La CNMV aboga por esperar la decisión del Gobierno antes de aprobar la opa de BBVA sobre Sabadell

El nuevo presidente del supervisor, Carlos San Basilio, ha desvelado este miércoles que, aunque desea que todo transcurra en el menor plazo posible, aboga por esperar el pronunciamiento del Gobierno, que llegaría si Competencia decide imponer condiciones a la oferta (los denominados 'remedies') extendiendo la opa a una tercera fase en la que, entonces sí, el Ejecutivo podría intervenir para vetar la operación por cuestiones como la seguridad nacional o el interés general, en ningún caso por nada relacionado con materia de competencia.

San Basilio se mostró así en línea con su antecesor, Rodrigo Buenaventura, que ya anticipó que la CNMV esperaría a Competencia para emitir su decisión. «Hay que mantener un equilibrio entre que los accionistas tengan toda la información posible y que sea un periodo corto», matizó San Basilio, dejando claro que, en todo caso, lo ideal es tener toda la información sobre la mesa para incorporarla al folleto de la opa.

Sobre los plazos de aprobación del folleto, algo que depende de la CNMV, San Basilio ha explicado que también será una cuestión que se irá viendo a medida que avance el análisis de Competencia. «Cuando sepamos realmente en qué momento sale el dictamen de la CNMC, si hay 'fase 3' o no la hay... de todo eso dependerán los plazos» para iniciar el periodo de aceptación.

Fuentes consultadas explican que esperan la decisión del organismo que preside Cani Fernández para mediados de marzo o principios de abril, con la idea de que la operación esté cerrada en junio. Pero, si la misma entra en fase 3, los plazos volverían a alargarse a la espera del hipotético dictamen del Gobierno, pudiendo retrasarse hasta más entrado el verano.

El problema no es menor. Primero, porque supondría un nuevo retraso en el calendario planteado por BBVA, dando más tiempo a Banco Sabadell para convencer a sus accionistas de su capacidad de seguir en solitario. De hecho, la entidad ultima un nuevo plan estratégico para los próximos tres años que planea presentar lo más cerca posible de la apertura del periodo de aceptación, y en el que planteará a los accionistas la nueva hoja de ruta del banco, también en términos de remuneración.

Otro de los problemas importantes -y aunque parezca de un rango menor- es que llevar el proceso hasta bien entrado el verano implicaría arriesgarse a que muchos accionistas estén de vacaciones, así como muchos inversores, con lo que la CNMV podría demorar su visto bueno al inicio del periodo de aceptación hasta septiembre.

Es decir, un nuevo retraso para el banco vasco donde, en todo caso, mantienen su confianza en que los requisitos que Competencia imponga a la operación no sean extremos, pese a la presión de Banco Sabadell para que el organismo obligue a la entidad de Carlos Torres a vender parte del negocio de conjunto si la unión entre ambas sale adelante.