El Díter recupera buenas sensaciones en casa

El Díter Zafra afrontaba el partido del domingo muy herido en su orgullo por lo sucedido, arbitralmente hablando, en los dos partidos previos ante Don Benito y Coria. Esa circunstancia no solo hizo que Ito, técnico local, estrenara pareja de centrales improvisada, con Jesús Aguza e Intxausti, sino que el cuadro local también quería mostrar a sus aficionados que su manera de entender el juego seguía intacta. Dicen que cuando un león está herido es más peligroso, así que el Díter, desde el pitido inicial, mandó en el encuentro y en la posesión.

El primer aviso llegó a los dos minutos con un zapatazo desde 30 metros de Ruby que salió lamiendo el larguero. Ocho minutos más tarde, una magnífica jugada de ataque de los locales protagonizada por Pildo, Ruby, Teo y Ruano al primer toque, la culminó este último con un disparo que se marchó ligeramente desviado. El dominio siguió siendo del cuadro de Ito, protagonizado por las galopadas por banda izquierda de Ruano que, en los minutos 16 y 20, volvió a disponer de ocasiones para adelantar a su equipo. El Santa Amalia, por su parte, se defendía bien posicionado, con un cuarteto en la línea de corbertura formado por Javi Vila, Jaraíz, Javi Chino y Berjano (tres de ellos con pasado en el Díter). También en la medular hubo duelos atractivos, donde Rico trató de llevar la distribución de juego amaliense, aunque la pareja Dani Cabello-Teo mostraba su superioridad. Antes del 0-1, el cuadro zafrense tuvo otras dos llegadas. En el 25, Intxausti, solo, cabeceó ligeramente desviado un córner y, en el 30, en una falta directa de Ruby, el balón salió junto a la cepa del palo. Seis más tarde, sin embargo, llegaría el primer gol visitante. Despiste defensivo local lo aprovechó Caldera, que fue objeto de penalti claro por parte de Peláez. Con un disparo raso y al palo derecho del guardameta local, Manolo convertía el penalti.

El Díter no se vino abajo en la segunda parte, en la que volvió a dominar desde el inicio. Las ocasiones más claras se produjeron en el 50 y el 56, con Ruano y Pildo como protagonistas. Así, en el 58, Ruano controló un balón en el vértice izquierdo del área rival, con dos movimientos de su cintura buscó el espacio y se sacó un obús para el gol del empate con el que finalizaría el choque porque el marcador no volvería a moverse.