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Joaquín Parra es el último presidente de un club de fútbol que pasa a engrosar la lista de dirigentes con causas abiertas con la justicia. Incluso algunos acabaron en la cárcel. Desde el mediático caso de Jesús Gil hasta Josep Bartomeu pasando por Manuel Ruiz de Lopera o José María del Nido.
Y tampoco es el primero en el fútbol extremeño. José Fouto fue condenado en 2008 a seis años de prisión por un delito de fraude a la Hacienda Pública cometido entre 1995 y 1999.
En ninguno de los casos tuvo graves consecuencias contra sus respectivos clubes y pudieron continuar con su actividad. Por lo que en ese sentido, no hay motivos para que peligre el futuro del Badajoz. Aunque de momento, Joaquín Parra no ha sido condenado, solo ha estado detenido por un presunto delito de fraude del IVA relacionado con su red de gasolineras y la investigación sigue abierta.
En Extremadura el antecedente se sitúa en Mérida. El Juzgado número 1 de la capital autonómica dictó el ingreso en prisión de José Fouto por el impago del IVA y del Impuesto de Sociedades en 2008. Pero el expresidente del club romano no llegó a pisar la cárcel por motivos de salud, ya que el Juzgado de Córdoba decretó su libertad condicional basándose en los informes médicos que así lo desaconsejaban. Fouto padecía un cáncer de colon del que fue operado y recibía tratamiento de quimioterapia por el que permanecía ingresado en el Hospital Reina Sofía de la capital cordobesa.
El caso de Jesús Gil ha sido el más sonado del fútbol español. El expresidente del Atlético de Madrid había vivido otra experiencia en la cárcel por motivos ajenos al fútbol y a lo largo de su vida mantuvo varias causas abiertas, pero fue en enero de 1999 cuando saltó el conocido 'caso camisetas' por el desvío de 450 millones de pesetas del Ayuntamiento de Marbella al club rojiblanco y por el que volvería a estar entre rejas por segunda vez. Tres días después abandonaba el centro penitenciario de Alahurín de la Torre para ser ingresado en el hospital y el juez Torres ordenó su libertad bajo fianza por motivos de salud. En febrero de 2003 la Audiencia Nacional dictaba sentencia de tres años y seis meses contra Gil por irregularidades en la transformación del club en sociedad anónima deportiva en la que sería su tercera estancia en prisión.
Los mandatarios del Barcelona se llevan la palma con Josep Lluis Núñez, Joan Gaspart, Sandro Rosell y Josep María Bartomeu. Núñez fue condenado inicialmente a seis años de cárcel por soborno a inspectores de Hacienda y falsedad documental para favorecer a su empresa constructora, pena que le fue rebajada a dos años y dos meses por cohecho. El histórico presidente azulgrana ingresó en prisión en octubre de 2014 y fue puesto en libertad en enero de 2016.
Joan Gaspart fue imputado en el 'caso Spanair', de la que formaba parte de su consejo de administración, en el que se investigó la quiebra de la aerolínea en 2012. Finalmente, la jueza archivó el caso y el expresidente azulgrana no tuvo que pagar los 10,8 millones de euros que estipulaba la sentencia ni los dos años de inhabilitación.
Sandro Rosell pasó 22 meses de prisión preventiva entre mayo de 2017 y febrero de 2019 por defraudar a Hacienda y lucrarse con el fichaje de Neymar. Dos meses después de salir de la cárcel la Audiencia Nacional le absolvió de todos los cargos.
Josep María Bartomeu fue investigado por administración desleal y también detenido el 1 de marzo de 2021 en el marco de una operación denominada 'Barçagate' por la que pasó la noche en Comisaría y puesto en libertad provisional. El equipo de Bartomeu presuntamente había contratado a una empresa que creaba contenidos en redes y web para desprestigiar a personas críticas con la directiva que presidía.
José María del Nido también pisó la cárcel. El expresidente del Sevilla ingresó en el centro penitenciario de Huelva en marzo de 2014 para cumplir una condena de siete años por prevaricación, malversación y fraude por encargados realizados como abogado para el Ayuntamiento de Marbella. En junio de 2017 el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Huelva le otorgó el tercer grado, por lo que saldría de la prisión onubense para incorporarse al Centro de Inserción de Sevilla donde solo iba a dormir. En marzo de 2021 se cumplía su pena.
La condena inicial de siete años y medio que pesaba sobre Manuel Ruiz de Lopera en 2006 estaba relacionada con el Betis. El exmandatario verdiblanco fue acusado de delito societario y apropiación indebida, pero fue absuelto diez años después por la Audiencia de Sevilla. El proceso se dilató varios años y durante el mismo Lopera llegó a un acuerdo para admitir una pena de seis meses conmutable a una multa económica y la venta de las acciones del Betis. Nunca llegó a ingresar en prisión.
Más conocidas fueron los problemas con la justicia del empresario Ruiz Mateos, pero su esposa María Teresa Rivero tampoco se libró durante su etapa en el Rayo Vallecano. El Tribunal Supremo confirmaba en octubre de 2020 la sentencia de siete años que la Audiencia Nacional había impuesto a la presidenta del Rayo en 2018 por defraudar a Hacienda durante los ejercicios de 2009 y 2010. Durante los periodos de 1996 a 2003 y de 2005 a 2008 Teresa Rivero se enfrentó a 31 delitos fiscales de los que fue absuelta en 27 y nunca llegó a entrar en la cárcel.
Polémica también fue la etapa del magnate ucraniano Dimitri Piterman al frente del Racing de Santander y Alavés con varias condenas por imagos y llevar al club vitoriano a concurso de acreedores. Al margen de todo ese esperpento en sus intentos de ejercer de entrenador sin licencia. En 2008, el Juzgado de lo Mercantil de Vitoria ordenó el embargo de los bienes de Piterman y en 2012 le condenó con indemnizar al Alavés con 6,8 millones de euros. En 2017, se decretó una orden internacional de arresto contra el empresario ucraniano. Curiosamente, antes de entrar en estos clubes tomó el control del Palamós y por esa época quiso comprar la plaza del Badajoz sin llegar a conseguirlo.
El fútbol con todo lo que mueve a su alrededor y las cifras millonarias que se manejan en contratos de jugadores y derechos de televisión, está plagado de irregularidades y estos son solo algunos de los ejemplos de dirigentes que tuvieron desavenencias con la justicia. Al final el peso de la ley siempre recae en el infractor, pero por desgracia no dejan de repetirse casos.
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