
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Lo mandó construir José Bonaparte, el rey intruso al que el pueblo llamaba Pepe Botella, para poder atravesar sin ser molestado los jardines del Campo del Moro, en la trasera del Palacio Real, y llegar a la Casa de Campo, donde jugaba al billar y tomaba café en sus palacetes. El francés José I no vio terminado el misterioso pasadizo real por su precipitada salida de España en 1813, pero el túnel de Villanueva, como se llama este paso subterréo en honor a su arquitecto, Juan de Villanueva (el mismo de El Prado), sirvió a los monarcas que le sucedieron (Fernando VII, Isabel II, Alfonso XII y Alfonso XIII) para sus desplazamientos secretos a la Casa de Campo. El pasaje, que llevaba cerrado más de 40 años tras su clausura en la década de los 80, volverá a abrir al público (al menos un primer tramo) a finales de este 2025 tras la rehabilitación que acomete Patrimonio Nacional.
El organismo estatal ha organizado este jueves una visita a las obras del Túnel de Villanueva, también conocido como Túnel de Bonaparte, un desconocido pasadizo madrileño, que conecta los históricos jardines del Campo del Moro (un eje verde de 20 hectáreas que se extiende a los pies de la fachada oeste del Palacio Real) con la ribera del río Manzanares (lo que es en la actualidad Madrid Río) y por extensión con la cercana Casa de Campo.
El túnel se abre como un subterráneo abovedado de apenas 45 metros de largo y 5,5 de ancho y fue construido por orden de José Bonaparte durante la invasión francesa de 1808. Está hecho de ladrillo sobre un zócalo de granito y discurre bajo el Paseo de la Virgen del Puerto, que linda con el Parque del Moro. Las obras tienen un presupuesto de 415.000 euros y contemplan la restauración de la fachada, la excavación del suelo de los laterales para mostrar la cota original del pasaje y la adecuación de su interior para hacerlo accesible al público.
En una primera fase, la que estará lista a finales de año, una plataforma permitirá el acceso para contemplar el interior de la construcción, que estará completamente iluminada y contará con un panel informativo con el origen y la historia del túnel para entender el contexto de la obra. Más adelante, en 2027 y en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid, que gestiona una parte de la instalación, se abrirá una segunda pasarela que discurrirá por el centro del túnel para que los visitantes puedan recorrer sus 45 metros.
Bonaparte no pudo ver terminado su túnel ni le dio a tiempo a utilizarlo para huir de Madrid «porque le echamos antes los españoles», dice con una pequeña sonrisa de orgullo José Luis Sancho, jefe de Investigación Histórica de Patrimonio Nacional, que ha acompañado a los periodistas en la visita a las obras junto a la jefa de Arquitectura, María Corzo.
Aunque «no está documentado», se dice que el túnel de Villanueva fue la puerta de atrás, la salida clandestina por la que partió Alfonso XIII camino del exilio tras la proclamación de la República. A las 9 de la noche del 14 de abril de 1931, el automóvil del rey sin trono atravesó el pasadizo secreto en dirección a Cartagena, donde embarcó hacia Marsella para desde allí marchar a Roma, su exilio definitivo. El monarca no volvería nunca a Madrid.
Cuenta Sancho que José Bonaparte lo mandó construir al no poder disfrutar del esparcimiento que brindaban a los reyes de España los otros palacios reales de Aranjuez, La Granja, El Escorial y El Pardo, debido a la situación de guerra e inseguridad que vivía el país tras la invasión francesa de 1808. En plena contienda «el intruso» apenas podía salir del Palacio Real, ni siquiera al cercano palacete del Real Sitio de la Moncloa.
«La quinta de recreo que tiene más cerca es la Casa de Campo, el único sitio donde podía irse a tomar el fresco fuera del Palacio Real», explica Sancho, que recuerda que la idea de conectar ambos entornos ya venía de a época de Felipe II «porque siempre ha habido una relación muy fuerte entre el palacio, su parque y la Casa de Campo, y todos los reyes han utilizado la Casa de Campo para darse sus alegrías».
Alfonso XIII fue el último monarca que disfrutó de la Casa de Campo atravesando el subterráneo. «Alfonso XIII es el hijo póstumo de Alfonso XII, que muere tuberculoso. Y su madre, la reina regente María Cristina de Habsburgo, quiso que el niño tuviera una existencia de mucha vida al aire libre. ¿Cuál es ese aire libre? Este parque (por el Parque del Moro) y la Casa de Campo, y Alfonso XIII pasa de niño muchísimo tiempo jugando en la Casa de Campo y accede por este pasadizo», detalla Sancho en referencia al túnel.
Por su parte, María Corzo, como responsable de arquitectura de Patrimonio Nacional, explica que el proyecto de rehabilitación «va a permitir entender cómo era el túnel en origen, porque desde la pasarela completamente accesible y con la iluminación que enfatiza el recorrido se podrá apreciar las proporciones y los materiales originales».
Tras su restauración, el Túnel de Villanueva se podrá visitar en el mismo horario de apertura al público que tienen los jardines del Campo del Moro: de 10 a 18 horas en horario de invierno (octubre a marzo) y hasta las 20 horas en el de verano (abril a septiembre).
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