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Tradición cumplida. El pendón de San Jorge ha vuelto a tremolar un año más en el balcón del Ayuntamiento para rendir honores al patrón de la ciudad, ese santo apócrifo que alienta una leyenda que se mezcla con los hechos probados de la reconquista ... de Cáceres en 1229 por parte de Alfonso IX de León. La concejala más joven de la corporación municipal, Noelia Rodríguez, que desde el pasado mes de enero ostenta el cargo de edil de Deportes y Juventud, fue la encargada de mover la bandera mientras sonaba el himno de España al principio y después el de la ciudad, el Redoble, a cargo de la Banda Municipal.
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Rodríguez, de 26 años, anatomopatóloga de profesión y opositora mostró su emoción por el cometido que ha tenido que hacer. «Es algo que creo que a toda cacereña le gustaría hacer». Días antes llevó a cabo un poco de entrenamiento para conocer al dedillo todo lo que tenía que hacer. El tremolar del pendón se realiza tras la procesión cívica en la que participa toda la corporación municipal y tras realizar una misa en la iglesia de Santa María.
También se cumplió con una tradición al llevar a cabo el homenaje a los trabajadores municipales jubilados en el último año. Alrededor de 15 fueron agasajados con un reloj por sus largos años de servicio en distintos servicios municipales. Entre ellos estaba la psicóloga Mar Arranz, que ha pasado 21 años de su vida laboral en el Ayuntamiento. Arranz trabajaba en un programa de atención a mujeres víctimas de maltrato, un empleo muy social y piel con piel. «Estoy muy agradecida por este homenaje y contenta por haberme jubilado, soy una persona muy activa y tenía un montón de proyectos para hacer, por lo cual no me aburro».
Como auxiliar administrativo ha estado 40 años José Antonio Calzado. «Tenía ganas de tranquilidad y de tener más tiempo para mí», señala emocionado y con sus mejores galas. Lo más complicado, subraya, es quizás tener una rutina diaria marcada.
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El acto puso el punto y final a los fastos por el patrón de la ciudad. Día de resaca de leyenda para las miles de personas que ayer participaron en el masivo desfile de San Jorge, en el que hubo aluvión de fieras, colorido y baile y que concluyó con fuegos artificiales y la sensación de haber cumplido una vez más con una tradición que define parte de lo que Cáceres es.
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