
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Dos de la tarde. Plaza de la Concepción. Una turista extrañada pregunta por qué hay tanta gente vestida de forma «estrafalaria» en el centro de ... la ciudad. Horteralia, el festival 'made in Cáceres' que rinde honores al a cultura kitsch, celebra este sábado su edición más ambiciosa de todas las que han tenido lugar en la capital cacereña desde que naciera en el año 2010 en el bar La Machacona, junto a la Plaza Mayor.
Por primera vez la cita ha tenido lugar en el recinto Ferial, una ubicación que ha permitido reunir a 6.000 asistentes en pista, lo nunca visto hasta ahora. Todas las entradas se agotaron con antelación. A pesar de ser el año en el que el festival se ha celebrado en un punto más alejado, los 'hortefans', término con el que la organización se refiere a su público, también dieron ambiente y color al centro de Cáceres desde primera hora de la mañana.
En 'Booking', uno de los portales más utilizados para buscar hotel, el 95 por ciento de los alojamientos de Cáceres que se anuncian en la web estaban este sábado ocupados. Solo había diez establecimientos disponibles.
La televisiva Yola Berrocal fue la encargada de dar el pistoletazo de salida a la fiesta. Puntual, saltó al escenario a las tres y media de la tarde. «Llega el desmadre, llega el desenfreno, llega la risa y la apoteosis kitsch. Y sabéis que es el festival más divertido del mundo. Horteralia es un ciclón, un vendaval de energía y de buen rollo», dijo. Concluyó su intervención con la interpretación de la canción 'Boca a boca', el tema que lanzó en 2020 durante su participación en el 'reality' de Telecinco 'La casa fuerte'.
Alejandro Baigorri
De Madrid
Ruth Pereira
De Navalmoral
Desde primera fila seguían las actuaciones la pareja formada por Tamara Chamorro y Pablo Fernández . Son de Sevilla, el de ayer fue su primer Horteralia y están dispuestos a repetir. Eligieron para la ocasión el estilismo de otra pareja: la formada por Alaska y Mario Vaquerizo.
Brillantinas, mallas, calentadores, chándal de táctel, viseras, mucho estampado de leopardo... En Horteralia casi todo vale. Desde primera hora se formaron colas en la avenida de Alemania para montarse en el autobús fletado por el Ayuntamiento hasta el Ferial. En uno de ellos viajaron dos pasajeros vestidos de Epi y Blas, los famosos personajes de Barrio Sésamo. A la entrada del recinto un Elvis departía con los integrantes de una orquesta vestidos de rosa chillón. Y especial expectación levantaron los componentes de una pandilla de amigos que se transformaron para la ocasión en misses. Llegaron hasta Cáceres procedentes de Madrid.
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«En el Multiusos –que ha acogido las últimas ediciones– podría haber cabido el mismo público. Pero nos dimos cuenta de que el público no quería estar en las gradas. Nos demandaban poder bailar. Por eso decidimos dar el salto al Ferial. Y la verdad es que el público nos ha respondido a ese salto. Si en el Multiusos estábamos 4.500 o 5.000 personas, aquí estamos 6.000», contaba sobre el terreno Sergio Martínez, director junto a Conrado Gómez del festival.
«La experiencia nos dirá si nos quedamos en 6.000 para el año que viene o nos atrevemos a dar otro salto. Lo bonito que tiene el festival es lo poquito a poco que ha ido creciendo», añadía. Desde La Machacona, Horteralia se trasladó hasta la Plaza de San Jorge. De aquí a la Plaza de Toros. Más tarde pasó por el pabellón Teodoro Casado, en el Vivero, hasta llegar al Multiusos. «De los 6.000 asistentes, el 80 por ciento viene de fuera. Es una cifra alucinante. El ambiente en la ciudad es súper divertido», zanjaba Martínez. Horteralia ha roto, además, las fronteras locales y también se celebra en primavera en Madrid. En Ifema logró reunir a otras 6.000 personas.
En Madrid, precisamente, conoció el festival Ruth Pereira. Es de Navalmoral de la Mata y ayer asistió a la cita cacereña enfundada en un traje inspirado en el grupo Locomía, todo un fenómeno a comienzos de los noventa. «Me gusta poder disfrazarme, el buen rollo que hay, el ambiente en general, la gente es súper abierta», apuntaba.
Alejandro Baigorri es de Zaragoza, vive en Madrid y ha venido a Cáceres para asistir a Horteralia. Dentro de su círculo de amigos también hay gente que se ha desplazado desde Barcelona. «Es mi primer Horteralia y tenía muchas ganas de asistir. Había visto fotos y vídeos de otros años», admitía a mediodía.
El cartel de esta edición, que ha contado además con puestos de comida y mercado, ha llevado los nombres propios de la Orquesta Mondragón, la Casa Azul, Ojete Calor, Los Sobraos, Fórmula Abierta y Rebeca, entre otros.
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