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Un gramófono sobre una silla, la bandera de Extremadura con sus tres colores de fondo, las iniciales PME grabadas y un viento que sopla ... en color verde intenso con fuerza en una especie de irradiación de todo el potencial que atesora el talento regional del sector. Era el cartel de presentación de los Premios de la Música Extremeña, cuya gala anual se celebró anoche en el Gran Teatro de Cáceres. Lo hizo sin apenas un asiento libre, conducida con agilidad por la cantante cacereña Chloé Bird. «Estando aquí como presentadora no podré aspirar a ningún premio», comentó a modo de broma.
En busca de su consolidación, el evento que pone en marcha el Ayuntamiento en coordinación con la dirección del Consorcio de las tres instituciones, AMEX y LaCarne Magacine cumple su segunda edición pero mantiene en el horizonte la idea de que sean muchas más. Lo hace otra vez con un reconocimiento a los profesionales de Extremadura en lo que se presentaba como una votación abierta con más de 500 nominaciones, con artistas, bandas, empresarios y un amplio elenco de protagonistas.
Niño Índigo y Cecilia Zango ya habían estado entre los distinguidos en 2024. Este sábado repitieron. Si el año anterior la autora de 'Malabreva' se llevó el mejor homenaje, esta vez ha sido triunfadora en la categoría de 'mejor vídeo'. Niño Índigo puso en lo más alto su directo en la gala de la edición de 2024. Este 2025 es suyo el premio de 'mejor banda o artista'. Lo compartió con el resto de los nominados, porque se lo merecían, dijo, tanto como él.
La voz de Niño Índigo fue una de las que hizo sonar anoche su altavoz antibelicista, su «no a estas guerras tan tremendas», apuntó. También lo hizo Antonio Luis Suárez, que entregó a Dèla Rous el premio a la mejor banda novel. La noche tuvo varios guiños por el 8M y se reivindicó el papel de la mujer en la música. La presentadora, Chloé Bird, dio un dato: solo el 18 por ciento de los nombres que salen en los carteles de los festivales son femeninos.
La noche de la música en Cáceres concitó expectación. Esta vez no quedaron asientos libres.
«La demanda nos ha superado. Es una estupenda referencia», destacaba Pedro Gallardo, del equipo organizador de unos premios «más abiertos que nunca», con inscripciones a través de Internet y un jurado que cumplía con la paridad, con 11 hombres y otras tantas mujeres. Gallardo reveló que la próxima semana arrancará una campaña de promoción internacional de los ganadores.
La mirada se pone en el futuro. Con la idea de que, cada vez más, el sector tome la velocidad de crucero y se reivindique como una actividad lúdica pero mucho más, generadora de empleo y riqueza para la región. En total, se repartieron 14 premios, con la novedad con respecto a 2024 de la distinción de 'mejor evento'. Fue para el Agua Vivas Fest, la gran cita del barrio cacereño que logra de esta forma un importante espaldarazo. También estuvieron entre las nominaciones premiadas las de Monalisa, como mejor álbum; Tocando techo (Despierta), como la mejor canción; Mala sangre, el mejor directo; Dèla Rous, la banda novel del año; Miriam Cantero, solista o Ulises Martín, a los manos del diseño gráfico. En clave local, el Orfeón cacereño fue premiada como mejor coral y Gene García obtuvo su premio de honor. Tomaba así el testigo de Carlinos Masegosa y Patxi Cañamero.
LOS PREMIADOS
Raíces. El Pelujáncanu.
Mejor evento musical. Aguas Vivas Fest.
Mejor banda o artista. Niño Índigo.
Mejor vídeo. Cecilia Zango.
Mejor diseño gráfico. Ulises Martín.
Mejor producción. Rodrigo Fernández.
Mejor directo. Mala sangre.
Solista destacado. Miriam Cantero.
Mejor álbum. Monalisa.
Carrera profesional. José Antonio Martínez.
Mejor banda o artista novel. Dèla Rous.
Mejor canción. Tocando techo
Mejor coral. Orfeón cacereño.
Premio de honor. Gene García.
La producción fue para Rodrigo Fernández y al premio Raíces le puso nombre El Pelujáncanu con su folk. También se premió la carrera profesional de José Antonio Martínez, a los mandos con un sonido marca de la casa.
«Queremos que siga cogiendo fuerza, que estos sean los premios referente de la música», defiende el concejal de Cultura, posiblemente el gran 'ideólogo' de una iniciativa novedosa y que casa a la perfección con su propia condición de músico. Como en 2024, la vista se trasladó hasta 2031, con el objetivo de lograr la capitalidad cultural europea, por supuesto, también con la música como uno de sus elementos impulsores.
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