El lunes, el día que libraba al estar cerrado el mesón en el que trabaja, Juan nos invitó a comer en casa de Caridad. Quería que hiciéramos compañía al cascarrabias ahora que está algo delicado. Saboreamos unas sabrosas coles con buche, nada grasientas.
Publicidad
Me extrañó ... que Caridad se pasara toda la comida callado. Sentado en su butacón, con las piernas tapadas con una manta de cuadros rojos. Parecía un hombre vencido por la edad y la enfermedad. Me entristeció.
Cuando llegó la hora de los cafés y los chupitos, comenzó una animada sobremesa cuando Juan enseñó periódicos de 1881 en los que había averiguado, qué habían comido Alfonso XII y el rey de Portugal en Cáceres, al inaugurar la línea férrea directa Madrid-Lisboa.
–Mirad lo que dice 'El Imparcial' –llamó la atención Juan, empezando a leer–: «La villa de Cecilio Metelo aparece sorprendida con la llegada de la locomotora, como si no se explicase bien aún el milagro del vapor. ¡Falta hace que prenda en aquella tierra la chispa de los modernos adelantos! Gran pueblo, de temple heroico y resignado, que sabe trabajar y sufrir, obediente a las leyes hasta un extremo honroso. Cuando las llamas de la cultura desciendan sobre su cabeza, Cáceres será una población importante, el eslabón más recio del comercio hispano portugués».
Publicidad
–¿Quién era el adivino que firma eso? –preguntó Guinea.
–Un tal 'O. M.' No sé quién será –dijo el cocinero.
–Pues era uno de los mejores periodistas españoles de finales del siglo XIX –aclaró el difunto Sanjosé, que acababa de aparecerse– La O y la M son las de Ortega Munilla, que llegó a ser director de 'El Imparcial', diario que se publicó entre los años 1867 a 1933. ¿Sabéis de quién era padre?
–Del gran filósofo José Ortega y Gasset –Respondió Ana.
–Sí. Muy bien, Ana. Lo que igual no sabéis es que los Ortega tenían familia en Extremadura.
Publicidad
–¿En dónde? –pregunté.
–En Plasencia. El padre del ilustre periodista José Ortega Munilla era un jurista vallisoletano que fue destinado a Plasencia como juez de paz y allí se casó, en 1851, con María del Pilar Munilla y Urquiza. En el año 2002 se publicó el libro 'Los Ortega', escrito por el hijo de José Ortega y Gasset, por José Ortega Spottorno que se murió ese año. ¡Juntaletras! –dijo mirándome– ¿Sabes a qué se dedicó este hombre?
–No estoy muy seguro –dije mientras me metía un licor de café entre pecho y espalda.
Noticia Relacionada
Sergio Lorenzo
–¡Madre mía! Fue el fundador de Prisa y 'El País'. –mientras Caridad me miraba y meneaba la cabeza como diciendo que no tengo remedio, Sanjosé seguía– En ese libro escribió... – miró al techo y leyó mentalmente gracias a su memoria fotográfica (uno de sus poderes de difunto)– «La bisabuela Munilla había nacido en Plasencia, y aunque procedía de la comarca de Cameros, donde se sitúa el pueblo de su apellido, llevaban los Munilla en tierra extremeña muchas generaciones. Nuestros parientes, los Rosado Munilla, tenían una botica en Plasencia que les venía perteneciendo desde el siglo XVI, embellecida por una hermosa colección de frascos de loza de vivos colores de tiempos de Carlos V. El farmacéutico era Joaquín Rosado, primo de mi abuelo, al que venía a ver a Madrid frecuentemente. Siempre recordaré su simpatía y su voz fragorosa cuando nos veía en casa de los abuelos».
Publicidad
–Plasencia es una ciudad interesante –sentenció Guinea.
–Y también los placentinos –dijo Sanjosé mientras daba vueltas alrededor de la mesa–. Ese Joaquín Rosado Munilla, que se murió en 1951 con 85 años, era farmacéutico, escritor, editor y corresponsal de prensa, que se hizo amigo de Sorolla cuando en 1917 fue a Plasencia a pintar su famoso cuadro 'Extremadura. El mercado' que está en Nueva York. Un personaje curioso igual que su hermano pequeño Victoriano, al que el gran poeta Luis Chamizo debe su fama.
Publicidad
–¿Cómo puede ser eso? –preguntó interesada Ana.
–Victoriano era notario en Don Benito, y allí tuvo de pasante al joven abogado Luis Chamizo que le recitaba sus poemas. El notario estaba entusiasmado con las poesías de Chamizo y se lo llevó a Madrid a que se las recitara a su primo, el importante periodista Ortega Munilla. Al padre del filósofo le impresionaron también los versos y le prologó su primer libro: 'El miajón de los castúos', que le dio la fama. Fijaos si era importante Ortega Munilla, que su nombre está en la portada del libro y es casi igual de grande que el de Chamizo. El prólogo empezaba así... –otra vez miró al techo–: «Pocos meses hace que vino a verme un pariente queridísimo e ilustre en quien admiro el entendimiento y la virtud: el jurisperito y notario de Don Benito, don Victoriano Rosado Munilla. El objeto de esa visita era presentarme a un poeta recién nacido en las artes por espontáneo impulso del propio brío. Este poeta había escrito poesías muy bellas y había tenido un acierto singularísimo: el de hallar en el lenguaje de los extremeños de la provincia de Badajoz palabras, giros, temas de energía y de originalidad asombrosos. No ocultaré que temía encontrarme con una de estas glorias locales que pocas veces fructifican. Comenzó el joven a recitar, y a los pocos momentos se había apoderado de mi ánimo»...
–No sería tan bueno... –se le ocurrió decir al iluso Guinea.
Noticia Patrocinada
–¡Me cago en la leche! –gritó Caridad dando un puñetazo en la mesa que hizo besar el mantel a dos copas y una botella.
Caridad entonces se levantó despacio del butacón. Tiró al suelo la manta roja y, como si fuera un torero haciendo un desplante, empezó a recitar, con la mano derecha al frente, 'Compuerta' de 'El miajón de los castúos'. Lo hizo tal como si fuera Paco Rabal, con voz potente, saboreando las palabras hasta que terminó:
«Porque semos asina, semos pardos/ del coló de la tierra, los nietos de los machos que otros días/ trunfaron en América».
Le aplaudimos a rabiar.
Ahora sí que creo que sale de esta.
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.