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María Fernández
Domingo, 15 de noviembre 2015, 08:53
Llegó a España desde La Habana en marzo de 1998 y eligió Cáceres como su primer destino para vivir. A Iván González Lewis (Pinar del Río Cuba), conocido ya por entonces como Melón Lewis, le gustaba perderse en paseos por la Ciudad Monumental. Ahora, diecisiete años después, se 'pierde' por otra parte antigua cacereña, la de Coria, donde reside con su familia. El pianista lidera un quinteto de jazz y colabora con artistas de la talla de Concha Buika, Ainhoa Arteta o Sole Giménez. Y este año, el reconocimiento le ha llegado en forma de dos nominaciones para los Premios Grammys Latinos, que otorga la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación. Es más que un cacereño de adopción. Vino, y aunque no deja de viajar, ya nunca más abandonó esta tierra.
Melón Lewis está nominado en la categoría de Mejor artista novel y Mejor álbum de jazz latino por el disco 'Ayer y hoy', producido por el sello discográfico Cezanne Producciones. La gala se celebra el próximo día 19 en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas. «Más allá de los premios, me quedo con lo que significa el mero hecho de haber quedado entre los nominados. El impulso moral que te da el ver que tu trabajo queda entre los cinco nominados a tales premios entre una lista de más de 100 discos y a mejor artista novel entre unos 400 artistas es importante», relata Lewis.
Vino desde Cuba con un grupo de siete músicos que formaban la orquesta del músico Isaac Delgado. Al poco tiempo se separó de la agrupación y se fue con su hermano, Ricardo, que vivía en Cáceres desde el año 1992 y se dedicaba a tocar el violín. El pianista se unió al grupo de su hermano, el 'Lewis Trío', y paralelamente estuvo muchos años impartiendo clases en los conservatorios de Plasencia y Cáceres, así como en la Escuela Municipal de Música de Coria. Aquí no solamente se subió a escenarios como el del Gran Teatro, sino también en sala y locales más pequeños de Cáceres y la geografía extremeña. Por aquellos tiempos, La Madrila era con diferencia la zona de moda, aunque él prefería la Plaza Mayor y alrededores. También desempeñó varios oficios fuera de la música, entre ellos, el de camarero.
En 2003 se marchó de la capital tras cinco años, pero no se fue muy lejos. Concretamente, hizo parada en Coria, donde vive desde aquel año. «En ese año conocí a la que actualmente es mi esposa y desde entonces estamos afincados en la capital cauriense», cuenta. A partir de ahí, ha regresado en varias ocasiones a la capital, bien por turismo o bien por trabajo. Al respecto de lo último, ha estado por ejemplo actuando en el Gran Teatro o en el Museo Pedrilla, dentro del ciclo de conciertos del Museo Pedrilla. Su mayor deseo es ver crecer sana y feliz a su hija y una de sus mayores aficiones, la simulación aérea.
Iván dijo que sí
Comenzó desde muy pequeño a interesarse por la música. Según su padre -cuenta- desde los cuatro años empezó a dar las primeras muestras de sus aptitudes. «Recuerdo con 6 años juntar varias sillas en casa, intentando simular una batería y con dos baquetas, ponerme a tocar al ritmo de la música de Maynard Ferguson, trompetista estadounidense de jazz del que había un vinilo en casa», explica. Con siete años llegó la pregunta del millón: ¿quieres estudiar música? La cuestión llegaba de boca de su padre, músico también. Y el pequeño Iván respondió que sí. Eligió entre violín y piano y se decantó por este último, por lo que en septiembre de 1982 comenzó su formación en la Escuela Provincial de Arte de Pinar del Río.
«Recuerdo muchas melodías. En Cuba, afortunadamente siempre hay música sonando por todas partes. Una que particularmente me fascinó es 'Here's that rainy day', de Jimmy Van-Hausen, tema que estaba incluido en un disco recopilatorio de varios pianistas de jazz, como Oscar Peterson, Bud Powell y Art Tatum. Sin duda ese vinilo, el cual aún no sé cómo no se gastó de tanto oírlo, fue decisivo en mi posterior incursión en el jazz», señala 'Melón Lewis'. Su formación ha estado basada principalmente en la música clásica, el jazz y la música popular cubana. «A ello debo añadir la influencia recibida por mi contacto con el flamenco, lo cual hace que mi visión y mi manera de entender la música sea, digamos más contemporánea», añade.
Conocer a Buika en 2007 supuso un antes y un después. «Después de casi diez años compartiendo música con ella, creo que ella y yo simplemente nos encontramos». La conoció en el teatro Olympia de París, mientras el cubano se encontraba de gira con Victoria Abril. La mánager de la actriz y cantante le pidió entonces a Lewis si podría acompañar al piano a una artista a la que estaba intentando sacar adelante. «No olvidaré nunca la impresión que me causó tocar 'Nostalgias' junto a ella aquella noche». Después de diez años siguen emocionándose juntos con la música.
Ha colaborado en multitud de discos con artistas como Ainhoa Arteta, Perales, Sole Giménez o Serrat y y Sabina, y además, tiene dos con su cuarteto: 'Travesías', que lanzó en 2010, y 'Ayer y hoy', que publicó este mismo año y por el que opta a uno de los premios Grammy. También forma parte del proyecto 'Waters memories', un homenaje del que fuera su profesor de armonía en La Habana, Archi Alpízar, a su madre, y donde Lewis interpreta los temas de Alpízar. Asimismo, ha participado en multitud de festivales.
El jazz, opina el pianista, sigue gozando de buena salud. «Salas míticas como el Café Central de Madrid han sobrevivido a los cada vez más frecuentes intentos de cierre. En general soy optimista y creo que la buena música, sea jazz, rock o clásica, el buen cine, el buen teatro o la buena literatura siempre tendrán una buena acogida».
En cuanto al momento que vive la industria musical, no parece tan optimista. «No me gusta lo que está pasando. La oleada de programas que si bien empezaron como concursos para mostrar y cultivar el talento han devenido en lamentables 'realities' en los que prácticamente vale todo con tal de destacar. Muchos padres no tienen ningún reparo en enviar a sus hijos pequeños a un programa de estos, en donde muchas veces lejos de disfrutar, los niños sufren», opina. Así, relata, «la gente en general se está haciendo a la idea de que el camino en la música es ir a un casting y hacer lo que sea por entrar. Si lo logras, hacer lo que sea por ganar y si ganas, has triunfado en la música. Con todo el respeto, eso está muy lejos de ser el camino de la música». En cuanto a la producción musical, asegura que las grandes compañías han demostrado «poca y en ocasiones, nula capacidad» de adaptación a los nuevos modelos de negocio. «Durante años se han esforzado en ningunear a los artistas que apostaban por producciones independientes o que simplemente elegían compañías menores pero que hacían hincapié en las entonces plataformas digitales, que hoy son el referente en la industria».
Volver a casa con dos Grammys Latinos bajo el brazo puede ser una realidad para el pianista dentro de cuatro días. Las Vegas espera a 'Melón Lewis' para vivir la noche más importante de la música latina.
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