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¿Qué ha pasado hoy, 22 de febrero, en Extremadura?
El jefe del equipo de investigación de la Guardia Civil testifica en la vista celebrada ayer
El cuarto acusado del crimen de Zafra ha sido buscado «por tierra, mar y aire»

El cuarto acusado del crimen de Zafra ha sido buscado «por tierra, mar y aire»

Vivía en la misma calle que el hermano del hombre que se confiesa autor de las muertes, pero desapareció tras la detención de su vecino

Evaristo Fernandez

Viernes, 13 de marzo 2015, 00:41

«Lo hemos buscado por tierra, mar y aire, pero no aparece». Esa es la respuesta que dio el jefe de la sección de la Guardia Civil que investigó el crimen de Zafra cuando le preguntaron por el paradero de Rafael F. M., el hombre al que uno de los encausados por este doble homicidio acusa de haber tomado parte en el viaje que los condujo a Zafra el día que se produjeron las muertes.

La posible relación de Rafael con este caso no fue conocida por las fuerzas de seguridad hasta mucho tiempo después de iniciarse las pesquisas. De hecho, el hombre que se ha confesado responsable de las muertes nunca ha hablado de él, mientras que su hermano Francisco Javier, al que la Fiscalía acusa también de haber participado en el crimen, tampoco lo nombró tras ser detenido y sólo habló de su existencia varios meses después de estar en prisión.

En el juicio de ayer se explicó que Rafael F. M. nunca ha podido ser localizado. Tampoco existe una acusación formal contra él por parte de la Fiscalía, pero en la sesión de ayer se preguntó insistentemente sobre este hombre, del que sólo se sabe que hasta fechas posteriores a la detención de Francisco Javier residió en la misma calle de Alcira (Valencia) en la que viven Francisco Javier y su familia. Se sospecha que puede estar en Francia.

Francisco Javier dijo el martes que al principio no habló de la participación de Rafael en los hechos porque era su vecino, pero la esposa de Francisco Javier fue más firme en la acusación y aseguró que tan pronto como su marido le comunicó ese dato en un encuentro que tuvieron en la cárcel decidió ponerlo en conocimiento de la Guardia Civil «para que se haga justicia».

Ahora se ha sabido que en el informe realizado por uno de los investigadores figura que cuando se estrechó el cerco sobre Francisco Javier y el hombre que reconoce haber facilitado la pistola usada en el crimen, la propia esposa de Francisco Javier llamó a Rafael y, justo después, fue realizada otra llamada en la que se habla de la necesidad de ocultar el arma. También se ha conocido que en los días previos al crimen hubo llamadas cruzadas entre Rafael y personas relacionadas con la muerte del empresario y su sobrina.

El paradero de Rafael y su posible implicación fue uno de los asuntos que se analizó ayer, pero la presencia de los agentes de la Guardia Civil también aportó otros datos interesantes. Entre ellos, que todos los investigadores confirman que José Antonio V. G., el hombre que guardaba en su casa la pistola utilizada en el crimen, dijo desde el primer momento que Salvador fue la persona a la que se la entregó y también quien se la devolvió después de cometerse el crimen.

Otro dato relevante fue el que hacía referencia a las declaraciones de la vecina de Zafra que vio con vida a Verónica Gordillo minutos antes de morir tiroteada. Esta testigo protegido dijo dos o tres horas después del suceso que dentro de la nave en la que se produjeron los crímenes se encontraban Salvador («lo identificó sin ningún género de dudas») y un hombre del que desconocía su identidad.

La pistola no aparece

Por otra parte, los guardias ratifican que Francisco Javier les dijo durante la reconstrucción del suceso que el día del crimen su hermano Salvador le había pedido que se pusiera unos guantes y un pasamontañas «antes de entrar en la nave». Esas prendas no han aparecido, como tampoco ha sido hallada la pistola, que fue buscada en el río Guadiana a su paso por Mérida después de que Francisco Javier les dijera que las habían lanzado al agua desde la autovía.

Por último, los agentes dejaron claro que Salvador no reconoció los hechos cuando fue detenido. Primero afirmó que ese día no había estado en Zafra, luego lo reconoció pero dijo que había viajado hasta allí solo en su moto, y cuando finalmente confesó su participación, aseguró que las muertes se produjeron de forma accidental con una pistola que había sacado Manuel Borrallo.

El juicio contra los tres acusados de participar en la muerte continuará hoy con la presencia de los agentes que hicieron la inspección ocular, los expertos en balística y los forenses.

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