Dicen que los que están a punto de morir experimentan súbitamente una mejoría que hace que los demás, los que están alrededor, confundan ese bienestar ... momentáneo y tengan la esperanza de que todo puede cambiar… cuando en realidad es un aviso cruel. A eso, en el fútbol, se le conoce como estados de ánimo. Y el de este Mérida cambió en un mísero segundo: el que va del gol de Dani García al Extremadura a la decisión del colegiado de anularlo por entorpecer el saque del portero. Porque todo lo que había subido el equipo hasta ese momento, empezó a bajarlo.
- Ay, si el árbitro no hubiera anulado ese gol…
- Si hubiéramos ganado ese día al Extremadura, ascendemos al cien por cien. Lo tengo clarísimo. No hubiéramos caído en ese estado de ansiedad que tuvimos en el último partido ante el Villarrobledo. Pero pasó y ahora lo que tenemos que hacer es elevar el listón. El equipo no ganó al Villarrubia en casa, perdió la oportunidad el día del Extremadura, no se ha metido en esta segunda fase con 26 puntos… Se nos han ido hasta cuatro oportunidades y eso es lo que les estamos demandando a los jugadores: que ya no tenemos más.
Habla, franco y sincero como siempre, sin esconderse ni guardarse nada, de frente, Ander Garitano Urkizu (Derio, 1969), el arquitecto del Mérida 20/21. Reconoce que sí, que son momentos difíciles y duros, tal vez los peores de una temporada que ha dado un sinfín de ellos para elegir, pero también que están de pie, fuertes, confiantes.
«Si hubiéramos ganado al Extremadura, ascendemos al cien por cien»
- Hay que conseguir cuatro puntos de los próximos seis. Tenemos que confiar en nuestras posibilidades, porque tenemos buenos futbolistas y porque ellos tienen que poner a este club donde se merece. Hay que corresponder el respeto que la afición nos ha mostrado desde siempre, porque al principio de temporada vio partidos de poco nivel y nos han seguido aguantando todo el año. Por respeto a ellos y al club, tienen que morir. Y morir es morir: entregándolo todo. ¿Por qué no podemos ganar a estos próximos tres equipos? El Extremadura nos ganó a nosotros un partido que no mereció y tiró para arriba. ¿Por qué nosotros no podemos hacerlo ahora? En el fútbol puede pasar de todo, pero hay que empezar por recobrar la confianza. Ir a Madrid y ganar. No hay más.
- ¿Se encuentra cómodo con su vida aquí?
- Me encuentro bien, la verdad. Vivo en un sitio muy cómodo, cerca del Carrefour, en una zona muy tranquila… pero es que apenas estoy en el piso porque entro en el club a las 8.30 de la mañana y me voy a las 22.00 de la noche. Pero sí, me encuentro muy cómodo en la ciudad, rodeado de trabajadores maravillosos y preparados, que sienten al club de una manera impresionante. Y luego me he encontrado una gente extraordinaria aquí, por casualidad, que es el Michel y su familia, que está fuera de lo normal, que me tratan muy bien. Y todo esto me hace ser cada día más fuerte, sobre todo en momentos tan difíciles como los de ahora.
- ¿Cuánto de menos echa a su familia?
- Nunca en mi vida he estado solo como lo estoy este año. Me fui a los 27 años de Derio a Zaragoza con mi mujer y mi hija mayor, que por entonces tenía dos años, y desde 1996 estoy viviendo allí. Es la primera vez que me voy solo a un sitio. De vez en cuando viene mi mujer catorce días… pero poco más. Y luego, cuando puedo, normalmente subo a Zaragoza. Todavía este año no he ido a Bilbao, solo cuando falleció mi hermana a principios de temporada.
- Bilbao… Han pasado ya más de 35 años de sus inicios allí.
- Y aún recuerdo todo aquello, la buena hornada que salió de aquella cantera y el equipazo que teníamos. Alkorta, Lakabeg, Urrutia, Mendiguren, Eskurza, yo… Fueron todos jugadores de muchos años para el Athletic.
- ¿Cómo es jugar un domingo en la Ciudad Deportiva del Real Madrid en Segunda con el Bilbao Athletic y, siete días después, debutar en Primera en el Santiago Bernabéu?
