La doble motivación txuri urdin pacense

El derbi entre la Real Sociedad y el Athletic es uno de los más atractivos del fútbol español. Una rivalidad sana que se transmite desde pequeños en Lezama o Zubieta y que en los enfrentamientos entre sus filiales se sienten igual de apasionados. David Concha ha sido protagonista directo del clásico vasco en Primera en la derrota de la Real por 3-2 en San Mamés el 16 de octubre de 2016. Otros dos jugadores del Badajoz los vivieron como canteranos de la Real y ahora el playoff les ha devuelto a sus orígenes. Kike Royo, Juanjo Garrancho y David Concha reviven estos días su particular miniderbi. El partido del año ante el Bilbao Athletic cobra especial significado para el frente txuri urdin blanquinegro.

Los tres parten con una motivación extra por su pasado realista. Para Juanjo Garrancho esos duelos eran muy esperados entre las promesas de ambos clubes. «Desde cadetes hasta la Real B en Segunda B habré jugado 16 derbis entre esas 8 temporadas y no recuerdo haber perdido ninguno». Todo lo contrario que para Kike Royo, que en sus tres temporadas en el filial donostiarra nunca les ganó. «Espero que pueda romper el maleficio», sostiene. Aunque guarda un recuerdo imborrable de su primer derbi al ser su debut en la portería realista. «Mi primer partido con la Real B fue precisamente ante el Bilbao Athletic. Me tocó salir por la expulsión de mi compañero. Íbamos perdiendo 2-1 y me metieron otros dos para acabar 4-1. En la vuelta volvimos a perder en casa 0-1. La siguiente temporada perdimos allí 1-0 y empatamos en casa a cero». Pero esa espinita se la quitó cuando dio el salto a Primera como tercer arquero donostiarra. «Con el primer equipo le ganamos los dos partidos al Athletic, en San Mamés y Anoeta», relata. Tampoco le fue bien a David Concha, que perdió con los mayores en su único derbi vasco en Primera al salir en los últimos minutos. Fue en la octava jornada de una temporada 2016-17 muy especial que inauguró como titular nada menos que ante el Real Madrid y en la que jugó ocho partidos, entre ellos también otros importantes como ante Atlético de Madrid o Villarreal y en la Copa del Rey contra el Barcelona en cuartos de final.

Kike Royo destaca la relevancia que tienen esos duelos más allá de ganar o perder. «Cuando estás en la Real siempre que juegas ante el Athletic hay mucha rivalidad por su filosofía para llevarse a algún canterano porque tienen más limitado su mercado de fichajes. Pero la rivalidad es muy sana como se puede comprobar por lo bien que se llevan las dos directivas», expone. Su compañero en la portería del Badajoz rememora las semanas previas a esos miniderbis. «En todos los partidos contra el Bilbao Athletic el ambiente del vestuario cambiaba, la gente estaba muy enchufada porque la rivalidad allí es impresionante. Nuestro mayor objetivo era batir al Athletic», cuenta Juanjo Garrancho, quien en esa época de formación coincidió como rival con Guruzeta. «Es un delantero 10 con mucho gol. Contra Morcillo no llegué a jugar, pero en el grupo se escuchaba mucho», apunta. El meta de Irún avisa del potencial de los cachorros. «Es un equipo fuerte, con jugadores muy buenos físicamente que saben aprovechar las transiciones. Su objetivo es llegar al primer equipo y quieren subir a Segunda».

Desde que el sorteo emparejó a Badajoz y Athletic B, la conexión donostiarra se activó entre los tres. «Es inevitable hablar en el vestuario de aquella época», comenta Kike Royo. Juanjo Garrancho tenía la corazonada tras su idilio copero con su tierra. «Yo veía claro que nos podía tocar el Bilbao Athletic. En la Copa nos tocaban los equipos vascos y parecía destinado. Estoy muy ilusionado porque con la Real era el rival a batir y motiva mucho».

El playoff se disputará a puerta cerrada. Una circunstancia que lamentan los porteros blanquinegros. «Teníamos la ilusión de que pudiera haber público. Nuestra afición nos anima siempre y seguro que desde casa nos va a estar empujando», señala Kike Royo. «Llevamos dentro a los nuestros y tenemos que pelear por ellos», añade Juanjo Garrancho. El meta riojano cree que el calor de Algeciras el 18 de julio puede ser una ligera ventaja para el Badajoz. «Es un filial, pero en el grupo norte no hace la misma temperatura que en el sur, la adaptación no va a ser la misma».