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Vara (PSOE) saluda a un vecino en Talavera la Real. Guardiola (PP) en Villafranca de los Barros. HOY

Crónicas de campaña

Una campaña a medio gas

La carrera electoral alcanza su ecuador con un perfil bajo, sin estridencias ni sorpresas y con los candidatos contenidos. Pero la cuenta atrás está en marcha y se atisba un acelerón

Miércoles, 17 de mayo 2023

A estas alturas de la campaña, pero en las elecciones de hace ocho años, ya habíamos visto al candidato del PP pescar una carpa de ... medio kilo, comparecer en chándal para completar una sesión de 'spinning' de unos cinco minutos de duración, llegar a una concentración de coches clásicos al volante de un Citröen dos caballos rotulado con la bandera de Extremadura, y dar mítines en los que actuaba una rapera. En esta campaña, la mayor excentricidad ha sido ver a María Guardiola probándose una cazadora de cuero negro que ya puso en otro acto público hace un mes y medio. O que en la romería de San Isidro de Villafranca de los Barros se cruzaron los candidatos de Ciudadanos y Unidas Por Extremadura y se saludaron amigablemente. Está la campaña electoral del 28-M a medio gas. Y las razones son variadas.

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Hace poco más de un mes los directores de campaña de los principales partidos ya reconocían que gran parte del voto se decide en los tres o cuatro últimos días antes de ir al colegio electoral e incluso en la víspera del día de las votaciones. Es en esos momentos clave cuando su plan pasa por multiplicar la presencia, mensajes y promesas. Y esto podría explicar por qué los primeros días de la campaña han perdido intensidad respecto a las últimas citas.

La sobreexposición de los candidatos también puede dar lugar a errores, y en quince días da tiempo a mandar más mensajes, pero también a meter la pata de manera casi irreparable. Esas elecciones de hace ocho años son un ejemplo de que lo que se hace en estos días, repercute en los resultados. Monago llamaba al paro «la cosa», llegó a decir que Vara le recordaba a un vendedor de crecepelo o un tapicero, «de pueblo en pueblo anunciando que lo arregla todo». «Monago no quiere ver a un pobre ni a un kilómetro», le respondió el socialista. Al final, el resultado de la cita de 2015 fue que el PP volvió a la oposición en la que había estado siempre.

Pero explicar por qué la campaña electoral del 28-M está como está obliga a hablar también del votante. Y en esto, la apatía parece la nota predominante. En 2011 la abstención en las autonómicas fue del 23,7%, en 2015 subió al 26,6% y en las últimas, las de 2019, del 28,6%. Se percibe poco entusiasmo entre quienes se cruzan con los candidatos. Una anécdota ilustrativa: el viernes pasado, en el mitin que dio Vara en Montijo, el aplauso más sonoro que se escuchó fue el de los invitados de una boda cuando salieron los novios que acababan de casarse en el Ayuntamiento, a unos cien metros del atril del candidato socialista.

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A quién beneficia o perjudica

El PSOE, es obvio, juega a defenderse mientras los demás le atacan. Le conviene un perfil bajo en estas dos semanas dedicadas a pedir el voto, opinan unos. Otros, por contra, mantienen que una campaña como la que estamos viviendo no moviliza el voto, y esto va contra los intereses de Fernández Vara, porque históricamente, la abstención perjudica al PSOE, al ser su votante menos fiel que el del PP.

En cualquier caso, estos días sí han mostrado con claridad el mayor número de recursos desplegado por los socialistas, cuyas siglas y actos se multiplican por toda Extremadura cuando se acercan unas elecciones. En esta primera semana de carrera electoral, la agenda de su candidato aún no ha llegado a ese punto de intensidad que suele alcanzar en la recta final, aunque precisamente este jueves se ha intensificado y Fernández Vara visitará cinco municipios (Miajadas, Santa Cruz de la Sierra, Guadalupe, Madroñera y Trujillo).

