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Toni, que volvió a jugar en posición adelantada, supera a Borja Plaza. :: Lorenzo Cordeo
Vinuesa Sánchez ensombrece la tarde
Segunda b

Vinuesa Sánchez ensombrece la tarde

El asistente de Caucelo Sace, con la permisividad de este, aguó el bronco empate a cero entre Cacereño y Arandina

JOSÉ CEPEDA

Lunes, 25 de abril 2016, 07:46

Si la agitación de las masas es el pasaporte para que un árbitro ascienda de categoría, recuerden el nombre de Vinuesa Sánchez, el asistente de Caucelo Sace ayer en el Príncipe Felipe, pues no sería de extrañar que ambos militasen en los próximos años en categoría superior. En el estadio del Cacereño ya tienen experiencia en este tipo de paradojas, pues otro de los colegiados grabados a fuego en el imaginario colectivo de la afición verde, Rubinos Pérez, subió de categoría la temporada siguiente a la de la última bronca monumental que se recordaba en el coliseo verdiblanco, la protagonizada en el descenso de los verdes a Tercera en mayo del año 2000 frente al Betis B. La última, hasta ayer.

En efecto, el árbitro asistente de Caucelo Sace, con la complicidad de este, se erigió ayer en auténtico protagonista del bronco empate a cero entre Cacereño y Arandina, que acabó con tres expulsiones y un carrusel de tarjetas. Al final del partido, el juez de línea fue abroncado por la afición local cuando emprendió su marcha hasta la bocana de vestuarios. Todo tras un encuentro feo y lleno de imprecisiones en su primera parte y casi inexistente en su segunda, en la que apenas hubo tiempo efectivo de juego debido a los constantes parones de un trío arbitral que en algunas ocasiones mostró falta de criterio en la toma de decisiones, además de algún fallo grave en la aplicación del reglamento.

Los colegiados ayer no eran meros convidados y eso quedó patente en el primer minuto de juego con la discutible cartulina amarilla mostrada a Mansilla en la disputa de un balón aéreo. Una amonestación que no tardaron en compensar con otra tempranera tarjeta, esta vez al visitante Pablo.

Con un juego enrarecido, fruto quizás de lo atípico de este severo comienzo, los nervios atenazaron en un principio a un Cacereño que no renunció a utilizar a Toni en labores ofensivas, siendo finalmente Ismael el que ocupase el lateral izquierdo. No lo hizo el canario hizo con mucha fortuna, pues el extremo Carlos le ganó la espalda con facilidad en varias acciones.

La presión del equipo burgalés incapacitaba al Cacereño para generar fluidez en el juego. Un Cacereño ya sin Hans Mulder, que ha abandonado la disciplina del club, según la entidad, «por problemas familiares». No obstante, los verdes irían de menos a más con algunas acciones aisladas, como con un disparo de Aarón con pierna izquierda desde la frontal o una internada de Pablo Gállego por banda derecha que no encontró rematador por poco.

Un final de la primera parte en el que la Arandina también gozó de un par de buenas ocasiones, con un disparo de media distancia que Montiel atajó en dos tiempos y sobre todo con una gran jugada individual de Carlos, quien logró plantarse solo ante el meta verdiblanco, que consiguió desbaratar la clara ocasión.

Cuatro posibles manos

Entre medias, cuatro posibles manos de la Arandina en jugadas puntuales que no fueron señaladas por el colegiado andaluz.

Con más decisión salió el Cacereño en la segunda mitad, obligando a la Arandina a refugiarse en su campo. Gállego, dentro del área, y Cuerva, por mediación de un potente disparo desde lejos, fueron los únicos que lograron poner el 'uy' en la grada antes del momento de inflexión.

Ya en el minuto 67 llegaría el punto de no retorno, cuando el partido se le fue definitivamente de las manos al colegiado con la roja directa a Mejías por una supuesta agresión señalada por el árbitro asistente. Fruto de la impotencia, el central de La Zarza perdió los papeles, hasta el punto de tener que ser sostenido por sus compañeros. Aquí se acabó el juego efectivo, con un carrusel de tarjetas y parones arbitrales.

Pese a ello, el Cacereño aún tuvo tiempo de sumar algún arreón, como el promovido por Valverde, quien en velocidad forzó la segunda cartulina amarilla del defensor Mauri en el 77. Poco duró la igualdad de efectivos, pues Ismael, ya reconvertido en central, vio la roja directa a los dos minutos al controlar un balón en línea defensiva y golpear al visitante Javilillo con su brazo izquierdo.

Ya en el minuto 88, el verdiblanco Toni fue derribado por el último defensor de la Arandina, Fernández, cuando se quedaba solo ante Eladio. Haciendo un particular uso del reglamento, Caucelo Sace señaló la falta y perdonó la roja al jugador de la Arandina, al que tan solo amonestó con amarilla.

Al final, tarde de crispación y un Cacereño que se queda a dos puntos de la promoción y a cinco de la salvación a falta de tres jornadas.

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