- Fue un 12 de marzo de 1988. Una semana preciosa, y eso que nos meten cinco y sin despeinarse. Es mi debut con el equipo del alma, pero nos meten un buen repaso. Aquel Madrid, el de la Quinta del Buitre, era un pedazo de equipo. De hecho, aquella temporada fue la única vez que tuvieron en realidad posibilidades de llegar a una final de la Copa de Europa. Pero los eliminó el PSV de Koeman por el valor doble de los goles en semifinales.
- Y a la semana siguiente debuta en San Mamés, en un partido contra el Sporting, y ya ahí empieza a alternar primer y segundo equipo.
- Sí, empatamos a uno, y ya al año siguiente me quedó definitivamente en el primer equipo. Empezamos muy bien aquel curso, líderes, jugando al fútbol, con Kendall. Le metimos 3-0 al Sevilla en la primera jornada y luego ganamos en el Vicente Calderón 0-1 con gol mío. Pero unas semanas después jugamos con el AEK de Atenas y un griego me mete una patada por detrás y me fractura el tobillo. Estoy como unos tres meses fuera. Me recupero y acabo haciendo un buen año y, a partir de ahí, todo en Primera.
- ¿Le era más fácil organizar o meter los penaltis?
- El otro día me llamó un periodista de Zaragoza, del Periódico de Aragón, Alfonso Hernández, que es un estudioso del fútbol, y me hizo una entrevista para un canal que tiene, y en ella me soltó que soy el tercer futbolista en la historia de la Liga con mejor porcentaje a la hora de tirar los penaltis. Primero Koeman con un 89%, luego David Villa con un 88% y luego yo con un 87%. Marqué 22 de 25 lanzamientos. Podemos estar contentos con ese dato.
- A usted lo entrenan grandes nombres de la época: Javier Clemente, Txetxu Rojo, Howard Kendall, Iñaki Sáez, Jupp Heynckes, Javier Irureta, Víctor Fernández…
- De todos se te queda algo. Pero el que más me ha marcado ha sido Txetxu Rojo, con el que estuve muchos años. Me entrenó en primer año de infantil, luego en juveniles, más tarde en el Bilbao Athletic y también me cogió en el primer equipo y el Zaragoza. Era un pedazo de futbolista, un mito allí en Bilbao. También recuerdo la templanza y el saber estar de Iñaki Sáez, que lo tuve como coordinador en Lezama (y ser coordinador en Lezama en aquella época significaba ser una figura muy importante dentro del Athletic). Y uno de los que más confió en mi fue Jupp Heynckes. Un día, en el Camp Nou, me puso de mediocentro único en un 4-4-2 en rombo. Ahí no defendía nadie. Laterales ofensivos, yo solo por delante de la defensa, Mendiguren (que era delantero) y Eskurza de interiores, Julen Guerrero de mediapunta y Valverde y Ziganda arriba. Hoy en día jugar así es impensable. Ese equipo jugaba impresionante porque era muy ofensivo. Ganamos en el Bernabéu, en el Pizjuán ante un gran Sevilla… nos hacían muchos goles pero ganábamos mucho.
- ¿Por qué no se fue al Barça de Cruyff?
- El sentimiento que teníamos como jugadores del Athletic era muy diferente a lo que se ve ahora. Yo no hice nada para ir a Barcelona. Se pusieron en contacto con mi hermano mayor, que era el que me llevaba las cosas, y hablaron con el presidente Lertxundi y el presidente Arrate, porque el interés de Cruyff fueron dos veranos seguidos, pero los dos me dijeron que no me iban a dejar marchar. Y no pasó nada porque yo no hice nada por ir. Eso sucede ahora y toda la gente que rodea al futbolista la hubiese montado. Son otros tiempos.
- ¿Era para competir con Guardiola?
- No. Esos jugaban a otra cosa, eran más ofensivos todavía con un 3-4-3 de verdad. Yo en ese equipo hubiera jugado de interior por la izquierda. Ahí había unos jugadores que… pero no ocurrió y no forcé nada. Y dos años después terminó mi etapa en el Athletic y me fui.
- ¿Por qué? ¿Porque paga el Zaragoza un buen traspaso, porque lo decide el Athletic, por petición suya?
