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«Herrán Díaz, Ignacio. Segunda compañía. Díaz Pérez, Eduardo. Tercera compañía». La sucesión de nombres ha sido constante durante toda la mañana a las puertas ... del Cefot (Centro de Formación de Tropa) de Cáceres, que este lunes da la bienvenida a sus casi 1.500 nuevos alumnos. Son exactamente 1.479 -en el ciclo anterior fueron 1.376-, de los que 140 son mujeres (un diez por ciento del total). Los jóvenes, procedentes de todo el país, permanecerán en la capital cacereña para formarse como soldados durante los próximos cinco meses.
La jornada ha arrancado a las ocho de la mañana con la recepción de los primeros admitidos. Es el primer día para todos, salvo para los alumnos de la Comunidad Valenciana, con los que se ha hecho una excepción y se ha flexibilizado su llegada dadas las circunstancias excepcionales de la región tras ser azotada por la DANA. Hay dos aspirantes que proceden de Paiporta, municipio considerado la zona cero de las inundaciones, que todavía no se han incorporado al Cefot.
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A todos les mueve la vocación militar. Y entre los recién llegados cada vez hay más alumnos con una titulación previa. Hay licenciados, mecánicos, titulados en Formación Profesional... «Tenemos todo tipo de perfiles, desde chicos que acaban de cumplir los 18 años y tenían claro desde su infancia que querían ser militares a gente que viene con un grado medio o un grado superior», ilustra Rafael Medinabeitia, sargento primero del Cefot.
Alberto Bravo es de Cádiz. Tiene 26 años. «Quería un cambio de aires. Hasta ahora trabajaba como mozo de almacén de frutas en Medina Sidonia. Estaba un poquito harto y opté por esta salida. Hoy empieza una nueva vida para mí», admite mientras la peluquera, Emi Parrón, le pasa la máquina y le rapa el pelo al 1. Es uno de los rituales del primer día en el Cefot, aunque cada vez son más los alumnos que vienen con el pelo cortado de casa.
Adán Rojo está destinado en la compañía número 3, denominada Martín Cerezo. La nave que ocupa tiene dos plantas y en cada una hay 152 camas (distribuidas en literas) y sus respectivas taquillas. Tiene 20 años y es de Almendralejo. «Desde chiquitito he querido servir a España. Estoy contento. Me gustaría ascender. Quiero llegar a ser sargento», describe mientras hace la cama. Comparte litera con Jorge Rodríguez, de Sevilla, con inquietudes similares. «Lo que más me ha impactado es ver a todo el mundo pelado como yo», señala el sevillano.
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Desde Granada ha llegado Teresa Rodríguez, de 24 años. Es licenciada en Derecho. «Me he sacado una carrera y me he venido aquí porque no me gusta al final lo que he estudiado. Quería entrar al Ejército por la vía de acceso directo para oficiales al cuerpo jurídico militar pero al final he preferido hacerlo desde abajo. Yo siempre he tenido el sueño de ser militar. Quiero dar todo de mí», asegura.
Jesús José Rodríguez tiene 21 años. Es de Baza. «Esto es un estilo de vida. Te tiene que gustar. Si esto no me convence, intentaré entrar a la Guardia Civil o a la Policía Nacional. Desde pequeño siempre me ha gustado mucho el mundo militar y las armas. Pero antes he probado otros caminos porque en casa no les gustaba la idea. Pero, al final, la vocación es la vocación», reconoce. «He sido camarero, he trabajado como socorrista, he ayudado a mi padre en su empresa... antes de venir aquí». enumera. Tiene, además, un grado medio como técnico guía en el medio natural. «Creo que aquí puedo sacar partido de esta formación», subraya.
Tras pasar por un taller familiar, Juan Antonio Martínez, de Alicante, ha decidido continuar con su carrera como mecánico dentro del Ejército. «Me han cogido como mecánico en el Alcázar de Toledo. Cuando acabe mi formación en Cáceres, mi destino será Toledo. Estaré en el grupo acorazado. Voy a tener un buen futuro asegurado», declara.
Tras su primera toma de contacto con las instalaciones, los alumnos tienen por delante dos semanas de adaptación a la vida militar. Y una vez que acaba este periodo, se iniciará la fase de formación general, que son unas ocho semanas y media. En total, permanecerán en Cáceres durante casi cinco meses. La jura de bandera será el 25 de enero.
En estas dos primeras semanas se les enseñan las instalaciones, cómo uniformarse, cómo dirigirse a los mandos e inician la formación física. Después, durante la formación general militar, aprenderán el uso de armamento común, topografía y primeros auxilios, entre otras cuestiones. «Tienen que ser muy estrictos con los horarios», señala Medinabeitia.
Hasta Cáceres llegan alumnos procedentes de todo el país, desde Canarias hasta Ceuta y Melilla. En el Cefot de Cáceres empiezan su carrera como soldados. Desde aquí continuarán en sus respectivas unidades. Aquí se instruyen, en concreto, a los alumnos que van destinados a la legión, a la unidad de regulares y a unidades de montaña. Son todas de infantería ligera.
Precisamente este lunes el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado la adjudicación de la obra de un edificio aulario por un importe de 3.722.964,15 euros a la empresa Toberal Obras y Servicios S.L., de Ajofrín (Toledo).
Por cierto, el menú de bienvenida en el Cefot incluía patatas a la riojana, lomo adobado al horno con patatas fritas, buffet de ensalada, agua, pan y postre (pueden elegir entre fruta y yogurt).
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