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Fernando Alcázar, el nuevo párroco de San Blas, ha llegado con fuerzas al barrio. Entre sus proyectos figura la rehabilitación de la ermita de Santo ... Vito, situada en la Ronda del Matadero y dependiente de la parroquia que gestiona.
El sacerdote, que se encuentra al frente de San Blas desde el pasado 15 de septiembre y ha relevado en el cargo a Antonio Pariente, tiene la intención de mantener encuentros con el Obispado y diferentes instituciones con el fin de recuperar un templo que se encuentra en estado de ruina, cubierto además de grafitis.
«Voy a convocar un pequeño grupo para ver cómo podemos revitalizarla. Es una ermita bastante antigua», avanza el sacerdote. El templo data del siglo XVI. Alcázar no partirá de cero en esta aspiración. La parroquia ya tiene bastante trabajo avanzado porque la rehabilitación de Santo Vito es una vieja aspiración que hasta ahora no ha llegado a materializarse.
En 2019 se expuso al público un proyecto de restauración del templo. En esta ocasión, la parroquia desempolvó, a su vez, un proyecto previo que la Universidad Popular encargó en 2012, pero que no llegó a ejecutar.
Ese proyecto estaba firmado por el arquitecto cacereño Francisco Serrano Candela, quien se brindó hace cinco años a colaborar con la parroquia de manera desinteresada para hacer realidad la recuperación de Santo Vito mediante la actualización del proyecto original y su adaptación a la normativa vigente. En esos momentos, la parroquia estimaba que la recuperación de la ermita costaría 120.0000 euros. Probablemente, tres el incremento que ha sufrido el precio de los materiales por los conflictos internacionales, ese coste sea mayor hoy en día.
El proyecto definitivo llegó a entregarse en el Ayuntamiento. Pero su ejecución se paralizó por la pandemia, ya que la parroquia de San Blas vio reducidos los ingresos del cepillo por la limitación de aforos y la suspensión de la romería y tuvo que ayudar a más familias a llegar a fin de mes.
El proyecto contemplaba renovar la nave de Santo Vito para que funcionara como un espacio polivalente del barrio. No se preveía como uso religioso.
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