- Ves que se acaba una etapa. Llevaba en el Athletic desde los 12 años y ya tenía 27. Quince años en el club. Además, el Zaragoza tenía un equipazo y venía de ganar la Recopa de Europa, con un estilo de juego, el de Víctor Fernández, que era el que yo jugaba. Estuve seis años muy contento por La Romareda. En total, 17 años como profesional. Ahora lo pienso y estoy muy contento por ello.
- ¿Por qué se retiró tan pronto?
- Tenía 33 años y ya no daba más de sí. No quería retirarme arrastrándome. Me ofrecieron una temporada más, pero el último curso fue duro. Habíamos ganado la Copa del Rey un año antes y, a la temporada siguiente, descendimos. Y venía de haber tenido lesiones. Comencé a competir a los 16 años en campos de un nivel estratosférico en Segunda como los del Cartagena o Riazor, con rivales que te doblaban la edad. Nosotros éramos niños. Pasábamos de la Liga Nacional de Juveniles, porque entonces no había División de Honor, a jugar en campazos de 30.000 espectadores en Segunda. No es lo mismo empezar a los 21 años que a los 16. Eso, físicamente, te acaba quemando.
- Pasa a entrenar a las categorías inferiores del Zaragoza y hasta llega al primer equipo.
- Debuto en el banquillo de La Romareda en un partido ante el Real Murcia, al que ganamos 3-1 y ese día, me acuerdo, debuta en Primera Aquino, el delantero ahora del Badajoz…
- ¿Por qué aguanta sólo una jornada en ese banquillo?
- Es una situación en la cual no me encuentro excesivamente a gusto por temas que no vienen a cuento. Me lo ofrecen, yo no estoy convencido nada de cogerlo, lo hago por zaragocismo y porque quiero al club, pero no me apetece seguir porque creo que no voy a aportar gran cosa. No me sentía muy a gusto con el vestuario y prefería que viniese otra persona. Había muy buenos jugadores pero el equipo no funcionaba. Y yo no lo veía. Así que vuelvo a la secretaría técnica del club y me dedico a firmar jugadores para el filial y el juvenil. Y tras tres años ahí, me marchó entonces al Ebro, que es cuando formamos un proyecto muy ilusionante que subimos de Tercera a Segunda B y hacemos unos muy buenos años en Copa del Rey. El año que el Valencia gana la Copa al Barça con Marcelino nos elimina a nosotros en La Romareda, donde metimos a casi 18.000 aficionados. Incluso una temporada nos quedamos a un paso de jugar el playoff de ascenso a Segunda A, que nos saca en la última jornada precisamente el Atlético Baleares. Fueron años de mucho cariño porque era un club muy familiar donde prácticamente lo manejaba yo todo. Hasta que me quiero tomar diez meses de aire, para ver Segunda B, y entonces llega el Mérida.
- ¿Por qué prefiere trabajo de despacho a un banquillo?
- No tengo vocación de entrenador. En fútbol base sí, pero a nivel profesional no. Y ahora tienes que tener vocación para ejercer porque existe tanta presión en todos lados, incluso en Tercera División… Al final, yo en el fútbol me sentía futbolista porque dependía de ti. Pero en un banquillo o en una dirección deportiva dependes ya de otros. Estás en mano del cuerpo técnico y de los jugadores, y es una situación más compleja de lo que parece.
- ¿Cómo le convence Paco Puertas?
- Hablé con él y con Nacho Ramos y me inspiraron confianza. Me llama la atención la historia que tiene el club y me atrae muchísimo que la ciudad sea futbolera. Yo venía de un club familiar, que metía 400 ó 500 personas en el campo cada domingo, y yo sabía que esto ya era otra cosa. Y que se le podía sacar más. Me garantizaron seriedad en los pagos, que es lo más importante en Segunda B, y eso me dio el empujón definitivo. Club histórico venido a menos, el ambiente futbolístico de la ciudad y la seriedad fueron los principales motivos por los que acepté.
«Hace falta ser muy duro para aguantar todo lo que nos ha pasado este año»
- Pero todo lo que le ha pasado este año no le había pasado nunca.
