Santa Ana de Pusa es un pequeño pueblo de la provincia de Toledo de poco más de 300 habitantes, según el dato del Instituto Nacional de Estadística (INE). Una amplia delegación de este municipio, dedicado principalmente a la agricultura y situado a 32 kilómetros de Talavera de la Reina y a 75 de la capital de la provincia, se desplazó este sábado hasta Coria para seguir un momento de lo más relevante. No fueron pocos los paisanos de Jesús Pulido que no quisieron perderse el gran día del que ya se ha convertido en uno de los vecinos más ilustres.
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«Ha venido todo el pueblo», resumía en pocas palabras José Julián Olmedo, hermano mayor de la hermandad del Santo Cristo de la Salud, una de las dos cofradías de la localidad. Se estima que entre 100 y 150 santaneros viajaron hasta Coria, entre ellos el alcalde de la localidad, Serafín Diego Esteban.
«Este nombramiento es una alegría enorme; para nosotros ha supuesto un acontecimiento muy importante. Es una persona muy querida en el pueblo y toda su familia es de allí», apostillaba José Julián Olmedo mientras recordaba que uno de los hermanos del prelado forma parte de la directiva de la hermandad.
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María José Torrejón
Los habitantes de Santa Ana recuerdan que Monseñor Pulido pasó lo más duro de la pandemia en su pueblo natal y que, una vez que se levantó el confinamiento, salía mucho a caminar por el pueblo y sus inmediaciones.
«El día 1 de marzo hago 90 años pero no quería faltar a esta ceremonia», apuntaba Julia Muñoz, natural de Talavera de la Reina y con vínculos en el pueblo natal del nuevo obispo.
Detrás del coro se habilitaron sillas para las personas que, sin invitación protocolaria, quisieran seguir la ceremonia de ordenación. En una de ella se sentó Lourdes Herrero, vecina de Coria. «Nos han hablado maravillas de él. Parece que va a ser cercano. Así es como tienen que ser los obispos, igual que los alcaldes. Le vamos a querer mucho», vaticinaba la feligresa. A su lado, Ángela Corral: «Teníamos muchas ganas de que llegara este momento porque llevamos esperando dos años para tener obispo. Pero hay que decir que hemos tenido un administrador diocesano estupendo», sentenciaba en referencia a Diego Zambrano.
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Entre las particularidades de la ceremonia de ordenación episcopal hay que destacar que contó con un intérprete de lengua de signos y que la música la pusieron la Coral Cauriense, dirigida por Carolina Morales, y el coro In Pulso del colegio mayor San José de Cáceres, con María de la Luz Orozco al frente.
Desde Cáceres también se desplazaron 120 scouts que colaboraron con todo el operativo y se encargaron, por ejemplo, de colocar y retirar las sillas dispuestas en el exterior de la Catedral para las personas que se quedaron sin sitio dentro.
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Las campanas de la seo cauriense sonaron ayer de manera diferente. La razón hay que buscarla en que se tocaron para la ocasión a mano por miembros de Campanas Rivera, la empresa de Montehermoso especializada en su fabricación.
El 7 de diciembre de 2021, en mitad del largo puente de la Constitución y la Inmaculada, el Vaticano dio a conocer el nombre del nuevo obispo de la Diócesis. Jesús Pulido Arriero (Santa Ana de Pusa, Toledo, 1965) no entraba en las quinielas que hasta entonces se habían manejado sobre el posible sustituto de Francisco Cerro Chaves, prelado de Coria-Cáceres hasta su designación como arzobispo de Toledo.
En el seno de la iglesia cacereña pocos eran los que conocían a Pulido. Él fue el primer sorprendido. «Es una experiencia única para la que uno no está preparado. Te pilla completamente de improviso», así se refería en una entrevista concedida a HOY al momento en el que se enteró de su nombramiento.
Hasta este momento residía en Madrid y estaba muy vinculado a la Conferencia Episcopal Española, donde ejercía como secretario técnico de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe y dirigía la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), sello editorial de la Conferencia Episcopal.
Es miembro además de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, una agrupación internacional que trabaja para fomentar las vocaciones. Cursó los estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca y obtuvo el título de Bachiller en Teología en 1987. Fue ordenado sacerdote en 1990. Es también licenciado en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico de Roma (1990) y doctorado en Teología Espiritual (2015), también en Roma.
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