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¿Qué ha pasado hoy, 25 de febrero, en Extremadura?
Entrada al parking de Primo de Rivera. A la derecha, el Hospital Virgen de la Montaña . :: lorenzo cordero
Un cierre de hospital con efectos colaterales

Un cierre de hospital con efectos colaterales

La empresa que gestiona ahora la cafetería, con diez empleados contratados, quiere quedarse con la del nuevo centro hospitalario | Mientras el parking de Primo de Rivera no teme una bajada de clientes, otros negocios próximos al Virgen de la Montaña creen que el impacto en sus establecimientos será negativo

Domingo, 23 de diciembre 2018, 09:01

El Hospital Virgen de la Montaña, también conocido como Hospital Provincial, tiene los días contados. Una vez que el Servicio Extremeño de Salud (SES) ponga en marcha el nuevo centro hospitalario, cuya obra civil terminó el viernes, las instalaciones del Paseo de Cánovas dejarán de funcionar y serán devueltas a la Diputación Provincial, propietaria del inmueble.

No será un cierre inmediato, como se había dicho en un principio. De hecho, el SES todavía no tiene una fecha exacta marcada en el calendario para bajar la persiana del Hospital Provincial, según ha indicado a este diario. Durante su última visita a las nuevas instalaciones sanitarias levantadas en El Cuartillo, José María Vergeles, consejero de Sanidad de la Junta de Extremadura, admitió que los tres hospitales de la ciudad seguirán operativos juntos un tiempo cuando abra el nuevo, aunque no precisó los plazos.

El SES tampoco avanza cuándo estarán operativas las primeras consultas en el nuevo Hospital Universitario de Cáceres. En un principio, se anunció que sería durante el mes de noviembre y se apuntó que Oftalmología sería uno de los primeros servicios que se trasladarían el Virgen de la Montaña al nuevo centro. «Daremos puntual información a todos los medios de cada uno de los pasos que se vayan dando en la apertura del hospital», responde la Junta al ser preguntada por la fecha manejada para la puesta en marcha.

Antes o después, el Virgen de la Montaña dejará de funcionar. Una parte de sus servicios se irán al Cuartillo y otra parte se trasladará al San Pedro de Alcántara. En las inmediaciones del Hospital Provincial hay quien ya mide los efectos que su marcha tiene para su negocio.

Si ha utilizado recientemente el parking de Primo de Rivera, es probable que le hayan hecho una encuesta. Herce Riosa, empresa explotadora del aparcamiento público, ha realizado un cuestionario entre sus usuarios para medir la demanda que tiene esta dotación y prever así la evolución del mercado. Una de las preguntas del formulario hacía referencia al hospital para saber con exactitud cuánta gente aparca en sus instalaciones porque viene a una consulta médica o a visitar a un familiar hospitalizado.

Javier Ovalle, gerente de Herce Riosa, explica que la encuesta no está motivada por el inminente cierre del hospital. Se trata de un estudio, aclara, que realizan una vez al año para acumular información y medir la evolución de la demanda.

En su caso, opina que el cierre del centro hospitalario no mermará su volumen de negocio. «Creemos que no va a tener demasiada incidencia. El impacto no debe ser considerable porque nadie viene exclusivamente al hospital. También aprovechan para hacer otras gestiones», apunta. En estos momentos, el parking tiene una rotación diaria que oscila entre los 600 y 700 vehículos (tickets), a los que hay que sumar los usuarios abonados. Los picos más altos de ocupación se registran durante los días laborables, entre las diez y las doce de la mañana. Durante esta franja horaria es habitual que el aparcamiento cuelgue el cartel de completo.

La estancia media de los vehículos se sitúa entre la hora y media y las dos horas. Y la mayoría de los usuarios estacionan aquí sus coches para realizar gestiones administrativas durante los días laborables. Los sábados por la mañana las compras son el principal motivo expresado por los encuestados para hacer uso del parking. Los domingos, concluye Ovalle, la demanda cae.

Quien sí teme perder algo de clientela es Laura Rodríguez, propietaria de 'La croissantería de Laura'. Su establecimiento de hostelería está en la calle Alfonso IX, muy cerca del Hospital Provincial. «Cuando cierre, lo voy a notar. Los miércoles es cuando más gente viene a tomar algo. Suelen ser personas mayores que vienen a consultas de cataratas», describe. También sirve cafés, ilustra, a los familiares de las personas que hay hospitalizadas. «A la gente le gusta salir del hospital y airearse un poco», dice.

El hospital cuenta con su propia cafetería. Está gestionada por la empresa Servicios Hosteleros 13, que también lleva la cafetería del Hospital San Pedro de Alcántara. César Martín Clemente, responsable del negocio, avanza que le gustaría quedarse con la cafetería que se abrirá en el nuevo hospital, cuyo proyecto se adjudicó hace unas semanas. «Todavía no nos han dicho nada. Se va a convocar un concurso público. Y estamos pendientes», afirma. La plantilla actual de la cafetería está formada por diez trabajadores. Con el cierre del Hospital Provincial, aclara Martín Clemente, no se quedarán en el paro «porque se subrogarán» en el nuevo contrato que ponga en marcha el SES en el nuevo centro, afirma el empresario.

Grupo de trabajo

Cuando Paco Roco eligió local para abrir su óptica hace 19 años tuvo muy en cuenta la proximidad al Hospital Virgen de la Montaña, que cuenta con el servicio de Oftalmología. «En su día fue clave para elegir sitio», afirma el dueño de 'Imagen óptima', una de las dos ópticas que hay en Alfonso IX. En la actualidad, apunta, los pacientes que llegan desde Oftalmología a su local apenas representan el tres por ciento de su negocio. Pero sí recalan otros pacientes que acuden al hospital a otras consultas y aprovechan la visita. «Cuando cierre se va a notar. Esperemos que pongan algo pronto para que haya movimiento», dice.

La plantilla celebra su última Navidad previa al traslado

Los trabajadores del Hospital Nuestra Señora de la Montaña han querido dejar constancia de que esta será la última Navidad que la plantilla pasará al completo en este edificio. Después, los trabajadores se repartirán entre el nuevo Hospital Universitario de Cáceres y el San Pedro de Alcántara. Por eso, el viernes se hicieron una foto de familia en la fachada principal del centro hospitalario para inmortalizar el momento. Y, a continuación, disfrutaron de un aperitivo en el interior de las instalaciones sanitarias.

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