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R. P.
Mérida
Sábado, 15 de febrero 2025, 19:58
El colista, a diez puntos de la salvación y con una rémora de tres meses sin ganar, se impuso cómodamente a un equipo de playoff. ... Así de sencillo.
El Mérida volvió a salir a un partido a domicilio sin tensión y cuando se quiso despertar ya perdía 2-0. Y como no es la primera, ni la segunda, ni la tercera vez que le pasa, sorprende que no sea capaz de corregirlo. Porque el Intercity, sin ser mucho mejor, aprovechó los regalos para vivir su partido más plácido en meses.
Si el equipo quiere soñar de verdad con pelear por el playoff, no puede defender con tan poca sangre ni jugar con tan poco nervio lejos del Romano. Avisó Sergi Guilló en la previa de los duelos que ganaba el rival y de los futbolistas de categoría con los que contaba, y aún así no ganó un choque en la primera media hora de juego y Locadia le hizo un triplete en 48 minutos.
El partido lo explica el propio entrenador emeritense con su triple cambio en el minuto 35. Primero, porque la idea no estaba funcionando nada. Y segundo, porque el equipo necesitaba una transfusión de sangre urgente. Antes de los cambios, el Mérida fue lo que ha venido siendo a domicilio en los últimos meses a excepción de la salida a la Ciudad Deportiva Luis del Sol. Igualado en el campo y goleado en las áreas.
En la primera jugada del partido, Edu Sánchez se equivocó en la salida de balón, Bonaque en el cierre a Locadia y el delantero del Intercity avisó al Mérida de que el partido ya había comenzado. Pero los emeritenses no captaron la directa y siguieron perdiendo duelos, dándole facilidades al rival y jugando a un ritmo híper lentísimo.
La contundencia de la que gozó hace quince días en Sevilla la perdió en Alicante. Los dos primeros tiros del Mérida, ambos de Doncel en el 20 (que paró bien Samu Casado abajo) y en el 25 (que se fue por poco por encima del larguero), no castigaron tanto como los dos primeros del Intercity. Porque en el 27, tras un pase en profundidad de Burlamaqui a Locadia, éste quebró a Bonaque y batió fácil en el mano a mano a Palomares.
Así que Guilló sacó del campo a los poco afortunados Edu Sánchez, Bonaque y Miguel Carvalho y metió a Álvaro Juan, Herculano Nabian y Nil Jiménez para cambiar a un 4-4-2. Prevedini se colocó de pareja de Ismael Athuman y Doncel y Álvaro Juan se alternaron toda la banda derecha. Y el Mérida mejoró en ataque, llegando y finalizando más.
INTERCITY
Samu Casado; San Emeterio, Andreu Hernández, Nacho González, Diego Caballo; Julio Gracia (Modeste, min. 68), Burlamaqui, Sito (Llonch, min. 68), Borja Martínez (Miki Codina, min. 89); Nsue (Mestanza, min. 56) y Locadia.
3
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MÉRIDA
Palomares; Prevedini, Bonaque (Álvaro Juan, min. 35), Ismael Athuman, Edu Sánchez, (Nil Jiménez, min. 35); Beneit, Pablo Ganet (Miki Muñoz, min. 56), Miguel Carvalho (Herculano Nabian, min. 35); Doncel (Mizzian, min. 78), Liberto Beltrán; y Javi Eslava.
GOLES 1-0: Locadia, min. 3. 2-0: Locadia, min. 27. 3-0: Locadia, min. 48. 3-1: Docnel, min. 57.
ÁRBITRO Aleksandar Ivaylov Angelov Borisov, del comité balear. Amonestó a los emeritenses Edu Sánchez, Herculano e Ismael Athuman y a los alicantinos Mestanza y Julio Gracia.
INCIDENCIAS Alrededor de 1.000 espectadores en el estadio Antonio Solana de Alicante.
Pero nada más salir del descanso, en otra jugada mal defendida (por blandita), Locadia completaba su triplete tras adelantarse a Ismael y empujar un gran centro de Borja Martínez, que entró muy solo por su banda. A partir de ahí, el Mérida tenía dos opciones: o dejarse llevar como en Valdebebas o Ibiza o acordarse de su orgullo y amor propio y maquillar su actuación. Al principio pareció tirar por lo primero, tras una cesión a Palomares o varias malas salidas de balón. Pero al final tiró por lo segundo.
De hecho, con un poquito más de contundencia (o fortuna) podría haber empatado el partido fácilmente. Aparte del gol de Doncel en el 57, recogiendo un rechace del guardameta a tiro escorado de Eslava, los emeritenses desperdiciaron hasta tres claras ocasiones de gol. La de Liberto en el 55, rematando fuera un centro de Doncel a dos metros de la línea de gol; la de Liberto en el 72, tras un pase filtrado de Herculano que el extremo envió fuera con la puntera por poquito; y la de Raúl Beneit en el 86, mandando al palo un gran tiro desde la frontal.
Volvió a completar el Mérida un partido lejos del Romano muy parecido a todos aquellos que le habían castigado en la confianza. Lo del Betis B se queda, por ahora, en anécdota. El Mérida se ha convertido en previsible.
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