Depende de la indumentaria. Almossassa quiere llevar al Casco Antiguo a ser como Batalyaws, la ciudad que dio origen a Badajoz en el año 875. Pero los puestos, las bailarinas y los pinchitos morunos no ... son suficiente.
Hay que vestirse como los primeros pacenses para integrarse en una fiesta que no para de crecer cada edición. En los últimos años, poco a poco, ha habido quien se ha animado a cambiar el pantalón vaquero por la chilaba. Ese es el camino que quiere fomentar el Ayuntamiento, que está empeñado en que se pierda la vergüenza y toda la ciudad se anime.
Pero, ¿cómo se puedo uno vestir de árabe? Julián Monje, de el Silencio, dirige el primer taller de indumentaria árabe que organiza la fiesta. Tendrá lugar mañana sábado por la mañana, aunque si tienen interesados podrían continuar durante la tarde. Es entre las seis y las ocho de la tarde cuando la fiesta registra más asistentes. Se celebrará frente a la altura del restaurante El Silencio, en la calle Moreno Zancudo
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Casimiro Moreno
Para Monje, la clave está en huir del disfraz para optar por un atuendo moderno. Y para eso, dice, lo mejor es una camiseta tipo «oversize» larga, de las que se pueden comprar en muchas cadenas y almacenes, y adornarse la cabeza con un turbante. En las últimas semanas han comprado telas que han teñido ellos mismos para enseñar a los pacenses a hacerse su tocado este sábado. Habrá posibilidad de ello para hombres, mujeres y niños. No importa la edad, solo las ganas de pasarlo bien. Con unas zapatillas en los pies, el conjunto quedaría perfecto.
Una chilaba sería ideal, pero Monje reconoce que quizás hay más reparo a llevar una porque el pacense puede sentirse más disfrazado que vestido con normalidad. No se pretende hacer de Almossassa un segundo Carnaval, sino mimetizarse con una fiesta que es de Interés Turístico Regional desde 2018. Y hacerla crecer.
Las más animadas pueden optar por los pañuelos de monedas que recuerdan a la danza del vientre. Un top corto, una falda larga y uno de estos pañuelos en la cintura crearía un conjunto de diez. Si se tiene otro pañuelo podría ir en la cabeza. Y quien quiera tener cierto aire de misterio, puede cubrirse de nariz hacia abajo con una tela transparente. Los pendientes grande y dorados completan un atuendo que calza sandalias.
Los hombres con una túnica blanca, un pañuelo a cuadros rojo y blanco en la cabeza similar a los palestinos, con un colgante dorado y unas gafas de sol le haría pasar por un jeque.
Quien no se decida en casa, pero una vez puesto el pie en la Plaza Alta, se arrepienta, que sepa que habrá al menos dos puestos en el mercado medieval con prendas de ropa para vivir Almossassa con un aire diferente.
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