La vida sigue mejor desde la tercera posición

CALAMONTE. El Calamonte realizó un gran partido frente a un Díter que solo aguantó físicamente la primera parte. El gol del empate, y sobre todo el 2-1, hundieron anímicamente a los segedanos, que en la primera mitad hicieron un buen encuentro, bien situados sobre el terreno de juego, juntando las líneas y presionando la salida del balón de los de Juanpe.

Comenzó el choque con ambos conjuntos midiendo sus fuerzas. El balón cambiaba de dueño y el Díter buscaba la posesión y presionaba para evitar la salida del balón controlado por parte de los locales. La solución ante el buen planteamiento de los segedanos la encontró el centro del campo calamonteño: balones entre líneas para Enrique y Vilorta, que volvió loco a su par.

Por la banda derecha llegaron las oportunidades más claras. Un Carrrasco entregado al trabajo y al equipo, de espaldas a la portería y en la frontal, abría el juego. Y así tuvieron los locales hasta tres ocasiones. Alguna de ellas, como la de Mario en el minuto 30, solo para empujar. Pero el balón no quería entrar. Y eso en el fútbol se paga. Y el Díter la cobró. Salen los de Pana al contraatque y desde el centro del campo Ruby obliga a Dani a tirarla a córner. El propio Ruby saca y Melli, anticipándose, pone el 0-1. Y ahí acabó el juego ofensivo del Díter, que veía que ese resultado, visto lo visto, era suficiente. Y se echó atrás. Y hasta Ímola tardaba en sacar en el 35 de la primera parte. Y así concluyó la primera mitad.

Pero en la segunda parte el Calamonte salió dispuesto a hacer lo que más y mejor sabe: remontar. Y las ganas de los jugadores y el empuje de la grada se juntaron para el empate de Juanfe de cabeza. Y Vilorta, martillo pilón en la fría mañana de ayer domingo, seguía entrando por la banda. Y así llegó el segundo. Vilo la deja para Écija, que tuvo tiempo de parar y mirar antes de colocar el cuero en el fondo de las redes. Y a los pocos minutos, Meche, (otra vez) ayer revolucionado y con la vista clavada entre los tres palos, logró el tercero que entró besando el larguero y ante el que Ímola nada pudo hacer. Y escasos minutos después, Berna se escapa y la pone para Carrasco, el portero sale, rechaza en el delantero local, se la lleva y marca el tercero de cabeza. Y dedicatoria a los cielos. Y el Díter saca de centro, roba el Calamonte y Enrique marca el quinto con el que los locales no solo logran la quinta victoria consecutiva, algo que hasta ahora solo habían logrado Jerez, Extremadura y Badajoz. Y ahora, el Calamonte.