Sabores ibéricos con vino a precios contenidos en Esencia de Extremadura

Salvando distancias, y con su propio estilo y filosofía, Fidi y su negocio nos recuerdan al desaparecido Potosí que Sebas gobernaba con maestría en Moctezuma y que tan huérfanos nos dejó a quienes nos entusiasmaban sus viandas de primerísima calidad, servidas tras un sereno ritual al que su clientela en general no acababa de acostumbrarse.

Nostalgias aparte, Esencia de Extremadura es de los pocos sitios en Cáceres donde puedes tomarte un vino correcto con una tapa individual (no ración, que también si quieres) de queso, jamón, lomo o salchichón. Paradojas de la vida que cueste tanto ofrecer embutidos extremeños en la cuna del ibérico y los quesos con las magníficas Denominaciones de Origen que tenemos.

Esencia de Extremadura

Comida

3/5

Atención

3/5

Ambiente

2/5

Nuestra valoración:

Precio:

€€€€

El establecimiento goza de buena prensa y mucha clientela por sus desayunos con apetitosas tostadas de jamón ibérico. Aquí radica su éxito matutino hasta que a mediodía y por la noche acapara un público que se selecciona por sí mismo.

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Fidi Borrella, profesional curtido en hostelería, con experiencia en Alemania, pasó por el mesón San Juan de Rafa Arnáiz antes de emprender en Rodríguez Moñino. Es un local sencillo vestido por un mostrador de madera y cristal con el producto a la vista, jamones colgados y una estantería de vinos decente para el chateo diario de esta cafetería-vinoteca-tapería con aire de abacería. La Zarcita, Nadir, Habla del Silencio o Lengua Azul, son algunos de los tintos extremeños que sirve. Y en blancos, referencias del gusto del cliente como Árabe, Tiara, Habla de Ti o Knaia.

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La consumición la suele acompañar de un aperitivo de queso, salchichón, cabezada de lomo o pequeños bocaditos de patatera. En carta, tapas individuales o raciones y tostas calientes de su selección de embutidos y conservas.

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Aquí lo hemos probado prácticamente todo y para los turófilos y amantes del buen género pocas pegas hay que ponerle en calidad, quizás que a diferencia del jamón que en corte fino paladeas su exquisitez si es bueno, la carnosidad y jugosidad de un auténtico salchichón ibérico merecen uno ligeramente más grueso -«que cunda en la boca»-, que diría mi acompañante. Valga aclarar que hablamos siempre de la ración, nada que objetar, al contrario, del aperitivo cortesía de la casa.

A propósito de jamón, la tapa la sirven en copa de cóctel para sorpresa de quienes acuden por primera vez a su negocio. Muy generosa es la tosta de torta de queso con jamón ibérico y guarnición de patatas fritas. A la ración de queso de cabra, en su temperatura óptima, no le falta un toque de mermelada. Y la tosta de patatera caliente con rulo de cabra es simplemente deliciosa.

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El servicio lo prestan Fidi y su hermano Roberto. Saben manejar los tiempos para que el cliente se sienta recibido y atendido incluso cuando están desbordados. El contenido precio de su oferta, tanto de bebidas como de tapeo, se agradece en estos tiempos de desmesuradas subidas. Las tostas están en la orquilla de 5 y 6 euros; las tapas cuestan 3 euros; la ración de jamón iberico, 18 euros; y la de lomito ibérico, 12 euros. Un asequible rinconcito junto a Cánovas donde hacer rutina de parada.