El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, ha afirmado esta mañana que el Plan General de Urbanismo (PGM) de la ciudad no podría impedir una mina subterránea en el paraje de Valdeflores, ya que esta norma, que prohíbe expresamente la extracción minera en la zona, solo regula las actividades realizadas en la superficie, pero no en el subsuelo. En todo caso, Salaya cree que el nuevo proyecto de mina de litio bajo tierra que está presentando públicamente en los últimos meses Infinity Lithium mediante su filial Extremadura New Energies «no existe más allá del mundo especulativo», puesto que no se ha registrado ante ninguna administración.
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Salaya ha hecho estas declaraciones durante la presentación este martes en Mérida de la primera fase del polígono ecoindustrial CC Green. Al ser preguntado por la mina de litio de Valdeflores, el alcalde ha asegurado que «no hay nada presentado, no sabemos nada del proyecto subterráneo, que no existe para la administración», si bien ha aclarado que «si fuera netamente subterráneo no tiene nada que ver con el plan de urbanismo, que lo que regula es el suelo, no el subsuelo». Este planteamiento coincide con el de la empresa, que lleva varios meses dando a conocer en público el nuevo proyecto bajo tierra tanto en Cáceres como ante diversos organismos internacionales.
El plan de urbanismo de Cáceres es el principal obstáculo con el que se ha topado hasta ahora el proyecto minero de Valdeflores a cielo abierto, y de hecho el Ayuntamiento de Cáceres ya rechazó modificarlo en 2018 tras los informes negativos elaborados por los técnicos.
En una entrevista publicada recientemente en HOY, el consejero delegado de Extremadura New Energies, Ramón Jiménez, aseguraba que el nuevo proyecto se entregará a las administraciones competentes una vez que se resuelva el contencioso relativo a la denegación del permiso de investigación Valdeflórez por parte de la Junta, que se encuentra pendiente de resolución judicial tras el recurso presentado por Infinity Lithium.
El nuevo proyecto contempla una mina subterránea a la que se accedería a través de un túnel situado junto a la planta de tratamiento de litio, con un impacto visual mucho menor que la explotación a cielo abierto prevista inicialmente, y que hasta la fecha es la única que se ha tramitado. También cambian, según la empresa, los procesos aplicados para el refinado del litio de manera que resultan menos contaminantes, así como el consumo del agua, que se reutiliza tras obtenerla de la estación depuradora. Asegura además que el acuífero del Calerizo no se vería afectado, ya que se encuentra en un pliegue geológico distinto a donde está el yacimiento que se prevé explotar.
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