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Ocho meses y 20 días ha durado el matrimonio entre Francisco Alcántara y Ciudadanos (Cs). Ese es el tiempo que ha transcurrido desde que este diario informó, el pasado 27 de febrero, de que el empresario cacereño era la primera opción para liderar la candidatura a la alcaldía y su despedida definitiva del partido, confirmada ayer tras su cese como portavoz municipal.
La crisis en Ciudadanos se ha precipitado en una semana. Alcántara esperó apenas unos minutos para lamentar la debacle en las Generales del 10-N y pedir la cabeza de Albert Rivera. Sus críticas a la cúpula del partido le costaron la apertura de un expediente disciplinario que iba camino de la expulsión. Por medio, el viernes, el concejal ratificó que continuaría como portavoz en el Ayuntamiento. Sin embargo, ayer tres de sus compañeros de grupo firmaron un cambio en la portavocía que precipitó los acontecimientos. Antonio Ibarra, Raquel Preciados y Antonio Bohigas, con el respaldo de la dirección regional, rubricaron el cese de Alcántara.
La número cuatro de la lista en las elecciones municipales de mayo, María del Mar Díaz, se plantó. Ya el viernes había criticado que Cs censurase lo que consideraba libertad de expresión de su primer edil. Ayer Díaz abundó en esa idea y avanzó que estaba pendiente de reunirse con el propio Alcántara antes de tomar una decisión sobre su futuro político.
Las dos principales opciones que barajaba eran continuar como concejala no adscrita y sumarse de esa forma al camino emprendido por su compañero o dimitir y entregar el acta de concejal. El número 6 de la lista en las municipales fue Francisco Javier González.
«No voy a hacer ninguna valoración más de Cs y me centraré en trabajar para los cacereños desde mi independencia», resaltó ayer Francisco Alcántara poco después de confirmar su salida del partido. Niega haber sido «desleal» en ningún momento a las siglas bajo las que concurrió a los comicios y con las que logró el sillón en el pleno, que ahora mantendrá aunque ya como concejal no adscrito.
Denuncia Alcántara haberse enterado por los medios de su cese como portavoz, una decisión que le afecta directamente hasta el punto de haber cambiado el curso de los acontecimientos. Ya tenía preparadas sus alegaciones al expediente disciplinario que le abrió Cs y para el que aún le quedaba margen de respuesta con el objetivo de demostrar su inocencia, ta y como había dicho el viernes. Sin embargo, ayer su versión cambió. «He decidido no batallar más. Prefiero no desgastarme dentro de Ciudadanos y enfocar mi trabajo hacia algo más positivo».
El único apoyo firme que ha encontrado en el grupo municipal ha sido el de María del Mar Díaz, que ayer volvió a expresar su malestar con la línea que está siguiendo el partido. «He trabajado con lealtad y sin ningún protagonismo en estos años, pero no me gusta lo que estoy viendo. No me gustan las formas».
Díaz relató que no hubo ninguna reunión del grupo municipal para debatir sobre el cese de Alcántara sino que fue la concejala Raquel Preciados la que le pidió en un mensaje que se sumase a ese cambio, algo que no hizo. Alcántara abandonó el grupo de wasap tras el expediente abierto y Mar Díaz, según indicó, fue expulsada del mismo.
La nueva portavoz municipal de Cs será Raquel Preciados (Cáceres, 1972). Es licenciada en Geografía e Historia en las especialidades de Arte Antiguo-Medieval y Arte Moderno-Contemporáneo por la Universidad de Extremadura. Fue como número tres de la lista a las municipales por detrás de Alcántara y de su compañero Antonio Ibarra. Forma parte en representación de Cs de las comisiones de Urbanismo, Turismo y Comercio y Cultura. También está en el consejo rector y en la comisión ejecutiva del Consorcio Ciudad Histórica.
Los cambios producidos provocan una importante atomización de la Corporación municipal. Cinco grupos políticos lograron tener presencia en el pleno, pero uno de ellos ya no está tras la dimisión de su concejal. Vox desapareció del panorama municipal y Teófilo Amores ejerce desde hace tiempo como no adscrito.
A esa posición pasa también Francisco Alcántara, aunque en este caso Cs sí se mantiene en el Consistorio. Ello implica movimientos en la composición de las siete comisiones informativas, ya que habrá que reestructurarlas para dar cabida en ellas a Alcántara. A su vez, deja de percibir la media liberación que tenía como concejal portavoz (1.441 euros) pero podrá cobrar por su asistencia a plenos (207 euros) y comisiones (108).
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