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Los mensajes

En lo formal, asistimos a una campaña sin estridencias. Y en el fondo, o sea, en el mensaje, el candidato socialista apuesta de forma clara por destacar los grandes proyectos industriales que están en distintos estados de desarrollo. Por encima de todos ellos, la gigafactoría de baterías para coches eléctricos de Envision en Navalmoral de la Mata (2.500 millones de inversión y 3.000 empleos). Pero también la fábrica de diamantes de Trujillo o la planta de supercondensadores de energía en la plataforma logística de Badajoz.

Vara reitera «la revolución verde» que está viviendo Extremadura, un momento crucial en su historia gracias a las energías renovables y que exige estabilidad política, o sea, un gobierno de mayorías y no de pactos, que es otro de los pilares de su discurso. Sostiene el líder socialista que el futuro energético de Europa dependerá en parte de cómo le vaya en este sentido a Extremadura, para él un referente en esta materia y lo será aún más en el futuro a corto plazo.

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En las salas de máquinas de los demás partidos hay la sensación de que los mensajes en las redes sociales, que irrumpieron en la campaña de 2011, suplen en gran medida los kilómetros y las paradas en pueblos y ciudades. Y esto también ayuda a explicar una agenda más reducida y menos aparatosa.

María Guardiola (PP) tiene una agenda menos social y más basada en las clásicas ruedas de prensa, sin puestas en escena como las de su antecesor, para lanzar su mensaje, habitualmente uno por la mañana y otro por la tarde donde ha prometido autovías y hospitales. Ya ha desgranado algunas de sus propuestas en fiscalidad y, como elemento común a muchas de sus apariciones, está la crítica a Vara y Sánchez, este último en horas bajas de popularidad por varios frentes, el más reciente de ellos la presencia de terroristas en las listas de Bildu, la formación vasca con la que pactó al inicio de la legislatura. Denuncia Guardiola la actitud poco exigente del presidente regional con su superior de Moncloa para que el 'efecto Sánchez' salpique también a los socialistas extremeños, si bien en las filas de Vara la visión es otra y este viernes viaja a Badajoz, despliegue que animará la primera parte de la campaña.

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Irene de Miguel (Unidas por Extremadura) este lunes de romería en Villafranca. Arnelas

En Unidas por Extremadura Irene de Miguel pone el foco en la importancia de privilegiar a las familias frente a los fondos de inversión, a los que cita continuamente como expoliadores de la riqueza de la región, al ciudadano frente a las grandes empresas, y propone una y otra vez una empresa pública de energía. Vox reproduce en la región el ideario que le ha aupado en las encuestas a escala nacional, y pone el foco en lo mal que está el campo extremeño, en lo importante que es la familia en su concepción tradicional y en la escasez de infraestructuras. Ciudadanos intenta hacerse ver y presentarse como una opción útil, pero la realidad demoscópica no le ayuda y les dice que desaparecerán del arco parlamentario regional.

Candidatos, partidos, programas, agendas... Todos los elementos de la campaña tienen un mismo destinatario: el votante, que es el otro factor que explica que la campaña se esté desarrollando como lo está haciendo. No se detecta en la calle un entusiasmo ni con la política ni con los candidatos, que además tienen un perfil poco extravagante.

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Fernando Baselga (Ciudadanos) en la romería de Villafranca. Arnelas

Salta a la vista que Guardiola no es Monago. Y Fernández Vara es más o menos el de siempre. Irene de Miguel mantiene la buena imagen entre los suyos, y el transcurso de la legislatura le ha hecho ganar popularidad más allá de la región. Ciudadanos cotiza a la baja. Y en Vox importa más la marca en sí que quien esté detrás. A poco más de diez días de las votaciones, lo previsible es que la campaña electoral vaya ganando intensidad, y que la contención que la ha caracterizado hasta ahora mute en agendas y discursos más agitados. Y quizás en alguna sorpresa.

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