Ministros europeos entre turistas por San Jorge

Fue el anticipo de una jornada de visitas, primero en clave cultural y posteriormente gastronómica. El paseo arrancó poco después de las siete de la tarde y llegó a la plaza de San Jorge apenas tres cuartos de hora después. Los ministros se movían entre fuertes medidas de seguridad, como corresponde a una cumbre de este nivel, pero los viandantes no tenían cerrados los accesos y se pudo ver a los turistas haciéndose 'selfies' y a los políticos atendiendo a la guía.

Hubo casi de todo en una tarde que parecía más de verano que de principios de otoño y en la que la mayoría de las miradas se las llevó Claudia Roth, ministra de Cultura y Medios de la República Alemana y que debió pensar que hay un camino intermedio entre el estilismo clásico y la comodidad que ofrecen unas deportivas. Y ella lució sus zapatillas 'Veja' con calcetines blancos. Le permitieron moverse con soltura por el empedrado del casco histórico, casi siempre cerca de la guía oficial para seguir atenta las explicaciones. La responsable de Turismo del Ayuntamiento, Amparo Fernández, saludó a los ministros a su llegada a la Plaza Mayor y luego les dio todo tipo de detalles.

«Veremos un poco de todo. Santa María, San Jorge, la Casa del Mono...», contaba la especialista municipal, que se extendió sobre la concatedral y la llegada de la patrona, el Palacio de los Golfines de Abajo y su relación con la Fundación Tatiana de Guzmán o la del Palacio de Carvajal y la Diputación. Su presidente, Miguel Ángel Morales, fue uno de los ausentes de la jornada, aunque el ministro de Cultura le había citado expresamente antes, junto a Mateos y Guardiola, para agradecerles el recibimiento en la capital cacereña.

Al recorrido por la ciudad monumental los ministros llegaron en grupo, unos en conversación distendida y otros como el italiano Gennaro Sangiuliano con la cabeza pegada a la pantalla de su teléfono móvil, ya en la Gran Vía. Antes habían pasado por la Soledad, Hornos y San Juan.

Un dron y algunos agentes, apostados en la terraza, vigilaban desde las alturas de uno de los inmuebles del Helga de Alvear. A apenas 300 metros de allí, en la confluencia con Sergio Sánchez, se escucharon gritos. «No a la mina».

Eran unas 15 personas que protestaban contra el proyecto para extraer litio en Valdeflores. Lucían una pancarta con la leyenda 'No minéis nuestro patrimonio'. Estaba en español y en inglés. Los gritos aumentaron al ver movimiento, pero no eran los ministros al salir sino varios fotógrafos que se colocaban para la instantánea de la salida del museo. Había en ese espacio prácticamente más agentes que manifestantes, con seis de la Policía Nacional y dos más del Grupo Especial de Seguridad de la Local.

Hoy volverán a protestar. El plan es volver a primera hora de la mañana, desde las ocho, al Complejo San Francisco. «Ya veremos dónde nos dejan ponernos», relataba uno de los integrantes de la plataforma. Un agente le recordaba que no podía mezclarse con los ministros, en ese momento, ya por Santa María.

Minutos antes, la foto de familia se hizo en las escalinatas del Arco de la Estrella. Los turistas miraban con curiosidad. Un hombre gritó a voces: «No a la amnistía». Miradas , alguna sonrisa y poco más. No hubo incidentes.

Al sobrepasar el Mayoralgo y detenerse la comitiva ante la concatedral, Miquel Iceta señaló la fachada e hizo un comentario. Allí estaba la inscripción con el nombre de 'José Antonio'. Pero el ministro no había hecho alusión a eso, detalló una asesora. «Hablaba del arco de la puerta, que le parecía muy interesante», reveló. El propio Iceta no dudó en fotografiarse ante la estatua de San Jorge. «Patrón en Extremadura y en Cataluña», dijo, en alusión a Cáceres y Barcelona.

Luego los ministros subieron las escalinatas hacia la Casa del Mono y un grupo de turistas de La Garriga (Barcelona) charló con Iceta. «Vete a Montserrat», le dijeron. «Hoy no», les contestó. «Es un tío majo. Hace poco estuvo en nuestro pueblo. Nos ha dicho que ahora se lleva a los ministros a cenar. Y que están encantadísimos», se despidieron. Los turistas, a seguir su ruta. Los ministros, a cenar en Torre de Sande.