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María José Torrejón
Domingo, 23 de abril 2017, 18:56
A la una y cinco minutos de la tarde de ayer, el concejal más joven de la corporación municipal, el portavoz socialista Luis Salaya, se asomó al balcón del Ayuntamiento y, por segundo año consecutivo, tremoló el pendón de San Jorge, la bandera de la conquista de Cáceres cuyo original se guarda en el despacho de la alcaldía.
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La batió al viento una y otra vez mientras abajo, en al Plaza Mayor, la Banda Municipal de Música interpretaba el himno nacional. Así lo manda la tradición, que dice que la máxima enseña local sea enarbolada por el miembro más joven en cada momento. Salaya tiene 28 años. «Para mí es un honor, aunque paso un poco de nervios. San Jorge es una fecha muy importante para la ciudad», comentaba tras retirarse del balcón de la Casa Consistorial.
Este acto estuvo precedido por la procesión cívica, en la que los concejales partieron desde la Plaza Mayor hasta la Concatedral de Santa María, donde se ofició una misa en honor al patrón. Por segundo año consecutivo, se unió a la corporación la Asociación Fraternal de San Jorge, creada recientemente para fomentar el culto y la devoción al patrón de la ciudad.
Concluida la ceremonia religiosa, la procesión realizó el recorrido contrario hasta llegar al Ayuntamiento. Aquí, una vez tremolado el pendón, la Banda Municipal de Música interpretó varios temas, entre ellos el popular 'Redoble'.
La agenda de cada 23 de abril incluye, además, otro ritual en lo que a la vida municipal se refiere. Es la fecha elegida por el Ayuntamiento para rendir un pequeño homenaje a los trabajadores de la casa jubilados durante el último año. En esta ocasión, han sido cinco: María Isabel Merino Holgado (limpiadora), Guadalupe Rey Barrantes (coordinadora de programas de la Universidad Popular), Antonio Mateos Izquierdo (arquitecto técnico), Mateo Delgado García (oficial de la Policía Local) y Diego Domínguez González (mecánico conductor).
Ni Antonio ni Mateo asistieron a la celebración. Sí lo hicieron los otros tres homenajeados, que recibieron de recuerdo un reloj de pulsera. «Os voy a echar mucho de menos», dijo una espontánea María Isabel Merino cuando recibió el obsequio en el salón de plenos de manos de la alcaldesa, Elena Nevado.
Nevado tomó la palabra para dirigirse a estos antiguos empleados municipales. «Todos sois necesarios e importantes en esta gran maquinaria. Esta casa siempre os va a estar agradecida», dijo. Tuvo, además, unas palabras especiales para Diego Domínguez, conductor municipal desde 1987. Durante estos 30 años ha prestado sus servicios a cuatro alcaldes: Carlos Sánchez Polo, José María Saponi, Carmen Heras y Nevado. «Ha sido algo más que un compañero: testigo de desvelos y de viajes para buscar soluciones», concluyó la alcaldesa.
Quejas por los trofeos
A los actos institucionales se sumaron ayer las pruebas deportivas, entre ellas la carrera de bicis, que se ha recuperado este año. En el torneo de ajedrez hubo quejas entre algunos clubes al considerar que los trofeos, comprados por el Ayuntamiento, eran de mala calidad.
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