

Secciones
Servicios
Destacamos
Corría el año 1997 y un joven Juan Manuel Valadés (Badajoz, 1962) de 35 años llegaba a la dirección del Museo de Cáceres. Sustituía en ... el cargo a Manuel Garrido. Licenciado en Historia (con especialidad en Prehistoria y etnología) había aprobado unas oposiciones en Cultura y trabajaba en Madrid como conservador en el Museo Nacional de Antropología. «Estando allí me fue a buscar la que entonces era la directora general de Patrimonio para ofrecerme la dirección del museo de Cáceres, sabía que yo era extremeño y que tenía ganas de volverme, porque yo quería trabajar para mi tierra, se dio esa circunstancia y aproveché», comenta sentado en su despacho del museo de las Veletas, del que se jubila el próximo 13 de septiembre tras 25 años, con solo. Lo hará sin ver ni siquiera iniciada la obra de reforma del Museo, que se espera desde hace décadas. Se desconoce quien le relevará en el cargo.
–Llega a ese museo en 1997. ¿Qué se encuentra?
–Me encontré una institución muerta, era un museo que llevaba años a la deriva, no tenía actividad ninguna y estaba totalmente desvinculado de la ciudad, era una cosa solamente para los turistas. Hay que decir en reconocimiento de los anteriores directores que la plantilla de personal era mínima, ridícula, estaba solo el director, un auxiliar de administración y unos pocos vigilantes, ni siquiera se abría por las tardes. El reto era convertirlo en una institución cultural viva y activa que mereciera la pena ser visitada más allá del aljibe. En eso trabajé desde el inicio, siempre con el horizonte de que iban a comenzar unas obras, que era lo que me habían prometido cuando yo llegué y que siempre teníamos en mente.
–Y mientras tanto el museo continuaba sin mejoras.
–Teníamos la esperanza de mejorar pero por otro lado no podíamos acometer inversiones importantes en la mejora del edificio sobre todo porque para qué se iba a hacer si teníamos inminente la reforma. Y eso hacía que problemas como la accesibilidad nunca se hayan resuelto o que se hayan ido poniendo parches ten temas como la climatización.
–Es una obra que depende de inversiones estatales, ¿ha sido esa cuestión un handicap?
–El museo es estatal, de manera que es el Estado el que tiene que hacer las inversiones en la reforma. Pero lo gestiona la Junta, que es la que se tiene que encargar de mantenerlo y desde mi punto de vista la que tiene que estar encima del Ministerio para recordarle que tiene que hacer eso. Yo creo que lo que ha faltado también ha sido esto: no se ha insistido nunca en que el Ministerio tenía que hacer la inversión que había prometido y así han ido pasando los años. No se puede echar toda la culpa a la Junta porque quien no ha cumplido sus compromisos es el Estado, pero yo sé de otras comunidades autónomas que han estado mucho más encima de esos proyectos y han salido adelante porque la presión era más grande, en este caso no ha sido así porque este museo nunca ha sido prioritario, ni para el Ministerio ni para la Junta, lo digo con toda claridad. Estamos viendo otros proyectos que están en marcha impulsados por la Junta y este sigue como siempre.
–¿Se refiere al Museo del antiguo Madruelo?
–Este museo estaba aquí ya antes de que se empezara a pensar en esos proyectos y seguirá aquí después y está muy necesitado de inversión. Las administraciones deben tener un orden de prioridades, lo primero es tener en condiciones aquello que se tiene y que además atesora el patrimonio cultural de esta provincia, cosas que otros museos no tienen nada que ver.
–¿Cuánto falta para la obra?
–Ya está casi todo listo. El proyecto definitivo ya está aprobado, ya tenemos la licencia de obra aprobada por el Ayuntamiento, ha pasado por la comisión de Patrimonio provincial y local y ahora mismo lo que está haciendo el Ministerio de Cultura es redactar el pliego de condiciones para licitar la ejecución de la obra. Ese proceso se acaba de iniciar porque hasta ese mes no se ha ingresado el dinero, que es un dinero que viene de fondos europeos y que son ocho millones de euros a ejecutar en tres años. Hay un proceso administrativo y si todo va bien podríamos estar hablando de que las obras podrían empezar en el verano de 2023.
–Parece el momento en el que la obra está más cercana.
–Aparentemente sí, pero desde mi punto de vista esto lo he dicho tantas veces que mis cuentas me revelaban que era mejor que me fuera ahora porque en el caso de que me quedara como mucho iba a estar aquí para las obras pero no para la inauguración. El presupuesto es trienal pero el proyecto de obra es para cinco años.
–Más allá de la obra, ¿qué resalta dentro de su gestión estos 25 años?
–Siempre hemos procurado que el museo estuviera abierto a toda la ciudadanía, y que hubiera una oferta que pudiese apetecer a cualquier persona. Como el museo es de amplio espectro (Arqueología, Bellas Artes y Etnografía) hemos tratado de que la oferta abarcase todo, y creo que lo hemos conseguido. Hemos ofrecido conciertos, charlas, jornadas de temáticas arqueológicas, la asociación de Amigos del Museo ha hecho un gran papel y ha traído a mucha gente. Todo eso nos ha hecho estar más en una relación directa con toda la ciudadanía. Hoy en día el museo es más conocido y más visitado. A mí me paran por la calle y me preguntan: ¿qué hay este mes? Eso hace 20 años era impensable porque había lo que había.
–Aunque el Helga les pisa los talones el Museo sigue siendo el recinto más visitado. El aljibe tiene tirón.
–Aquí hay un valor seguro que es el aljibe y la gente sigue viniendo. Estamos ya muy por encima de las cifras del año pasado, este año va a ser muy bueno. Esto hay que cuidarlo, algo que los políticos no siempre tienen en cuenta.
–Su centro de trabajo es muy especial, en pleno corazón monumental.
–Es un privilegio. Yo vengo andando, cruzo la ciudad monumental y llegar aquí a este despacho, el silencio, ha sido un verdadero placer. Además, en Cáceres he encontrado muy buena gente, muy buenos amigos.
–¿Se jubila con nostalgia o con ganas?
–Se juntan las dos cosas. Me lo tomo como una nueva etapa que comienza, no me voy a quedar inactivo, voy a seguir trabajando en las cosas que me gustan, en la investigación, y es un cambio de tercio.
–Pero con 60 años aún no es mayor y tiene experiencia. ¿No se pierde eso?
–En nuestra sociedad se desaprovecha el valor de las personas experimentadas y que aún son válidas, pero también es cierto que en un puesto como este habrá personas que piensen que lo que toca es un cambio de ciclo. No soy de aferrarme a las cosas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Una moto de competición 'made in UC'
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.