Tapia escala un muro en Toledo

Para mayor dificultad, se da la circunstancia de que Samuel estrenaba competición y una moto bastante más pesada de lo habitual, ya que la temporada pasada finiquitó el curso como subcampeón de España de MX65, de menor cilindrada y peso. En la 2021 ha escalado en ambición y compromiso y su primera prueba era la cita toledana. «Ahora es cuando se puede comprobar si hay piloto o no», argumenta su padre, Juanma Tapia, quien también es el director del equipo, el 'Team Pavo Rueda', un paso más allá en la carrera del joven piloto, ya que conlleva una mayor estructura, más profesionalizada si cabe respecto a su anterior etapa.

Desde luego, por sacrificio no será. Pilotar todo ese tiempo de pie, sin poder apoyar bien el cuerpo, es una gesta que corrobora que el chaval va en serio con el motocross. «Es muy importante ir sentado por ejemplo antes de entrar y a mitad de una curva, porque evitas mucha tensión y más en un niño que no está preparado o musculado. Si lo haces levantado estás generando mucha presión en la espalda. Lo hemos tenido que llevar al fisio para que le trate la espalda, los lumbares y femorales, porque han sufrido mucho. Es como estar en cuclillas todo ese tiempo, aguantando el movimiento de la moto y saltando con ella», comenta Tapia senior, quien valora las virtudes de su vástago.

«Acabé muy cansado, mucho. Me dolían mucho la espalda y las piernas. Intenté hacer alguna vuelta buena para que no me adelantaran. Al final me metí entre los 20 primeros, que es lo que quería. Intentaremos que en la próxima carrera no nos pase esto», rememora Samuel, de 12 años y estudiante de 1º de la ESO que compagina con su gran pasión aprovechando el tiempo libre.

Samuel Tapia empezó muy pronto en las dos ruedas. Con solo cuatro años ya montaba y con seis le llegó su bautismo de fuego, la primera carrera en el Campeonato de Castilla y León de Motocross, en los 50 cc. Aquel día ya hizo podio, tercero. El padre quiso iniciarlo en las minimotos, pensando en carretera y velocidad, pero el barro y los saltos le atraían más. «Va por muy buen camino y está haciendo lo que le gusta. Está muy metido en ello. No llega a ser una obsesión, porque las obsesiones son malas, pero es su deporte y él es muy trabajador, insiste mucho, nunca protesta y se machaca en cada entrenamiento el tiempo que sea y así luego las cosas van saliendo», subraya Juanma.

Normalmente son las madres las que suelen oponerse a estas aficiones, al verlas peligrosas, pero en este caso Samuel contó con el apoyo total de sus dos progenitores. De la familia en realidad, ya que todos viajan a las carreras, hasta su otro hermano, el pequeño Rodrigo. Su madre es la gran 'hincha' del clan y es quien más tiempo ha invertido en que su hijo cumpliera su sueño o al menos luchara por él. El padre está más ocupado en el negocio familiar, vinculado al mundo del motor al tratarse de un desguace. «Hay bastante seguridad, pero no te voy a negar que los accidentes existen. Creo que yo soy el que peor llevo eso de todos nosotros. Existe el riesgo, pero..., ¿y si deja las motos y después de estudiar se va con la bici y los amigos y le pasa algo? Está haciendo lo que le gusta y veremos hasta dónde llega. Le hicimos un circuito en el campo para su moto china y me quité caprichos míos para dárselos a él», añade el padre.

Su estreno en la nueva competición no fue precisamente sobre ruedas. Acudieron a Toledo 85 pilotos y puntuaban 20. El sábado superó esa barrera entrando el 13, pero en una nueva clasificatoria comenzaron las peripecias con un problema en el arranque de la moto, que se quedó clavada. Solventado el inconveniente, terminó la primera manga con un esperanzador puesto 14 y con la idea de mejorar en la segunda con vistas a la general. El domingo, en la segunda manga, «por cosas que pasan, porque la moto estaba muy revisada y no se puede echar la culpa a nadie», como recalca el padre, le falla cuando iba en el puesto 17 el tornillo que sujeta el asiento y casi toda la prueba la tiene que afrontar de pie, unos 20 minutos. El debut soñado. Desde ese instante comienza a perder tiempo en cada vuelta hasta acabar en el puesto 30. En la general sería el 18, entrando en los puntos y dentro de los objetivos previstos, aunque en su equipo reconocen que sus tiempos podrían haberle aupado a un 13 o 14. «Si en equipos importantes de MotoGP ocurren estas cosas, ¿no nos va a pasar a nosotros? Fuimos con idea de puntuar y nos venimos muy contentos», apunta el padre.