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Rogelio, en su último banquillo, el de las IDM El Vivero con el Deportivo Pacense. :: pakopí
«Mi vida no hubiera tenido sentido sin el fútbol»

«Mi vida no hubiera tenido sentido sin el fútbol»

Rogelio Palomo cuelga las botas como técnico con la amargura del descenso del Deportivo y el orgullo de una trayectoria impecable

Marco A. Rodríguez

Sábado, 21 de mayo 2016, 09:11

Rogelio Palomo es una de esas personas de nuestro fútbol que puede mirar las cosas con mucha perspectiva. Sus 43 años -ahora tiene 69- en el complicado mundo de los banquillos le conceden ese poso de tranquilidad canjeable en oro para muchos de sus homólogos. Nada que ver con aquel Rogelio que tenía que tomarse algún ansiolítico para templarse en los partidos de sus inicios, cuatro décadas atrás. La calma se la da el peso de la experiencia. En esta entrevista habla de su retirada como técnico -seguirá en el Deportivo Pacense como director deportivo-, que llega en un mal momento porque acaba de vivir su primer descenso de categoría. «Nunca antes había llevado a un equipo al descenso», dice un hombre muy agradecido al fútbol, toda una religión para él. El sentido de su vida.

SUS CIFRAS Y NOMBRES

  • Edad. 69 años.

  • Años entrenando. Como futbolista, dejó a los 26 años el Vasco Núñez jerezano. Lleva 43 años entrenando, aunque alternando otras disciplinas. Incluso fue representante de futbolistas.

  • En los banquillos extremeños. Destacó su trabajo en el CD Badajoz, al que entrenó seis años con un ascenso a Segunda B y un subcampeonato en el año posterior. También ha pasado por el Jerez o el Mérida, además de la UD Badajoz, a la que llevó de Regional a Tercera.

  • Fuera de la comunidad. Destacan Almería y Melilla.

  • Con la cantera. Su primer equipo fue en las categorías inferiores del CD Badajoz, hace 43 años. También ha dirigido equipos de base del CD Salesianos y CD Puerta Palmas.

Supongo que se va triste por ese descenso en la temporada de su despedida...

Sí. A nadie le gusta descender a un equipo y a mí es la primera vez que me ha pasado. Ha tenido que ser el año que lo dejo. Nunca antes había descendido a ninguno, porque afortunadamente siempre he estado en equipos que acababan entre los primeros, todos entre los cinco primeros. Creo que al Almería lo cogí el segundo por la cola y lo dejé el sexto. Ni siquiera el CD Badajoz. Nunca tuve una experiencia tan amarga. Ha ocurrido ahora, cuando tengo las peores condiciones para entrenar porque estoy menos fuerte aunque sea más zorro y viejo.

Hubiera sido mejor salida dejar al Deportivo en Tercera.

Claro. Incluso hubo un momento en que estaba animoso y no me conformaba con salvarnos, pensaba en estar de media tabla hacia arriba después de ocho partidos imbatidos. Pero no he encontrado el motivo del bajón tan escandoloso que tuvo el equipo. Intenté, junto a mi segundo Víctor, hacer todo lo posible, trabajar y hacerlo todo. Después aparecen cosas que no quiero hacer públicas porque el culpable de todo soy yo y santas pascuas. Lo mismo que cuando íbamos muy bien era mérito mío.

Nadie se explica que tras la fantástica racha se hiciera una recta final de campeonato para olvidar. ¿Pecó ese vestuario de autocomplacencia, de creerse con los deberes hechos?

Puede ser, porque hasta Zafra íbamos muy bien. Luego empezaron muchas vicisitudes que influyeron en el ánimo de un equipo al que antes costaba mucho ganarle. Perdimos autoestima y los contrarios encontraban facilidades. Fíjate que me estás diciendo que tú desde fuera no le ves explicación. Puede ser. Pero es que yo, desde dentro como entrenador, tampoco la veo. Intentamos de todo. De pasar de tres entrenamientos semanales a cuatro. Cambiar horarios de siete a nueve de la noche. Ver muchos vídeos de los adversarios..., de todo, y no fuimos capaces. Repito que el culpable soy yo, pero quienes no fuimos capaces somos yo con mis jugadores. Buscar ahora motivos que no se salgan de lo deportivo no es sensato ni correcto. Los chicos hicieron lo que pudieron, el cuerpo técnico y la directiva también. No quiero indagar más porque quiero salir siendo amigo de todos. Mejor dejarlo.

