Cruel derrota pese a la superioridad

El partido arrancó igualado, con un Cacereño mucho más replegado en campo propio esperando un error defensivo de su rival para montar el contragolpe. Ninguno de los dos equipos supo hacerle daño al otro durante el primer tramo y se vieron muy pocas ocasiones por parte de ambas escuadras. Tan solo Gomis logró poner emoción al partido durante la primera media hora con dos acciones que le pudieron costar un gol al Cacereño. Una de ellas a punto estuvo incluso de acabar en gol en propia puerta del lateral.

El repliegue del Cacereño desactivó también al equipo rojiblanco, que tuvo muchísimos problemas para generar juego por dentro y por fuera. El equipo de Luis García Tevenet no estuvo cómodo sobre el césped y, al contrario de lo que venía mostrando durante la temporada, apenas pudo generar ataques que dejaran con ventaja a sus delanteros. De hecho, Alfonso apenas tuvo que intervenir en el primer acto.

Sin ocasiones de peligro, el árbitro fue el encargado de romper el partido con la expulsión por doble amarilla de Marco Moreno en el Atlético B, en una acción no exenta de polémica al no estar el balón en juego en ese momento. A raíz de jugar con un jugador más, el Cacereño se despegó de ese miedo inicial y en la recta final del primer tiempo Manchón y David Grande dispusieron de las dos primeras ocasiones del partido, aunque ninguna de ellas acabó entre los tres palos.

El equipo de Julio Cobos intentó ser más agresivo en la segunda parte, pero al Cacereño le siguió faltando ideas en el centro del campo y continuó con muchos problemas para servir balones a David Grande. La entrada de Rubén estiró al equipo en las bandas, donde ganó profundidad y presencia ofensiva, sobre todo traducida en balones al área. Pero al conjunto verdiblanco le faltó mucha agresividad en jugadas aisladas, donde su rival se impuso sistemáticamente por intensidad y ganas.

No demostró el Cacereño querer ir a por los tres puntos en ningún momento, ya que incluso con superioridad numérica no llegó a disparar entre los tres palos en todo el segundo tiempo. En la recta final del encuentro, cuando el partido acabó siendo un correcalles por la necesidad de los dos equipos de ir a por el partido, el Atleti B encontró un premio que no esperaba en forma de penalti en el minuto 90. Carlos Martín fue el encargado de convertir la pena máxima para darle los tres puntos al filial colchonero.

Tras el 1-0, ya en el tiempo de prolongación, Garci tuvo en sus botas el gol del empate en una falta directa que el extremo lanzó por encima del larguero. Fue en realidad la mejor ocasión del Cacereño durante todo el partido, ya que el equipo verdiblanco se mostró totalmente inoperante en materia ofensiva.