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Daniel Panero
Lunes, 17 de febrero 2025, 23:30
El Barça hizo los deberes contra el Rayo en casa y ya es líder. El conjunto que dirige Hansi Flick se impuso por 1-0 en un partido en el que no exhibió su mejor versión. Se llevó los tres puntos con polémica tras un tanto anulado a los franjirrojos en la primera parte, pues el gol de Lewandowski, de penalti, solventó la papeleta y deja a los azulgranas en la cima y de nuevo con una semana despejada de compromisos.
Había que ganar por lo civil o por lo criminal y esa sensación se pudo ver en las piernas de los jugadores del Barcelona. Los culés salieron atenazados, con una dosis extra de presión. Y eso que Flick puso en liza un once con muy pocos cambios en el que apenas Koundé se quedó fuera por su impuntualidad. Una vez más Frenkie de Jong fue titular por delante de Marc Casadó. El neerlandés le aporta al Barça más garantías a la hora de romper líneas y eso pesa para su entrenador, que ha retirado la confianza en el canterano de inicio en cuatro de los últimos cinco partidos.
El plan de Flick no distaba del de otros partidos este año. El Barça salió a morder arriba a un Rayo que en ningún momento tuvo vértigo por el rival que tenía enfrente. El conjunto de Iñigo Pérez aceptó el envite y adelantó la zaga para disputar un encuentro en muy pocos metros y plagado de trampas.
Barcelona
Szczesny, Héctor Fort (Koundé, min. 65), Cubarsí (Eric García, min. 81), Iñigo Martínez, Balde, Frenkie de Jong (Casadó, min. 88), Pedri, Lamine Yamal, Gavi (Dani Olmo, min. 65), Raphinha y Lewandowski (Ferran Torres, min. 81).
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Rayo Vallecano
Batalla, Ratiu, Lejeune, Mumin, Chavarría, Pathé Ciss (Óscar Valentín, min. 74), Pedro Díaz (Gumbau, min. 61), De Frutos, Isi (Trejo, min. 74), Álvaro García (Guardiola, min. 88) y Nteka (Embarba, min. 61).
Gol: 1-0: min. 28, Lewandowski, de penalti.
Árbitro: Melero López (Comité Andaluz). Amonestó a Ciss, Ratiu, Gavi, Embarba y Ferran Torres.
Incidencias: Partido de la jornada 24 de Liga disputado en el Estadio Lluis Companys ante 45.296 espectadores.
No existía el control fácil para Pedri, De Jong y compañía y no había metros por delante para Lamine Yamal y Raphinha. Pese a ello, los culés eran conscientes de que cualquier balón certero a la espalda de la zaga franjirroja era media ocasión de gol, un caramelo que Lewandowski esperaba como agua de mayo.
Así llegaron las primeras ocasiones en los pies de Raphinha, que tuvo dos claras que frustró Batalla. Fue el inicio de un asedio que acabó fructificando gracias al VAR, en un saque de esquina que sobrevoló el área y que acabó con Iñigo Martínez derribado de forma clara por Pathé Ciss. El regalo del zaguero lo aprovechó desde los once metros Lewandowski para abrir la lata y desatar las hostilidades.
Y es que el Rayo este año tiene una chispa especial. Da igual que el Barça se preparara para un asedio o que Lamine Yamal tuviera por fin posibilidad de encarar. El equipo madrileño insistió en querer jugar la pelota y dio dos sustos a su rival antes del descanso, con un remate de Nteka que repelió Szczesny de forma milagrosa y un gol anulado de forma polémica a De Frutos por posición antirreglamentaria de Nteka, que pudo obstaculizar en la jugada a Iñigo Martínez.
Tras la reanudación, el Rayo seguía con ganas de marcha, mostró personalidad y por momentos obligó al Barça a ceder metros y a encomendarse a la figura de Pedri. El canario es el metrónomo de los azulgranas. Él es el que marca los tiempos y bajo su batuta su equipo cambió de ritmo y fue capaz de aplacar a un rival que amenazaba de nuevo con subirse a las barbas de los locales. Pese a ello, Flick decidió que era la hora de poner piernas frescas. Introdujo a Koundé y Dani Olmo, dos cambios con los que reducir las incorporaciones de Álvaro García en el caso del galo, y de ganar un jugador entre líneas con el ex del Leipzig.
Dani Olmo entró y muy pronto empezó a tener incidencia. Encontró su espacio entre Pathé Ciss y los centrales y desde ahí comenzó un recital de controles que maravilló al Lluis Companys, que llevaba más de una hora esperando la mejor versión de Raphinha, Lamine Yamal y Lewandowski. Ninguno de los tres tuvo su día y el Barça llegó a la recta final con la incertidumbre que dictaba el marcador. Olmo y Raphinha tuvieron sendas ocasiones mano a mano con Batalla, pero en ambas ocasiones el portero argentino estuvo muy acertado y evitó que el Barça lograra un triunfo más holgado.
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