- Nunca en mi vida jamás. Yo esto que nos ha pasado a nosotros nunca lo he visto en fútbol, ni en primera persona ni en tercera. Y para mí es una desazón enorme. El lunes tratas de sobreponerte, el martes sigue siendo duro y ya el miércoles empiezas a coger ilusión… pero hace falta ser muy duro para aguantar todo lo que nos ha pasado este año. Es difícil explicarle a la gente el lío que tenemos montado.
- Pruebe.
- Empiezo desde el primer día. Tenía firmado a dos porteros. Con el contrato ya firmado. Y en dos días tengo cero. Estaba la renovación de Emilio Cubo apalabrada, pero no firmada, y un día tengo la llamada de un portero y, al día siguiente, el del otro… y pasamos a tener cero jugadores. Y así empiezo yo aquí. Y luego estamos 28 días entrenando con nueve jugadores y otros diez en casa, algunos de ellos hasta cuatro semanas sin poder salir. Yo sabía que nos iba a pasar factura en cuanto a resultados a principios de temporada, pero no en cuanto a lesiones durante todo el año.
- ¿Esa ha sido la principal causa de la ristra de lesiones?
- Esa es la que me dicen a mí la gente especialista que trabaja con el primer equipo. Que sólo hay que mirar las estadísticas al respecto tanto en Primera como en Segunda. Yo no lo sé. Pero lo que sí se es que hay veinte jugadores en la primera plantilla y vamos a jugar cada semana con trece o catorce. Y eso es descorazonador. Y un problema muy grande para poder competir a los niveles en los que nos manejamos. Tela. ¡Es que es muy difícil competir así! Y el equipo lo hace, el equipo compite. Hemos perdido los tres últimos partidos y no ponemos excusas ni paños calientes, pero no hemos merecido perder ninguno de los tres.
Con el Extremadura, mínimo, merecimos empatar. Nos anulan un gol de Erik que hay que verlo, porque yo creo que está en línea con un jugador del Extremadura que está atrás. Y luego lo del gol anulado a Dani García. Eso supone un punto de inflexión, un antes y un después en la temporada. Porque nosotros, siempre que nos hemos puesto por delante, no hemos ni empatado ni perdido un solo partido. Ahí nos manejamos bien. Al igual que cuando encajamos no sabemos remontar, cuando marcamos primero no se nos van los partidos. Imagínate ese día con tres puntos más. Nosotros 26 y el Extremadura con 22 a falta de dos jornadas. Ya sé que no vale para nada, pero la película cambia.
Luego vamos a Badajoz y no recuerdo ni una sola ocasión de ellos. Yo vi su partido ante el Talavera y el Badajoz tiene nueve ocasiones de gol, de las cuales cinco son delante del portero. Y con nosotros es que no recuerdo ni una sola ocasión clara en 90 minutos. El gol es un error infantil nuestro, que fallamos un pase sencillo. Hacen bien la contra, te meten gol y 1-0. No generamos mucho en la segunda parte, es verdad, pero al menos sí para empatar, para no perder ese partido en El Vivero.
Y luego vienes aquí el domingo pasado y a mí me tienen que explicar cómo puedes perder ese partido. De cien que se juegan así, se pierden dos. Y dentro de esos dos estuvo el nuestro. A partir del error del penalti generamos ocasiones clarísimas, pero aunque hubiéramos estado jugando dos horas más, no hacemos gol. Era el día de no acertar nunca.
Y ahí es donde estamos ahora. Yo sé que es difícil explicarle a la gente la situación en la que estamos, pero no queda otra que apretar los dientes. Eso les hemos trasladado ya a los capitanes y al equipo, que tienen que mirar por el escudo, lo que representa para la gente que quiere al club y partirse la cara en los seis partidos que quedan. Es lo único que les vamos a demandar.
«Seguramente haya un mea culpa en que nos haya faltado un delantero que hiciera goles»
- Sobre todo tras el último partido, la afición empezó a girarse más hacia Garitano por la falta de un delantero con experiencia en la categoría.
