
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El barrio del R-66 es el lugar elegido por decenas de profesores de la ciudad como punto de encuentro. Allí aparcan sus vehículos y ... comparten coche para ir a trabajar a centros educativos de diferentes localidades. Varios docentes han presentado denuncias a la Policía Nacional, que mantiene una investigación abierta, debido a los daños intencionados que han sufrido en sus vehículos en los últimos días. Tal y como explica una representante de este grupo al menos seis coches se han visto afectados por daños como ralladuras importantes o la fractura de piezas. «A mí me lo han destrozado, desde el faro delantero hasta el faro trasero, tengo diferentes arañazos, como si firmaran en el coche, en varias puertas». El importe de reparación de la avería asciende a 600 euros. Otra docente señala que ella sufrió el pinchazo de una rueda. Van a centros educativos de localidades como Montehermoso, Moraleja o Ceclavín. Dejan los coches entre las siete y las ocho de la mañana y los recogen hacia las tres de la tarde.
En el mes de noviembre una nota firmada por «los vecinos» les instaba a que buscaran «otro sitio» para estacionar y facilitar así «la convivencia en la zona». «Sabemos que esta zona resulta práctica para estacionar durante el día, sin embargo los vecinos estamos teniendo dificultades para encontrar sitio cuando regresamos a casa, ya que a menudo la calle está completamente ocupada», indica un escrito hecho a ordenador.
Esta misma nota indica que «algunos vehículos han aparecido con rozaduras». Se trata del área situada en el entorno de las calles Aries y Osa Mayor, cerca del parque de las Madres, un lugar con viviendas unifamiliares en donde hay zona libre de aparcamiento.
La actitud de algunos vecinos, en particular de los miembros de una familia muestra, según la docente que contacta con este medio, una clara negativa a que la zona sirva como lugar de estacionamiento. «Nos han grabado para intimidarnos, a veces sacan los coches de los garajes y los cruzan para que no aparquemos», indica esta mujer, que forma parte de un grupo integrado por 30 personas que se organizan para viajar juntos, para evitar así conducir todos los días y ahorrar en combustible, algo muy común en el mundo de los docentes y funcionarios que acuden diariamente a la misma sede de trabajo. «Pero de esos 30 a lo mejor son cuatro o cinco los que han dejado el coche donde aparecieron las notas, el resto lo hacemos en la calle de bajada o de subida, pero aunque mi coche no estaba en esa zona han ido a por él». Durante un tiempo la intimidación cesó porque una obra impidió el acceso al lugar más conflictivo, pero cuando esta terminó los profesores volvieron a aparcar en este área.
Aclaran que ellos utilizan zonas públicas donde puede aparcar cualquier ciudadano, y que además tienen la deferencia de no estacionar delante de las puertas de garajes que no están marcadas como vados permanentes. «Hay que tener un poco de civismo, yo le he dicho a la Policía que yo no he dejado mi coche con las llaves puestas en un barrio que pueda considerarse peligroso, lo estoy dejando en el R-66». La zona está considerada una de las más acomodadas de la ciudad.
Conductora afectada
No es la primera vez que sienten el rechazo por parte de residentes de la zona. «Hace dos años a un compañero un hombre que pasaba por la zona empezó a soltarle improperios». Esta circunstancia ha hecho que docentes de de centros de otras localidades hayan decidido cambiar de zona.
Eligen este barrio por varios motivos. «Hay muchísimo aparcamiento, somos muchos y desde ahí tenemos acceso a la carretera del Casar por donde accedemos a la autovía». En su elección también cuenta que la zona es un punto intermedio, una especie de lugar de consenso que viene bien a la mayoría de los profesores. Ahora, no obstante, las amenazas y hacen que su logística diaria se complique.
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