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La reciente salida a la luz de la galería de la Victoria en el jardín del Museo de Cáceres con motivo de las ... obras de reforma del recinto han puesto la lupa sobre el subsuelo cacereño y sus pasadizos secretos.
Según Alonso Corrales Gaitán, autor del libro 'Cáceres, sus construcciones ocultas', hay al menos medio centenar de construcciones bajo el suelo de la parte antigua de Cáceres. Algunas se han incorporado al circuito turístico, como el gran aljibe que se esconde bajo la cripta de la iglesia de la Preciosa Sangre, con acceso desde el centro de interpretación de la Semana Santa.
Otras, en cambio, permanecen escondidas. Es el caso del pasadizo que comunica esta iglesia con la vecina Casa del Sol, separadas ambas construcciones por la Cuesta de la Compañía. Se cree que este túnel (tapiado en la actualidad) permitía el acceso de los religiosos, residentes en la Casa del Sol, a la iglesia vecina sin necesidad de pisar la calle.
Algunos de los pasadizos más destacados de la ciudad monumental
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«Cáceres esconde en su interior muchos secretos. La nobleza de Cáceres estaba muy dividida en los siglos XV y XVI y para ir de un palacio a otro construyeron los pasadizos. La mayoría son de esta época», señala José Luis Hinojal, autor del blog Cáceres en sus piedras y de varios libros sobre la ciudad. Realiza, además, rutas misteriosas sobre el casco viejo cacereño con gran tirón entre el público que busca salirse de los circuitos convencionales.
Raquel Preciados
Directora del Museo de Cáceres
José Luis Hinojal
Autor del blog 'Cáceres en sus piedras'
Le gusta contar, comenta, algunas de las leyendas que hay asociadas a los pasadizos de la parte antigua y su zona de influencia. La más famosa, detalla, es la que vincula la galería de la Victoria, también conocida como el pasadizo de la Mansa Alborada, con la reconquista de la ciudad a cargo de las tropas cristianas en el siglo XIII.
Raquel Preciados, directora del Museo de Cáceres, se ciñe al rigor histórico. Deja a un lado la literatura existente sobre este pasaje y se remite a los datos documentados. «No tenemos datos fehacientes sobre la cronología de la construcción del pasadizo. Así mismo, desconocemos por completo el uso que debió tener», comenta.
Detalla que el pasadizo, que ha sido desescombrado, está localizado en la parte oeste del aljibe del Museo –uno de los grandes recursos turísticos de Cáceres–. En esta fachada oeste, detalla, existen dos galerías. La primera es la que se usa en la actualidad para llegar hasta el aljibe. Y la segunda se encuentra en un nivel inferior. «En la esquina de esta galería había una oquedad circular que es la que permite bajar al pasadizo. Sospechamos que en su momento se bajaba al pasadizo con una escalera de madera», resume Preciados.
Sobre la existencia de esta galería ya había constancia documental. Los primeros apuntes los realizó Juan Sanguino y Michel, primer director del Museo de Cáceres. Su sustituto en el cargo, Miguel Ángel Ortí Belmonte, encontró la entrada al pasadizo en 1942.
Investigadores como Corrales Gaitán sitúan el final de este pasadizo frente a Fuente Concejo, junto a la Torre de los Pozos. Pero según Preciados este aspecto no está «constatado». Lo que se aprecia en la actualidad es que la galería que acaba de ser desescombrada desemboca frente al barrio de San Antonio, en la confluencia de las calles Pereros y Rincón de la Monja.
«Las construcciones ocultas fueron hechas por los árabes, aprovechando la mayoría de los casos elementos más antiguos, sobre los que se hicieron notables transformaciones en la Edad Media», escribe el autor de 'Cáceres, sus construcciones ocultas'.
«Hay muchos inmuebles en la ciudad histórica que están comunicados por pasadizos. La mayor parte de las casas señoriales y los palacios de la Ciudad Monumental tienen aljibe o tienen pozos, que era la principal fuente de suministro de agua del momento. Para poder acceder a estos elementos se necesitaban estas galerías subterráneas que eran las que permitían comunicar los edificios. Era algo muy común», explica Raquel Preciados.
En la relación que recoge Alonso Corrales Gaitán aparecen pasadizos curiosos como el que uniría el Palacio Episcopal con la Casa de la Iglesia, también conocida como Casa de los Trucos o Palacio de Galarza. «Magnífico debió ser este subterráneo, del que en algunas ocasiones han aparecido lo que podrían ser tramos del mismo en obras realizadas en la Plaza Mayor. Comunicaría, en tiempos del obispo Pedro García de Galarza a finales del siglo XVI, el Palacio Episcopal del intramuros con la mansión que el prelado levantó al término de la calle Empedrada (hoy del General Ezponda), llamada por tal motivo casa de Galarza, aunque conocida popularmente como de los Trucos», apunta Hinojal en su blog.
Hay otros túneles ocultos en la Casa de los Cáceres Ovando, en el palacio de los Marqueses de Oquendo (actual hotel NH), en el palacio de los Golfines de Arriba y en el de Abajo...
Corrales Gaitán también habla del Palacio de Godoy, a punto de abrir sus puertas convertido en un hotel de cinco estrellas. «Conocemos la existencia de una galería subterránea descubierta en los años 60 que se encuentra a dos metros bajo el suelo del palacio, pero se optó por tapiar el mencionado acceso», concluye.
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