- Seguramente ahí hay un mea culpa. Yo no suelo tirar balones fuera en los sitios a los que voy ni acusar a nadie. No soy un tramposo. Pero hemos firmado a cuatros delanteros. Uno, que venía con una media de siete goles por temporada en Segunda B, no nos dio. Aunque nos hubiera hecho cuatro en 18 jornadas no hubiera estado mal, pero Guille Andrés no nos dio por ningún lado. Luego están Dani García y Jaume Tovar, que aunque son sub-23 creo que tienen nivel para la categoría. Vienen de meter muchos goles en clubes de cantera como Albacete y Mallorca y entre esa Tercera y esta Segunda B no creo que haya un gran salto de calidad. Y luego está Marc Fraile, que jugó el año pasado un playoff de ascenso a Segunda A y cayó en semifinales. No es un goleador, pero te suele hacer sus seis goles por año. Pues entre todos, si cada uno hubiera hecho tres, ya hacen doce en todos los partidos… pero no ha sido así.
El pasar de un equipo nada competitivo, como éramos el año pasado, a uno competitivo como lo somos este año, no es fácil. Y lo hemos conseguido. Pero sí es verdad que nos ha faltado la figura de un delantero que nos hiciera goles. También es cierto que nosotros no tenemos presupuesto para traer un gran goleador de la categoría, porque entonces nos hubiéramos tenido que conformar con una plantilla de 16 futbolistas. Si quitamos a los dos equipos con más presupuesto, Badajoz y Extremadura, vamos a fijarnos en nuestros competidores directos. En el Talavera, el delantero que más goles lleva es Chaco, que ha hecho tres y los tres a principios de temporada. En el Villanovense, el máximo goleador es Cristo y lleva dos. Luego, en el Don Benito está David Agudo, con cuatro. Y en el Melilla, el delantero que más goles lleva es Iker Hernández, que lleva uno, porque Agus Alonso no lleva ninguno en 18 jornadas. En el Extremadura, Rubén Mesa ha marcado cinco, que no es una cifra de quinta maravilla, pero es que nosotros, por dinero, no podemos llegar a fichar a un futbolista como Rubén Mesa. Y luego el Badajoz tiene a nombres como Aquino, Gorka, Forgás, Corredera…
- En esos equipos sí han ayudado en la cifra de goles la segunda línea, cosa que aquí no. ¿Te han decepcionado algunos futbolistas?
- No es que me haya defraudado ninguno, es que los números cantan. La categoría no tiene muchos goleadores, y si tú no los tienes, debes de tener gente de banda o de segunda línea que al menos te hagan dos o tres goles en 18 jornadas. Y tampoco lo hemos tenido. Javi Zarzo venía de hacer seis goles y dar ocho asistencias en el Arenas, y aquí prácticamente no ha participado. Barbosa todos los años hace un número de goles importantes y aquí tampoco los ha hecho. Ni Migue Garci. Porque Chirri, es verdad, no se caracteriza por hacer goles. Pero los otros tres jugadores de banda sí. Y sólo han hecho entre todos tres goles.
- ¿Y por qué cree que les ha pasado esto?
- Para hacer gol hay que pisar más el área. La gente de banda, la segunda línea… no vale con poner centros solo. No nos van a hacer gol a 40 metros de la portería contraria. Hay obligación de pisar área. Y eso nos ha faltado: llegar con más gente al área contraria. No hay que esconderlo. Somos un buen equipo, hemos hecho una buena plantilla, pero hay que pisar más el área. A veces metemos centros y nos falta presencia en área contraria. Eso nos ha pasado en muchos partidos.
«Ante el Villarrobledo sí creamos ocasiones, pero vamos a ser justos con todo el mundo: también nos vino el equipo con menos nivel del grupo»
- Entiendo que esa fue, por tanto, la causa de la destitución de Dani Mori. ¿Lo que vio entonces el domingo con Miguel Rivera le gustó?
- Ante el Villarrobledo sí tuvimos presencia, pero vamos a ser justos con todo el mundo: también nos vino el equipo con menos nivel del grupo, muy por debajo de los rivales a los que nos habíamos enfrentado semanas antes. A ver si esa presencia en el área que sí tuvimos el otro día la vemos también en los próximos partidos. Pero eso es, definitivamente, lo que buscamos. Ojala esa sea la versión de aquí hacia delante porque así tendremos más opciones de ganar. Que estén los delanteros en el área, que se acerque el extremo de banda contraria a donde se saca el centro, que los mediocentros bordeen el área… Pero vamos a ser justos con todo el mundo y pacientes.
