Este concurso lo van a ganar (y tanto que sí)

Pelotazo. La mejor actuación desde que se fusionaron Los Niños y Los Murallitas ha logrado que solo se hable de ellos tras una semifinal de gran nivel. Los Water Closet tienen un buen personaje que les encaja como un guante y Los Camballotas tienen gancho como traficantes, pero el ritmo vertiginoso de Este concurso lo vamos a ganar lo absorbe todo.

Este miércoles solo se hablará de sus pasodobles con respuesta y rebote, sus cuplés con ruleta, la interacción con el público, Cano saliéndose en el equipo amarillo y Barahona volviendo por todo lo alto como Asunción. Tienen una actuación redonda, con muchísimo trabajo detrás y que puede tener un premio que, desde luego, el público pide para ellos.

La primera murga de la noche fueron Los Mirinda. En este 2022 tienen un disfraz gracioso como príncipes pretendientes de un cuento, con rey y princesas incluidas. Lo mejor, sin embargo, es oír lo bien que cantan, tan clarito. Eso sí, eso incluye escucharlos y ahí brillan menos. Su popurrí es gracioso si te gustan los chistes verdes, de gordas y de caca. Interpretan el tema de la Bella y la Bestia con un tono perfecto pero con fondo escatológico. De todas formas, Los Mirinda solo se caen de la final si flojean, y ese no parece el caso.

Están en su mejor momento vocal. Claros, con buenas voces y con mucho ensayo encima. Lograron una ovación con su primer pasodoble en el que reivindicaron el Carnaval como vacuna contra el covid y mostraron su alegría por reencontrarse con el público. Para compensar en los cuplés sacaron sus chistes de culos y sexo anal porque al final, son Los Mirinda y eso no puede faltar.

Un año más Los Camballotas de Olivenza se postulan para estar en la final o ser el grupo que echemos de menos el viernes de Carnaval. Han terminado su actuación como traficantes de drogas escapando de la Guardia Civil por el patio de butacas y no han visto como el público se ha puesto en pie para ovacionarlos. Su actuación son 22 minutos de reír y se agradece mucho. Lo mejor, su popurrí con cuartetas como la vida de su amigo Antonio, 'Piensa en mí' o la letra a las olas del covid que provocó que los aplausos les interrumpiesen. Llevan buen material. Crean adicción.

El tercer grupo de la noche fue A Contragolpe. En este 2022 han presentado su mejor disfraz como reyes sumerios, no tanto como tipo, ya que da poco juego. Es bonito, igual que su decorado. Pero su mejor puesta en escena no está acompañada de su mejor repertorio.

Tienen una bonita despedida y algunos aciertos como la cuarteta del Ayuntamiento en el popurrí, pero también abusan mucho de la ordinariez, incluido el estribillo.

Tras el descanso llegaron los platos fuertes. Este año Los Water Closet son artistas conceptuales y demostraron, una vez más, su nivelazo. Solo ellos pueden con un personaje así. Andy Lucarhol le va como anillo al dedo a su estilo surrealista y van con un repertorio muy completo. Los reyes de las cuartetas no desaprovecharon la ocasión de dar una lección una vez más versionando a Tino Casal para crear un mural o haciendo arte con una orden de alejamiento. Si les ven este Carnaval, que deberían, no les aplaudan, hagan chasquear los dedos.

Ojo con Los Water este año que se crecen en las finales. No es el mejor popurrí de su historia, pero la última vez que sonaban así, se ganaron el cielo. Han presentado los dos mejores pasodobles hasta el momento sobre el covid con pulla al Ayuntamiento de Badajoz y sobre la bandera LGTBI.

La noche se cerró por todo lo alto. Este año puede ser el de Los Muraniños. Han arrasado como concurso de televisión. Pocas veces se ha visto en el teatro una reacción así del público, en pie y ovacionando a una murga que ha hecho que la pandemia se olvide durante 22 minutos. «Ya sabemos quién son los ganadores», se escuchó en el patio de butacas.

No faltó nada. La murga de Chiqui y Regaña son un concurso televisivo. Cada componente es un personaje, cada uno con personalidad y entran arrasando. El equipo naranja es el formalito, el amarillo los payasos. En los pasodobles Chiqui, como conductor, les permite responder a uno y el rebote a los otros. Cuando parecía que no se podía dar una vuelta de tuerca a un pasodoble, van y lo hacen. Para finalizar, el público vota al equipo que prefiere.

El espectáculo sigue con los cuplés que se celebran con una ruleta. Están dedicados al 'DNI' de los perros y al ataque sufrido por Ricardo Cabezas. Para rizar el rizo, en el popurrí llega un Pasapalabra dedicado al Carnaval. Precioso y rematado con «Y la z me la voy a callar porque yo soy de Badajó».

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