Molestias de los turistas en Cáceres: «No es justo que una ciudadana sufra esta tortura dentro de su hogar»

El pasado viernes el equipo de gobierno municipal dio a conocer una sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Cáceres que desestimaba el recurso interpuesto por esta residente, que se quejaba por un lado del ruido que tenía que soportar dentro de su propia casa y, además, de la vulneración de su intimidad.

La vivienda en cuestión tiene dos ventanas que dan a una de las torres que forman parte del baluarte. A esta torre –denominada de El Olivar aunque en la demanda se hace referencia a ella como torre del Gitano– tienen acceso todos los visitantes que pasan por el baluarte de los Pozos. Se encuentra en uno de los laterales del recinto y para llegar a ella hay que subir al piso superior del centro de interpretación que hay a la entrada. La afectada quiere dejar claro que nunca ha solicitado el cierre ni medidas restrictivas sobre las visitas al conjunto del baluarte, sino solo sobre esta torre anexa a su domicilio.

«La torrecita está pegada al dormitorio y el salón de la vivienda. Todos los días del año, menos los lunes y algún festivo local, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.30 horas (siete horas al día), grupos numerosos de turistas se apostan allí, conversan, gritan, hablan por teléfono y se hacen fotos junto a las ventanas de esta vivienda, a las que se asoman para ver el interior, alterando los momentos de descanso, lectura, pensamiento, concentración, ocio, intimidad...», detalla.

La vecina del también conocido como barrio judío de Cáceres adquirió esta vivienda en 2007 y la rehabilitó para convertirla en su domicilio habitual. Las visitas comenzaron en 2009. «Tras años de padecer resignada esta situación» por miedo a enfrentarse a una institución como un ayuntamiento y por falta de recursos, asegura, decidió en julio del año pasado, «ya desesperada y con la salud mental gravemente dañada por fobia y estrés» pedir al Ayuntamiento de Cáceres el cierre de esa pequeña torre a las visitas turísticas o una solución a este desmán». El caso, indica, se expuso tanto al concejal de Urbanismo, Tirso Leal, como a las portavoces del PSOE y Unidas Podemos, Belén Fernández y Consuelo López respectivamente.

Tras la negativa municipal, recurrió a los tribunales. Pero el juez ha desestimado el recurso. Dice que no se han aportado pruebas de que el ruido supere los niveles permitidos. Y sobre la falta de intimidad, indica que se somete a la misma intromisión que cualquier casa situada a pie de calle.

Aunque contra esta sentencia no cabe recurso ordinario, la afectada anuncia que presentará un recurso excepcional ante el Tribunal Supremo por vulneración del derecho a la inviolabilidad del domicilio.

«Prima el derecho del turista»

La residente lamenta que el Ayuntamiento de Cáceres haya hecho pública esta sentencia, «se jacte y saque pecho de arrasar la vida, la salud mental y el hogar de una cacereña». Y cree que con su postura el Consistorio «maltrata el bienestar de los vecinos del barrio histórico primando el derecho inexistente del turista sobre el del descanso y la intimidad en el hogar» de una residente como ella.