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La mina y planta de procesado de litio que promueve en Cañaveral la empresa Lithum Iberia, la mina de níquel (y otros minerales) de ... Aguablanca en Monesterio, de Río Narcea Recursos, y la mina de tungsteno (o wolframio) de La Parrilla en Almoharín (Cáceres), de Iberian Resources Spain, han sido declaradas por la Unión Europea proyectos estratégicos, figura contemplada el marco de la Ley de Materias Primas Críticas que está en vigor desde 2023. La Comisión Europea ha dado a conocer este martes en Bruselas la primera lista de proyectos estratégicos que se seleccionan conforme a ese reglamento, en la que aparecen, además de las tres minas extremeñas, otros cuatro proyectos españoles para un total de 47 en toda la Unión. La inversión de capital global prevista en ellos es de 22.500 millones de euros.
La mina de litio de Valdeflores en Cáceres, que también optaba a la calificación, se queda fuera de la lista, pese a que había sido incluida en octubre en una primera preselección.
La Comisión había recibido 170 solicitudes de empresas que optaban a que sus proyectos fueran declarados estratégicos. En un primer corte se preseleccionaron 50 de ellas, entre las cuales había siete españolas. La Comisión tiene previsto lanzar próximamente una segunda convocatoria.
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Hay que recordar que la UE aprobó en 2023 la Ley de Materias Primas Críticas, que recorta plazos administrativos y da todo tipo de facilidades para la financiación, incluido el acceso a fondos del Banco Europeo de Inversiones (CEI), entre otras ventajas, a los proyectos que se declaren estratégicos. Europa busca con ello impulsar el acceso a acorto plazo a ciertas materias consideradas críticas para poder aumentar su capacidad de extraerlas y procesarlas.
Lo que pretende Europa con este reglamento es, básicamente, reducir cuanto antes la dependencia exterior hacia esas materias primas que han sido declaradas «fundamentales» por la UE, que en algunos casos, como el del litio, es extrema. Se marca como plazo el año 2030 para ser capaz, al menos, de producir el 10% de las materias primas estratégicas en bruto y el 50% de las procesadas.
Esta ley de materias primas fundamentales no se queda tan solo en conceptos generales, sino que da instrucciones concretas y de obligado cumplimiento a los Estados miembros de la Unión Europea, sobre todo en lo relativo a la reducción de los plazos administrativos que tendrán que aplicar a los proyectos declarados estratégicos.
Entre las ventajas que otorga declaración, se establece que la duración del proceso de autorizaciones no podrá superar los 24 meses para los proyectos que requieran extracción, y si esos proyectos se están ya tramitando cuando sean declarados estratégicos, como es el caso de la mina de litio de Cañaveral, ese plazo máximo no superará los 21 meses. Durante ese procedimiento, una vez que el proyecto solicite la declaración de impacto ambiental, la administración tendrá solo 20 días para comunicarle qué información deberá incluir en el informe ambiental, y además «la autoridad nacional competente» deberá «orientar» al promotor a lo largo del proceso.
Una vez que se reciba toda la información, la declaración de impacto ambiental se tendrá que emitir en un plazo máximo de 80 días. Cuando el proyecto reciba todos los permisos para comenzar a operar, la labor de apoyo de los Estados no termina. Tanto el Gobierno central como las administraciones regionales y locales estarán obligados a darles asistencia para cumplir sus obligaciones administrativas, y en todo caso a darles prioridad sobre otros expedientes que no tengan esa declaración estratégica.
También se dan facilidades para la financiación mediante el acceso preferente a fondos del Banco Europeo de Inversiones.
El reglamento establece que para que un proyecto sea declarado estratégico debe cumplir unos requisitos, entre ellos que «contribuya significativamente a la seguridad en el suministro de materias primas de la Unión», y que «sea o vaya a ser técnicamente viable en un plazo razonable y que el volumen de producción previsto pueda estimarse con un nivel de confianza suficiente».
La mina litio de Cañaveral, la de níquel de Aguablanca y la de wolframio de La Parrilla, según ha determinado la Comisión Europea, se ajustan a esos dos criterios. Para ser declaradas proyectos estratégicos deben cumplir también una tercera condición: que «se ejecute de manera sostenible, en particular en lo que se refiere a la prevención y minimización de los impactos sociales, medioambientales y climáticos, incluidos los que atañan al agua, al aire y el suelo».
Los proyectos estratégicos, además de demostrar que cumplen los requisitos técnicos exigidos, deben añadir un plan de «medidas para garantizar la implicación activa de las comunidades afectadas». En el caso de los proyectos extractivos, como son las minas de litio cacereñas, también han de incorporar «un plan para mejorar la situación ambiental de las zonas tras el fin de la explotación», y si la mina está en suelo protegido se exige además demostrar «el vínculo tangible entre el proyecto y el interés público».
En una rueda de prensa este martes desde la capital comunitaria, recogida por Europa Press, el vicepresidente de Estrategia Industrial de la Comisión Europea, Stéphane Sejourne, defendió al anunciar la lista de proyectos seleccionados que sin materias primas críticas «no puede haber descarbonización», por lo que señaló que la producción doméstica es clave para evitar que la UE diversifica sus suministros y no pasa de depender de los hidrocarburos rusos a las materias primas chinas.
«Para evitar que el litio chino sea el gas ruso de mañana, la Unión Europea ha establecido un marco legislativo para evitar esa dependencia y ahora debemos extraer más y abrir más minas en Europa», defendió Sejourne, quien planteó «consolidar la cadena de valor europea de materiales críticos» para conseguir los objetivos fijados para 2030.
En todo caso, el comisario francés reconoció que hay «trabajo político» por delante para garantizar que la explotación minera sea «socialmente aceptable», apuntando que los dirigentes políticos tienen que hacer pedagogía y ahondar en la narrativa del interés general nacional y europeo. «Hay que hacer un poco de trabajo político. Esto significa estar en contacto con las empresas, obviamente, y con los empleados, pero también con la gente», admitió.
Por su parte, el CEO de Lithum Iberia, Ignacio Baños, ha afirmado que la declaración del proyecto de litio de Cañaveral como estratégico «reafirma el apoyo de todas las administraciones públicas al proyecto, desde el municipal, pasando por el regional y el estatal, hasta esta declaración de la Unión Europea". Baños confía en que este apoyo se traduzca en que «la tramitación administrativa del proyecto llegue a buen puerto y sea una realidad a lo largo de este 2025».
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