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¿Qué ha pasado hoy, 22 de febrero, en Extremadura?
El Mérida ha sacado un valioso empate y se jugará el ascenso en el Romano. HOY
El Romano dictará un ascenso

El Romano dictará un ascenso

Mérida y Socuéllamos empatan a cero en un choque de ritmo alto y disputas, y el domingo decidirán quién asciende de categoría

JAVIER LAIRADO

Domingo, 26 de mayo 2019

Consiguió el Mérida el objetivo mínimo que perseguía en su visita a Socuéllamos. No era poco: sobrevivir. Llevar la eliminatoria al Romano, hacer a éste partícipe de lo mucho que se juega el club el próximo domingo era clave para obtener el apoyo necesario para superar un reto así. Y vistas las circunstancias del choque de ida, tiene Amaro motivos de sobra para creer en su bloque. Un grupo que entregó todo en el verde, sin remilgos. Un equipo que sabía que el partido se decidía en trances de los que no les han sobrado este curso, pero que debía estar preparado para ello. Y demostró estarlo.

SOCUÉLLAMOS

Arellano; Carlos García, Zurdo, Marc, Ramón Blázquez; Chupi (Acevedo, 67'), Parada (Essomba, 59'), Jesús García, Kike Domínguez; Mejías, Belencoso (Borja Íñiguez, 85' )

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MÉRIDA

Javi Sánchez; Montesinos, Jiménez, Javi Chino, Salvi; Curro, Dani Espinar (Puyi, 88'), Santi Villa; Flores (Chavalés, 69') , Cristo, Miguel Ángel Espinar (Kevin, 76')

  • ÁRBITRO Morales Moreno. Mostró cartulinas amarillas a Mejías y Arellano, por el Socuéllamos; y Salvi, Javi Sánchez, Miguel A. Espinar y Chavalés, por parte del Mérida.

  • eSTADIO Paquito Giménez, ante unos 3000 espectadores.

No tardó el Socuéllamos en mostrar a los visitantes lo que les esperaba. En el tramo inicial del partido, Carlos García se erigió como protagonista absoluto. Reclamó más atención de todos y con sus centros de banda desde la derecha creo las primeras dificultades del envite. Ninguna brilló por la claridad, eso sí. Durante el primer tercio de partido ambos rivales parecían más preocupados en conocerse y no equivocarse que en explorar la portería del otro. Una vez pasada esa media hora, el partido, inesperadamente, se rompió, y las oportunidades llegaron en cascada, de modo tan continuo que parecía imposible que el cerocerismo inicial no cayera.

Primero fue una pelota que cayó en los pies de Santi Villa al borde del área. Eso sí, cayó en el derecho, y cuando Villa consiguió colocarlo en su bueno, el zurdo, solo pudo disparar con potencia pero demasiado centrado. Respondió el Yugo con la más clara posiblemente del partido. Una segunda jugada que concluyó con Belencoso al borde del área pequeña dispuesto a fusilar la meta de Javi Sánchez, pero su disparo se fue muy alto. Crecían los locales por momentos y, en el único error de la defensa romana del partido, Megías fue incapaz de controlar el cuero en el área. El Mérida dio un paso adelante apoyado en las primeras conducciones de Dani Espinar. Él mismo llegó al borde del área, pero su disparo resulto flojo y un Arellano algo dubitativo en esta primera mitad detuvo sin problemas. El mismo Arellano erró a la hora de medir un centro y propició que Flores pudiera rematar con holgura, pero Ramón apareció bajo palos para despejar. A balón parado era como se alteraban los corazones de futbolistas e hinchadas. Primero, Jesús García peinó un saque de banda pero no encontró la portería para, a continuación, ser Álex Jiménez quién remató de cabeza sin fortuna un centro lateral.

Mejoró el Mérida tras el paso por vestuarios. Siguió mostrándose igual de competitivo, pero, apoyado en un Miguel Ángel Espinar que ganaba duelos a pesar de batallar en solitario, ganaba metros y mantenía al Yugo cortocircuitado, sin saber como meterle mano al partido. El choque ganó en agresividad y se convirtió en guerra de guerrillas. En una eliminatoria, cualquier error condena sin remisión al que lo comete, y en esta segunda mitad parecía que ningún futbolista quería ser el señalado. Una vez que, como hemos dicho, el Mérida logró sacar el culo de su defensa a una decena de metros del pico del área, sufrió poco y comenzó, aunque con poca intención, a asomarse. Ni Flores primero, ni Chavalés cuando le sustituyó, acertaron con el pase final que dejara al punta en franqueza hacia el gol; y un Socuéllamos cada vez más desconectado solo asustó en un disparo lejano de Acevedo que pasó cerca del poste de Sánchez.

Así, el choque se fue encanallando y entre alguna tangana y los cambios, perdió ritmo, dejando estos últimos minutos en poca cosa. Con el pitido final, nadie parecía descontento. El Mérida sabe que necesitará ganar para lograr el ansiado ascenso, pero sonríe, el Romano le espera.

Santi Amaro, técnico del Mérida

Amaro valoró el empate de forma positiva, calificó el choque como «durísimo, muy de verdad. Un duelo condicionado por el terreno de juego, que marca mucho la manera de jugar, muy de segundas jugadas, con esa potencia en los saques laterales». Reconoció que la eliminatoria está «totalmente abierta, esperamos un partido de vuelta totalmente diferente al jugado hoy, va a ser muy complicado porque somos dos de las mejores plantillas de la tercera división». Por último dejó un mensaje para los 400 romanos desplazados: «Agradecimiento por un desplazamiento así en un día tan complicado y pedirles que nos apoyen de cara al domingo porque ellos son muy importantes, en momentos puntuales, si el partido está igualado el Romano puede decantar».

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