- Con 26 puntos habría altas posibilidades. Pero sin esos tres puntos del Villarrobledo, ¿cuánto cree que se reducen esas posibilidades?
- Pasan todas por el primer partido de la segunda fase. Tenemos que conseguir cuatro de los próximos seis puntos para acercarnos. Si no lo hacemos, pararemos de hacer cuentas, porque pasaríamos a tener graves dificultades a nivel clasificatorio. Si haces cuatro de seis puntos, como no pueden ganar todos, te vas a acercar mucho a las dos primeras plazas. Pero no queremos hacer cábalas porque llevamos muchas semanas haciéndolas. Mira, si hubiéramos ganado al Villarrubia estaríamos casi dentro, sólo habiendo ganado un partido más. Pero no ganamos al Villarrubia. Estuvimos tres días haciendo números tras ganar al Socuéllamos… ¿pero para qué? Si lo que había que hacer era ganar, Ahora tenemos por delante dos pepinos presupuestarios como el Rayo Majadahonda y el Atlético Baleares, con proyectos de playoff de ascenso a Segunda A…
- ¿Y es mejor coger a este tipo de proyectos deprimidos, como lo están ahora por haber quedado del cuarto al sexto?
- Yo en las últimas dos semanas sí les he visto el nivel que no les había visto antes. Ninguno me ha transmitido buenas sensaciones a lo largo de la temporada hasta hace dos semanas, cuando cambiaron de entrenadores. El Rayo está bastante mejorado con el nuevo técnico y el Atlético Baleares también. Pero evidentemente tienen sus problemas porque tienen un presupuesto elevado y no van a estar entre los 16 que jueguen el playoff de ascenso a Segunda A. Y eso es un hándicap.
- ¿Confía en que Miguel Rivera recupere al grupo, tanto en lo físico como en lo anímico?
- Me preocupa el estado de la plantilla. El físico sobre todo. Tenemos que recuperar jugadores. Creemos que David Rocha y Rubén Valverde llegarán al partido con el Rayo, es la sensación; y luego hay que intentar recuperar a los otros tres, pero esos van a necesitar más semanas. Para ganar al Rayo en el Cerro del Espino tienes que estar muy fuerte defensivamente, tienes que dar sensación de empaque importante, estar vivo hasta el minuto 60 y ganarlo del 60' al 70'. Nos interesa un partido cerrado muchos minutos para poder ganar un duelo a este nivel.
- Dijo en su presentación que, si no había ascenso, no seguiría en el club. ¿Lo mantiene nueve meses después?
- Ahora mismo no pienso en eso. Alguna vez me lo preguntan también en casa. A día de hoy no tengo contrato y no sé lo que quiere hacer el club conmigo. Pero primero me tengo que llevar una alegría algún día, porque llevo cuatros semanas que ni duermo ni hago nada. Yo no puedo ni escuchar al club con la sensación que tengo ahora. Me tengo que llevar una alegría y luego ya veremos.
- Pero imagine que no asciende por una jugada puntual como la de Dani García ante el Extremadura. ¿Habría alguna posibilidad de que se quedase?
- Ahora mismo no lo sé. Si lo supiera, te lo diría. Yo estoy contento aquí, creo que soy respetado y eso es importante para mi, pero al equipo le tengo que ver algo en estos próximos seis partidos. Vamos a hacer lo que no está escrito para conseguir una de esas dos plazas, pero independientemente de que el equipo las consiga o no, a mi me tiene que transmitir algo. Si no me transmite nada me tengo que largar de aquí aunque me quieran renovar, porque no puede ser… En la primera vuelta no se quedó mala plantilla, pero en el mercado de invierno hemos hecho una buena, y lo más descorazonador para mi es que nunca hemos competido con los 20 futbolistas, y eso es muy complicado de asimilar.
- Si volviera al mercado de invierno, ¿haría los mismos movimientos?
- Por supuesto que no, hubiera hecho algo más. Pero ahora mismo tenemos que confiar en lo que tenemos e intentar que den el máximo estas próximas seis semanas. No me planteo otra cosa que no sea el partido ante el Rayo Majadahonda. Y el equipo tiene que empezar a transmitir ya algo a la gente. Empezando por ir a Madrid y ganar. No hay más.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.