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¿Cuántas y qué actividades extraescolares pueden hacer los niños? Esta pregunta ronda a muchas familias que estos días buscan propuestas para llenar las ... tardes de sus hijos. La oferta es infinita, pero es necesario ser selectivos. «Las actividades extraescolares son beneficiosas y adecuadas siempre y cuando no se conviertan en una obligación, para ello es imprescindible que se elijan conforme a los gustos, capacidades y habilidades que tenga el niño», señala Nani Puertas, psicóloga especialista en terapia de conducta y salud que tiene su consulta en Cáceres, presencial y on-line.
Consensuar con el menor qué va hacer es una fórmula para que el niño acuda motivado a esas actividades. «Si no, se puede crear un conflicto», asegura esta profesional. Hay que pensar, indica, que los escolares ya tienen cinco (en el caso de Infantil y Primaria) y seis horas (en Secundaria) de educación reglada por la mañana.
Solucionado el qué, toca decidir en cuánto. Y a veces hay sobrecarga y la agenda se desborda por distintos motivos. «Bien por el afán que pueden tener los padres de que los hijos desarrollen su potencial o por qué hacer con los niños cuando estamos trabajando». Como siempre, hay que adaptarse a cómo sea cada niño. «Los hay que van a necesitar más ese desahogo, como puede ser en el caso de niños con TDAH que tienen que descargar mucha energía, pero hay niños que no necesitan tantas actividades».
Puertas trae a colación un término interesante: el aburrimiento, un término del que la sociedad actual huye como de la peste pero que también tiene sus beneficios . «Es imprescindible que los niños se aburran porque de este modo van a buscar sus propias estrategias para enfrentarse a esa sensación y van a desarrollar la imaginación, la creatividad, la toma de decisiones...».
Esta psicóloga cacereña recomienda también apostar por actividades no estructuradas ni fijas «como pueden ser una tarde de montar en bici con los padres, ir a casa de los abuelos y ver los álbumes familiares, o un paseo por el parque observando y fotografiando las especies, las plantas e insectos». Son planes, indica Puertas «que ofrecen otro tipo de aprendizaje y de valores y que fortalecen los vínculos afectivos, son muy interesantes».
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