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Un grupo grande, chicos y chicas, se abraza fuerte, todos se apiñan y, con energía, ríen al unísono para una foto como si fuera a ... ser lo último que van a hacer en el día. Son jóvenes treintañeros y están en la Plaza de los Maestros, el considerado para muchos el kilómetro cero de las cañas cacereñas de Nochebuena, que este martes reproduce sus mejores escenas en prácticamente todos los barrios de la ciudad. Allí mismo, en ese grupo, está Sarah Temple, una joven estadounidense que pasó un curso, hace doce años, estudiando en el IES El Brocense de la capital cacereña. «He venido a pasar la Navidad aquí y juntarnos todos después de 12 años, nos mantenemos en contacto después de todo ese tiempo y les veo cuando puedo», contaba emocionada. Es una Navidad diferente a este lado del charco, quizás con menos luces y parafernalia que en Estados Unidos pero con toques de tradición que la hacen particular, como juntarse antes de la cena para celebrar entre amigos esta fiesta global.
Sobre las medidas restrictivas tomadas este año para evitar que la Plaza de los Maestros se llenaran de suciedad y cristales por la gente que bebe fuera de los bares los amigos de Sarah explican que aunque algo habían escuchado ellos han decidido no modificar su rutina habitual. «El año pasado nos echaron de aquí pero hemos decidido empezar en este lugar, al final es un sitio en el que de toda la vida nos hemos juntado todos, no empezar las cañas nos parecía un poco raro, un delito, es nuestra tradición».
Esta comunidad de vecinos situada en el número 22 de la avenida de España ha precintado la fuente central y el área que rodea a la garita del conserje para evitar que se agolpe la gente con las bebidas. El Ayuntamiento ha dicho que va a enviar refuerzo policial para evitar conflictos. Se trata de una plaza peatonal con servidumbre de paso que, tradicionalmente, es parada obligada en las cañas de Nochebuena. Dos bares, el Nuevo Mesón, conocido como 'los champis' por la especialidad de champiñones con carne que sirven como tapa, y el Oliver, sostienen el ambiente de cañeteo en esta placita céntrica aunque retirada del ruido del Paseo de Cánovas.
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En la parte superior, haciendo esquina con la calle Gómez Becerra está el Fogón de Toñi, en donde también se han concentrado muchos parroquianos para disfrutar de la jornada en compañía. El centro de la ciudad vive con intensidad el cañeo con grupos por las calles, villancicos y ganas de pasarlo bien.
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