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El economista y escritor Ramón Tamames, fotografiado en su casa. :: josé luis nocito
«Hernán Cortés fue un gran hombre de Estado»

«Hernán Cortés fue un gran hombre de Estado»

Cinco siglos después de la llegada del conquistador extremeño a Tenochtitlán, el escritor Ramón Tamames reivindica en un libro su figura y una «reconciliación de España y México»

RALUCA MIHAELA VLAD

Sábado, 26 de octubre 2019, 12:00

El 8 de noviembre de 1519 tuvo lugar el primer encuentro de la historia entre el conquistador español Hernán Cortés y el emperador mexica Moctezuma II, en la capital Tenochtitlán de México, que zambulló a aquella tierra en un halo de misterio. Los indígenas vieron en los españoles el posible regreso de su dios Quetzalcóatl, que anunciaba el fin de la civilización azteca, mientras los invasores admiraron con esperanza las infraestructuras y las riquezas materiales que demostraron tener los mexicas. Se trataba de un imperio fundado sobre el yugo de sacrificios humanos y canibalismo, que empujó a los demás pueblos indígenas a unirse a los visitantes para liberarse. Así empezó a brotar la Leyenda Negra antiespañola que desmonta el economista y escritor Ramón Tamames en su último libro, 'Hernán Cortés, gigante de la historia' (Ed. Erasmus).

- ¿Qué peso tiene Cortés en la Historia?

- Aparece entre los cien personajes más importantes de la Historia universal de la lista de Michael Hart, que es considerada casi como la relación oficial, junto a Colón, Pizarro y la reina Isabel la Católica. En España, la enseñanza tiene muchas deficiencias pero Cortés tiene un puesto más que relevante. Convirtió una serie de naciones mexicanas indígenas en un Estado que llamó Nueva España, cuando todavía no había una idea clara de España. Se dio cuenta de que se estaba conquistando un nuevo mundo de capacidades increíbles y fue muy consciente de la magnitud de la empresa. Fue listo, ambicioso, un soldado valiente, un general con gran estrategia, un emprendedor y un gran hombre de Estado. Con la independencia de México en 1821, tiene muchos críticos, sobre todo criollos, que son descendientes de españoles. Ellos querían mandar más y España dio los cargos importantes solo a los españoles nacidos en España porque vio que los criollos podían querer independizarse.

«Fue muy consciente de que se estaba conquistando un nuevo mundo de capacidades increíbles»«Se olvida que Isabel la Católica declaró que no podía esclavizarse a nadie y liberó a los 500 esclavos que le mandó Colón»

- ¿Por qué no se celebra su encuentro con Moctezuma?

- Este Gobierno que tenemos es un Ejecutivo de ignorantes y temerosos de polémica, de cualquier encuentro polémico. Lo cual es absurdo porque la vida es polémica y eso es lo más interesante. Yo propuse que el rey Felipe VI y el presidente López Obrador se encontraran en el Teatro Real de Madrid con todos los honores, incluso con la resonancia de la ópera de Vivaldi llamada 'Moctezuma'. Obrador escribió una carta que plantea una reconciliación de España y México a nivel oficial para el año 2021. Mi libro propone esa reconciliación. Los historiadores piensan que Cortés fue positivo pero los círculos indigenistas sostienen otra opinión. Él no barrió las civilizaciones anteriores, como sucedió en Estados Unidos. La población se mezcló desde el principio y se mantuvieron las lenguas indígenas, cuyas primeras obras se imprimieron por los eclesiásticos españoles del siglo XVI.

- Cortés colaboró con los indígenas para vencer a Moctezuma, defendió la venta de tierra indígena siempre que estuviera despoblada, hubo leyes a favor de los nativos, defensores. ¿No son estas razones suficientes para erradicar el antiespañolismo?

- No. El gran problema de la Leyenda Negra es que España se adelantó. No hay ninguna conquista comparable a la de los aztecas, los incas e incluso la de los araucanos en Chile, que también fue muy dura porque estaban muy organizados. España creó nuevos estados, virreinatos, que provocaron mucha envidia, pero se olvida que Isabel la Católica declaró que no podía esclavizarse a nadie y liberó a los 500 esclavos que le mandó Colón y que unas cien mil personas salieron de las universidades en esa etapa. Portugal no creó ni una sola universidad en sus dominios y Bélgica en el Congo hizo un genocidio total. Aquí no hubo genocidio sino una invasión de microbios.

Tensión en Tenochtitlán

- Hubo epidemias como el sarampión.

- Aquello fue un colapso demográfico. Sí hubo abusos, todos querían lucrarse, pero hubo una vigilancia y virreyes verdaderamente ejemplares.

- ¿Cortés permitió la tortura a Cuauhtémoc, el último tlatoani (emperador)?

- Le pusieron aceite en los pies, se los quemaron y luego se los curaron. Cortés no autorizó eso. Estaban buscando el tesoro oculto de Moctezuma y pensaron que lo tenía él.

- ¿Tenochtitlán se autocondenó?

- ¿Por la profecía de Quetzalcóatl? Eso pesó mucho al principio pero hubo tensiones por unos invasores en un país que tenía su organización. Era inevitable la guerra total y se desencadenó la reconquista cuando Cortés consideraba a Tenochtitlán parte de España porque Moctezuma había jurado fidelidad a Carlos V.

- La gran difusión del Cristianismo, ¿fue el fantasma permanente del control español sobre México o el pago a la ayuda eclesiástica que recibió España en el Tratado de Tordesillas?

- En Tordesillas ya se decía que la concesión del Papa era para evangelizar. Los eclesiásticos fueron muy favorables a los indios, protectores, hicieron catecismos en sus lenguas, estudiaron, cosa que nadie hizo en ningún lugar del mundo.

- ¿Fue la Iglesia el mayor beneficiario en el reparto del poder?

- Hay igual 1.500 millones de cristianos, pero en México el odio a los aztecas por el canibalismo era muy fuerte. Eso favoreció mucho a la conquista. ¿Recuerda cuando cogen a aquellos ochenta prisioneros españoles en la guerra de Tenochtitlán y se los comen delante de ellos mismos? Hay mucha mezcla de todo, ni blanco ni negro. Es gris.

- ¿Cortés modificó México a imagen y semejanza del viejo continente?

- No. Se dio cuenta de que era un nuevo mundo y que había que convivir con la cultura mexica. Los últimos siete años que pasó en España antes de morir fueron de pesadumbre. Él estaba enamorado de México y quería morir allí. En sus cartas expresa su admiración por las ciudades, los cultivos, las formas de vivir, el sentido de la justicia, la poesía oral. La única duda que tengo es si llegó a hablar náhuatl fluido. Yo creo que sí, tuvo la ayuda de Malinche desde el principio, una figura única. Si Cortés hubiera sido anglosajón, lo tendríamos hasta en la sopa.

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