El club ya ha anunciado que seguirá en él.

Sí. Me han pedido que siga como director deportivo. Tengo una deuda con este club y sobre todo con las personas que lo comandan y seguiré ayudando en lo que pueda. Así que hay que buscar un entrenador cuanto antes para preparar la temporada que viene porque no hay que echarse a llorar. Hay una predisposición importante en el club por recuperar la categoría cuanto antes. La Preferente es un buen lugar para sacar jugadores jóvenes, lo que siempre quisimos.

¿Prefiere ese trabajo de director deportivo al de técnico?

Soy entrenador. Es lo que he hecho toda mi vida. Pero también soy persona, pienso las cosas y creo que mi momento ha pasado y hay que dar paso a entrenadores jóvenes. De director deportivo sé regular porque no lo he hecho nunca.

¿Se arrepiente de haber vuelto cuando cogió el banquillo deportivista con la temporada en marcha?

¡Claro. Sobre todo viendo cómo hemos acabado! No, en serio, en mi mente no estaba volver a entrenar pero de bien nacido es ser agradecido y me lo pidieron. Empecé con ilusión y no era difícil. Fue difícil cuando no di con la tecla, cuando lo hacíamos mal. Lo bueno se convirtió en dificultades, pero yo podía con el banquillo, el banquillo no podía conmigo. Con 69 años ya está bien. Posiblemente sea el entrenador más longevo del fútbol nacional.

¿La edad ayuda a sobrellevar la enorme presión que tiene un entrenador?

La presión me la paso yo por el forro. Mira. Hubo una época en el Badajoz que un amigo me recomendó una pastilla para los nervios porque yo era primerizo y me ponía como una moto. Ahora puedo con todo.

¿El primer equipo al que dirigió?

Con Ángel Soto en las categorías inferiores del CD Badajoz. Luego fui a los Salesianos ocho años.

¿Y qué diferencia había entre aquel Rogelio Palomo de los 70 al del año 2016?

Para empezar tenía mi pierna bien. Me la destrocé accidentalmente cuando era un deportista salvaje. Entonces era más agresivo, fuerte, pero con el mismo carácter, siempre defendiendo a mis futbolistas. Con el paso de los años te vas remodelando. Los años te dan poso. Luis Aragonés, a quien admiro, decía que tenía el 'culo pelao'.

¿Se puede decir que el fútbol es una religión para usted?

El fútbol ha sido todo. Ha sido una religión, un trabajo, un divertimento, una compensación económica, ha sido levantarme y acostarme con el fútbol. Me he casado y separado dos veces y seguro que mis dos señoras lo han sufrido más que yo. El fútbol ha sido todo. Si con la palabra 'religión' te refieres a eso, entonces sí.

¿Qué hubiera hecho sin el fútbol?

Desde el prisma que lo veo ahora, mi vida no hubiera tenido sentido sin el fútbol. Hubiera sido lo que fui, un funcionario de Justicia que iba a trabajar porque me pagaban, pero sin ilusión porque detrás tenía otra manera de vivir que sí me llenaba.

El mejor recuerdo como técnico.

Muchos. Recibo mucho cariño. Se me quedó grabado un momento horrible pero espléndido cuando con el Badajoz perdimos el ascenso en Compostela. Fuimos campeones de liga en Segunda B, llevamos 4.500 personas a Compostela, estuvimos 29 partidos sin perder, récord de puntos y goles... Fue doloroso pero lo repetiría. El Badajoz me marcó porque tengo recuerdos imborrables desde que Guevara me puso al frente del primer equipo. He sido muy feliz con el fútbol. Hubo partidos que lo pasé canalla, pero queda compensado con los ratos buenos.

¿Ascenderá el Badajoz?

Sabía que con mi 'Izquierdito' iba a reaccionar. Tiene un buen equipo y confío en el Badajoz, pero confío todavía más en su entrenador.

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